Capítulo 33 - Imposible

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Después de que Peter logró calmarme, estuve acostada en el colchón bastante rato mirando un punto fijo en el techo

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Después de que Peter logró calmarme, estuve acostada en el colchón bastante rato mirando un punto fijo en el techo. La verdad es que Benjamín no se había aparecido más en mi mente, las imágenes de él matándose no, pero sí todas las cosas que me había dicho... Tenía un cargo de conciencia enorme, pero debía saberlo llevar, no podía matarme pensando en todas las cosas, él también me hizo mucho daño y no creo que muerto haya ido a parar a algún lugar bueno en el cielo.

—Peter —lo llamé. Él abrió sus ojos y me miró en silencio—. ¿Por qué Benjamín dijo que estaba cansado de que lo atormentaras?

—¿Seguirás pensando en eso? —me cuestionó con el ceño fruncido—. Ya basta de torturarte más, no es necesario que te sientas culpable por su muerte, Lali.

—No es eso, es sólo que no supe a qué se refería.

Peter pasó una mano por su cabello algo nervioso, miró hacia todos lados y luego su mirada se fijó en la mía. Sus ojos parecían estar más claros de lo normal y más brillantes, pero ignoré eso e insistí con mi mirada para que hablara.

—¿Recuerdas cuándo te dije que Benjamín moriría de la peor forma? ¿Cuándo te dije que realmente quería que muriera por mi culpa?

Lo quedé mirando en silencio mientras mis recuerdos viajaban, hasta que finalmente encontré cuándo me dijo eso.

Flashback

Todo en la vida se devuelve, ellos pagarán por todo esto.

Benjamín morirá, de la peor forma —me aseguró mirándome—. Hijo de puta. Si pudiera levantarme, iría a matarlo con mis propias manos.

Debes ser mejor que eso, Peter.

¿Mejor? —preguntó irónico—. ¿Acaso quieres que vaya a hacer las paces con él y luego lo invite a tomar té? —Frunció el ceño—. A la mierda, ese imbécil será el primero que morirá y realmente quiero que muera por mi culpa.

No eres un asesino.

No, no lo soy —bufó—. No lo mataré yo.

¿De qué hablas?

Olvídalo, cuando sepas que murió te aseguro que no seré yo quien lo mató.

Fin flashback

—¿Hiciste que se suicidara? —Abrí mis ojos como platos.

—No podía dejarlo vivir ni un segundo más.

—¡¿Estás loco?! —me alteré.

—¡Cálmate! —se alteró conmigo—. Lo único que hice fue golpearlo unas cuantas veces hasta que me tuvo miedo, le seguí muchas veces y lo asustaba algunas veces encontrándomelo de repente, pero no hice nada más. Él sabía que si se volvía a acercar a ti iba a matarlo a golpes y sabía también que tú nunca ibas a quererlo, Lali.

Secuestro (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora