Skrillex's sister© | Justin Bieber | Finalizada

41; Saco de semen

—Así que, ¿follaste con Channel?—Kendall alza la mirada hacia mí, y asiento feliz como un niño pequeño, joder, tan sólo de pensarlo me pongo más que contento—Eso es genial, ¿ahora qué sigue? ¿Casarte con ella? ¿Tener hijos?

—Pues, no he pensado en eso—de la nada golpea mi cabeza con la palma de su mano y me quejo para luego fruncir el ceño, ¿y ahora qué pasó?

—¡Era sarcasmo!—chilla y suspira, siempre se enfada cuando no capto su ironía. Aunque es agradable verla de esa forma, bueno, a veces.

—Iri sircismi—susurro en un intento de hacerlo para mí mismo, pero logra escucharme y vuelve a golpearme, ¿por qué tanta violencia? Esto ya es violencia de género.

—¿Y qué sucedió con Yovanna?—se endereza y presta su completa atención en mí, por primera vez en toda su vida, sí, no exagero, ya estaba a punto de tirarle el celular. Aunque aún sigo pensándolo, así que si ven un teléfono volar por una ventana, no ha sido Justin bieber, señoras y señores.

—Sólo le envié el mensaje que en realidad iba para ti—me encojo de hombros, como si me importara hablar de Yovanna, alias, saco de semen, porque sí, para lo único que me sirvió fue para eso. Todavía sigo esperando su "gracias" por su ahora supuesta fama.

Frunzo el ceño por ya tercera vez en el día gracias a ella, al verla y escucharla reír como si le hubiera contado algo realmente gracioso. Nunca terminaré de entenderla, ni a Channel, sinceramente.

—¿De qué te ríes?—mi confusión se nota hasta en mi polla, chicos. Ladeo la cabeza hacia un lado como un perro sin fruncir mis cejas.

Ella sigue riendo estruendosamente, sólo que ahora golpea sus muslos con ambas manos, hasta que comienza a empujarme como acostumbra a hacer cuando se tienta de la risa.

En cualquier momento terminaré dándole la cabeza contra la pared.

—Es que—ha llorado de la risa, ¿dónde está la exageración?—, me imagino tu situación y—no termina de hablar ya que casi se atraganta por seguir riéndose. A Jay no le gusta esto, a Jay no le gusta cuando otras personas se ríen y él no porque no entiende, a Jay no le gusta que Kendall haga eso—¡Es gracioso!—me asusto cuando comienza a sacudirme de los hombros e inconscientemente hago puchero. Me siento indefenso con ella así, tengo miedo, ayuda.

Trato de entender claramente qué es lo gracioso, pero no logro hacerlo, porque vamos, no lo es, no es gracioso equivocarte de número, es patético, vergonzoso, penoso, en pocas palabras: es humillación.

Decido levantarme, aún asustado y aturdido por la locura de mi mejor amiga, agarro mi sudadera junto con mi teléfono para escapar de su hogar, ya no quiero estar dentro de su entorno estando así. Bueno, no tan así.

(...)

Luego de que mi miedo hacia Kendall se fue al llegar a casa, y de prácticamente perforarme las orejas tratando de quitar su risa de mi cabeza, he decidido despabilarme un poco yendo a los clubs nocturnos que usualmente voy.

Sigo observando a un par de chicas bailar mientras me llevo el vaso a la boca y termino mi bebida, hasta que mis ojos se van a un conocido trasero.

Yovanna está aquí, me ha visto, oh, oh, viene hacia mí, Jesús.

—¡Hola Justin!—alzo ambas cejas y sonrío tratando de estar relajado cuando ella deja un casto beso en una de mis mejillas. Observo su rostro, y paso la lengua por mis labios al inspeccionar su delgado y a pesar de todo, bonito cuerpo.

—Hola—susurro y la sigo con la mirada hasta que se sienta a mi lado, cruza sus largas piernas y acomoda sus brazaletes.

—¿Cómo has estado?—asiento en señal de que estoy bien, sin dejar de sonreírle, y la veo apoyarse en mí, acerco mi boca a su oreja izquierda y vuelvo a humedecerme lo labios antes de susurrarle.

—Nos divertiremos hoy, pequeño saco de semen—que bonito ápodo, ¿verdad? Todo un Romeo.