Capítulo 1.

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-¿Estás seguro? -Preguntó Louis por décima vez desde que subimos en el coche.

-Que sí, Louis, ¿Qué podría salir mal?

Me iba a arrepentir tanto de ese positivismo.

Pero antes de nada, tenemos que volver al principio.

Me encontraba dentro del coche con mi mejor amigo y compañero de trabajo ahora que nos habían dado un puesto a cada uno en el McDonald's.

Sí, un McDonald's, es cutre, lo sé, pero por algo se empieza en esta vida y ya teníamos una edad como para no haber empezado.

Louis estaba más paranoico que yo, ya que el psicólogo me había ayudado mucho. Quizá Louis necesitaba unas sesiones con él.

"Ya ha llegado a su destino." Anunció el GPS cuando apareció delante de mis ojos el pequeño cuchitril donde nos íbamos a quedar, ni la habitación de la Universidad era tan penosa para vivir.

-Bueno... -Murmuró Louis observando con cara de pocos amigos.

-Vamos, Louis. Sólo necesita un poco de pintura y será genial. -Forcé una sonrisa e intenté poner mi mejor cara de falso optimismo.- Todo estará bien.

Sólo conseguí que Louis rodara los ojos y suspiré profundamente antes de sonreír decidido y bajar el equipaje para poder alojarnos.

No estaba mal... Al menos no si estuviéramos en los 50. Dios, ¿Qué clase de abuela habrá decorado este sitio? Empezaba a agobiarme el hecho de estar rodeado de tanto trasto viejo, además que la casa olía un poco raro, pero tenía que ser positivo, porque sino...

-Dios, Liam, huele a persona mayor. -Mencionó mientras se tapaba las fosas nasales con los dedos.- Peor que la granja, esto es el principio de mi pesadilla.

Rodé los ojos. Louis siempre siendo tan dramático.

-Quizá deberíamos ir a comprar comida a algún supermercado, ¿no crees, Drama Queen?

-Te he dicho mil veces que no me llames así, Liam. Ahora vas solo, por listo. -Murmuró cruzándose de brazos.

-Oh no, iré al supermercado solo, que horror. -Sobreactué incluso subiendo algún tono.- Cómo sobreviviré con el olor a comida, rodeado de cosas deliciosas que podré comerme en cuanto las pague. Moriré allí solo.

-Exacto. -Murmuró súper serio, manteniendo una mirada fría como el hielo hacia mi.

-Bueno, deja a tu mejor amigo a su suerte allí fuera. Allá tu conciencia.

Conforme me di la vuelta empecé a sonreír, dejando atrás el teatrillo y dirigiéndome al coche de nuevo. La verdad es que estaba cansado de conducir y de estar sentado, pero prefería hacerlo durante un poquito más si eso significaba comprar un buen ambientador para ese hedor que desprendía la casa.

...

-¿Dónde estará el maldito papel higiénico? -Murmuré sofocado de tanto dar vueltas a la pequeña tienda, lo había encontrado absolutamente todo menos eso. Vi a un chico de espaldas con una camisa realmente fea con el logo del supermercado.- Perdona, ¿Sabes dónde está el papel higiénico?

Y maldita sea, que jodido es el destino. No pude haberme encontrado a otra persona, debía ser él.


Who's the stupid now?Where stories live. Discover now