𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐙𝐎𝐍𝐄 ➪ 𝐷𝑖𝑠𝑝𝑜𝑛𝑖𝑏𝑙𝑒 𝑒𝑛 𝐷𝑟𝑒𝑎𝑚𝑒.

Capítulo 05 «Día de suerte»

Me acero a ella decidido, cuando al lado de ella hay otra chica que me parece muy familiar y no he parado de pensar en ella estas últimas horas.

Debby.

Está conversando con un chico y él le mira sin mucho interés. Me acerco para poder escuchar más a fondo la conversación. Parezco un psicópata pero solo tengo curiosidad.

Si claro, curiosidad.

Pero apenas me acercó a ellos, el chico se aleja de Debby, claramente molesto por algo que quizá ella dijo. Y por los pequeños roces que he tenido con ella últimamente, ella nunca sabe cuándo cerrar la boca.

—Es un idiota. —Debby bufa molesta.

—Wow, eso sí que fue un rechazo — Murmuro impresionado.

Debby me mira y luego pone los ojos en blanco, notablemente molesta por mi presencia y ciertamente, me encanta su reacción cada vez que me ve.Es única esta chica.

— ¿Tu otra vez? ¿Cuándo vas a cansarte de seguirme? — Debby pregunta seriamente.

—Hasta que aceptes — me pongo a su lado — salir conmigo. — sonrío.

—Eso, Saint, nunca ni en un millón de años. — niega con la cabeza.

—Bueno, en fin, eso ya lo veremos. De todos modos, ¿Qué querías hacer con ese chico? ¿Estabas tratando de ligartelo?

— ¿Y eso a ti que te importa? No es de tu incumbencia el con quien este o no. —esquiva mi mirada.

—Bueno, pero por lo menos me van a decir de que estaban hablando, ¿no?

— ¿Y por qué tendría que contarte? — ladra.

—No lo sé, solo quiero a saber porque te ha dado menudo corte con esa expresión de horror en su rostro en cuanto le hablaste, aunque conociendo como eres, supondría el porqué.

Ella ríe: —Tú no me conoces.

—Es un buen momento para hacerlo —Le digo simpático — ¿De que hablaban?

Debby parece rendirse, en el momento en que toma una leve respiración, comienza a narrar el resumen de su historia.

—Solo digamos que es un tipo muy religioso, y empezamos a hablar sobre el matrimonio gay. — Soltó con irritación. —No salió muy bien.

—Ouch—hago una mueca de dolor. —No fue un muy buen plan que digamos. Si es creyente... — le digo riéndome de ella.

— ¿Y entonces que hace aquí?— pregunta obvia.

—Pues, no sé, quizá quería conocer a una chica simpática y cristiana, ¿Por qué no? te sorprendería lo que puedes encontrar en un bar— bromeo y ella mira su botella de cerveza entre sus manos y chasquea la lengua — ¿Quieres que salgamos?— le pregunto.

— ¿Vas a seguir con eso? ¿Tienes un problema cerebral?— ella responde.

— ¿Sabías que es de mala educación responder una pregunta con otra pregunta?— la molesto. —Encima, han sido dos.

— ¿Sabías que me importa un cuerno?— ella dice —Y creí que te había dejado claro, que no tengo ningún interés en salir contigo— ella se gira.

—No, eso me lo dejaste claro, si quieres, podemos ser amigos.

Y de amigos a otra cosa...

—Yo no quiero ser amiga tuya.

—Oh— alcance a decir y me reí —Bueno— me encogí de hombros mientras en la barra vi lo que parecía ser su bolso —Me llevare tu bolso— lo tome entre mis manos —Si quieres, podemos ir a beber un café.

—Necesito mi bolso. Tengo mis cosas ahí, ¿estás demente?— ella me dijo mientras yo me alejaba.

—Ven por el— se lo mostré.

Salí del lugar concurrido de gente, con el bolso de Debby en la mano y la espere en la salida. Y ella salió.

—Qué tipo más borde eres— me dijo mientras me acerca a mí y tendió su mano —Mi bolso.

—No— le dije molestándolo.

—Que me lo des— se acercó a mí para quitármelo pero lo elevé fuera de su alcance.

—O sales conmigo, o no te lo entrego— lo decía, y lo decía enserio —No voy a rendirme tan fácilmente— le dije lo que hace unas horas había pensado.

Ella se cruzó de brazos y bufo molesta — ¿Qué propones?— ella dijo y yo sonreí —Date prisa que tengo frio y un enfermo me ha robado el bolso y he tenido que perseguirlo.

— ¿Un café?— sugerí. Aunque odio el café.

—Y comida— ella exigió.

—Y comida— afirme.

—Trato— ella dice —Ahora devuélveme mi bolso— tiende la mano y se lo entrego. Ella se la cuelga sobre el hombro, se ve sexy como el infierno y hermosa a la vez. ¿Cómo lo logra? —Si me llevas al McDonald's voy a matarte— Amenaza y ella comienza a caminar hacia mí.

—Oh no, nada de McDonald's, no soy tan poca clase— la tranquilizo.

—Espero que no hayas traído tu moto, porque no pienso subirme a esa cosa— ella advierte.

—Un café, comida y no he traído mi moto. Es tu día de suerte— le sonrió y ella lo ignora.

—Cuánta razón tienes— ella dice con sarcasmo y rueda los ojos — ¿Y cómo nos iremos?— ella pregunta.

—He traído— busco en mi bolsillo —Mi auto— digo mostrándole las llaves.

— ¿Una moto, y un auto?

—Está bien— admito. —El auto no es mío, es de mi padre— le digo y ella alza las cejas.

—El auto de tu padre, genial— ella dice irónicamente.

Entrecierro los ojos y la miro. — ¿Puedes dejar de hablar irónicamente?— ¿Siempre es así de molesta? ¿Con todo el mundo?

Ella me mira, esta vez, con una mirada más suave y tranquila —Lo siento— ella dice en un tono apenas audible.

— ¿Qué?— pregunto sin creérmelo.

—Ya te lo he dicho. No me hagas volver a repetírtelo— ella me sigue hasta el auto y lo desbloqueo.

—Es que, no pareces de las chicas que pida disculpas— le suelto y ella asiente.

— ¿Vas a hablarme de la fantástica experiencia de pedirte disculpas? ¿O vas a llevarme a comer?— ella reclama.

Abro la puerta del copiloto del auto —Pasa, Debby— ella duda un segundo, me mira y luego entra.

—Si te das prisa mejor, que tengo que estar en mi casa antes de las doce— ella me avisa mientras entro al auto.

—Verdad, me había olvidado que eres una menor de edad— bromeo — ¿Qué hacías bebiendo una cerveza de todos modos?

—Se llama "identificación falsa"— ella sonríe juguetona.

—Debí suponerlo— digo mientras enciendo el coche. La miro y me sorprendo al ver que ella también lo hacía —Vamos a divertirnos esta noche.

—Más te vale.

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