Capítulo 2

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Me sentía completamente incómoda. No por la compañía, sino por estar en una limosina. Jamás en mi vida había estado en una y nunca pensé que lo estaría. Me mantuve en silencio observando el interior. Los asientos eran de piel, sumamente suaves y espaciosos. Incluso tenía un mini bar de toda clase de vinos. Jumin sí que vivía la buena vida. Me sentí un poco abrumada por lo diferente que era, yo apenas y tenía para la renta de mi departamento.

Mi departamento... en cierta manera lo extrañaba, vivir en un lugar ajeno no era algo que me hiciera sentir bien.

Jumin estaba completamente en silencio, pero me observaba. Comencé a sentirme nerviosa por ello. ¿Será mi cabello despeinado? ¿o mi atuendo pasado de moda? Era una chica totalmente desaliñada, y no es que lo quisiera, pero no tenía tiempo para preocuparme por modas. Noté una leve sonrisa en el rostro de él. Me avergoncé aún más hasta el tal grado de bajar el rostro, dejando de mi cabello lo tapara.

Di un leve respingo por lo que hizo; tomó el cabello que tapaba mi rostro y lo puso detrás de mi oreja.

—No tapes tu rostro —dijo aun manteniendo su sonrisa.

Asentí y acomodé nuevamente el cabello detrás de mis orejas.

¿Por qué me estaba poniendo tan nerviosa por un hombre? No es que tenga experiencia en ellos, pero quizás la respuesta no era porque era un hombre, sino porque era él.

—¿Has comido? —preguntó.

No me salían las palabras, así que me limité a negar con la cabeza.

Su rostro cambió.

—Debes de comer adecuadamente y a tus horas, Minhee.

—Lo lamento. ¿Pero si recuerdas que se me hizo tarde? No tuve tiempo, prepararé algo al regresar del trabajo.

—Si fueras mía comerías adecuadamente.

¿Qué?

Al parecer lo dijo sin pensar, ya que inmediatamente cambió de tema. Pero ya lo había dicho, mis mejillas se encendieron.

—¿Aún te negarás a aceptar mi propuesta? -preguntó como si no hubiese dicho nada.

No entendía por qué insistía con ello.

—Te he dicho que estoy satisfecha con mi trabajo.

—¿De mesera?

—Sí —respondí a la defensiva. ¿Tenía algo de malo mi trabajo? Es un trabajo decente.

—Entonces, aunque sea considera realizar tus prácticas en mi empresa.

—Lo tendré en mente.

Sonrió de nuevo.

—Te llevaré a cenar.

—No es necesario, ya te dije que comeré al llegar al departamento.

—¿Disculpa? —dijo arqueando una ceja. Me quedé congelada por aquella expresión felina que proyectaba su rostro- No te estoy preguntando si quieres, te llevaré a cenar porque yo lo digo.

—No soy de tu propiedad —reproché.

Abrió los ojos como platos cuando dije "propiedad". Me dedicó una sonrisa maliciosa.

—Aún —murmuró.

No supe que decir. Afortunadamente la limosina llegó al lugar de mi trabajo y paró. Me bajé inmediatamente, pero él me siguió.

—Espera —dijo tomándome la muñeca con algo de fuerza. Al notar aquella acción impulsiva me soltó rápidamente—. Te esperaré aquí después de tu trabajo.

El Lado Oscuro De Jumin HanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora