CapítuloDieciséis|Cambio|

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Kara rió mientras besaba la mejilla de su amiga. La iba a extrañar demasiado.

—¿Estas realmente segura de querer vivir sola?—preguntó.

—Más que segura.

Noah permanecía totalmente inmóvil dentro de su auto; observando la escena a unos metros de distancia con los puños apretando con fuerza el volante. ¿Por qué se sentía tan enojado al verla abrazar a ese hombre con tanto cariño? Tenía unas terribles ganas de tirársele encima y golpearlo hasta que decidiera alejarse de ella.

 ¿Por qué tan posesivo? Ni él mismo lo sabía. Pero, no le gustaba para nada.

Ver cómo ella se sonreía y lo abrazaba, era de las peores cosas que había presenciado en su vida. Lo hizo sentir realmente mal. Se sintió tan enojado al ver que ella se subía al auto de ese cabrón y se iba con él. Estaba amotinado, quería golpear todo lo que tuviera cerca suyo, pero no podía. Debía irse de allí cuanto antes si no quería que ocurriera un accidente. Mierda. ¿Por qué había dicho que ése beso había sido un error? De no haberlo dicho y en vez de eso se hubiera quedado callado, quizá todo fuera diferente ahora entre ellos. ¿Por qué ella había decidido irse? Sería demasiado extraño para él entrar en el departamento y no verla hablando con Mary en la sala.

—¡Noah!—gritó Mary.

Ella llegó poco después seguida de Mike; éste último lo miró completamente serio, como si estuviera enojado con él. Salió del auto y se recostó a éste.

—No te despediste de Kara.

—¿Acaso yo vivía con ella? Además, la veo todos los días.

—Pero igual, pudiste haber venido y llevarla.

—No valía la pena.

Mary entrecerró los ojos y se contuvo de no quitarse un zapato y lanzáselo. Los últimos meses había estado insufrible y no entendía cómo hacía Kara para soportar su mal humor.

—Eres un imbécil.

—Mike, controla a tu mujer. Las hormonas la están haciendo volverse más loca de lo que generalmente es.

Mary abrió su boca, totalmente ofendida. Dio unos cuantos pasos, acercándose a él. Le sonrió con arrogancia y estrelló su rodilla contra su entrepierna. Noah se dejó caer al pavimento agarrándose su virilidad.

—Para la próxima, procura no ofender a una embarazada.—le dio un beso a Mike y se fue victoriosa.

—Algún día me las cobraré.

—Si te atreves a hacerle algo seré yo quien te castre con un cuchillo de mesa.—espetó Mike, conteniendo la risa.

Ambos se dirigieron a un pequeño café no muy lejos de allí luego de que Noah se recuperara. Se sentaron a un lado de la ventana y ordenaron un café cada uno. Mike no pudo evitar soltar la pregunta que lo estaba volviendo loco de intriga.

—¿Estás así de amargado porque Kara se hizo muy amiga de Matías?—Noah gruñó y apretó a taza de café que tenía en sus manos—. Me lo imaginaba.

—Déjame ya. Tengo suficiente conmigo mismo como para que llegues tú a joderme más.

—Lo hago porque sé que no estas bien. Éstos meses no te soportas ni tú mismo.

—Estoy bien...

—Habla. Sé que te pasa algo y que te mueres por contarlo. Actuaste de la misma manera antes de contarme sobre tu pasado.

Sus palabras no podían ser más ciertas. Quería hablar y desahogar todo lo que quería decir. Suspiró y miró las pequeñas cicatrices de sus nudillos. Recordaba el día que la besó en el baño a la perfección, incluyendo el sabor de la boca de Kara cuando la besó: chocolate.

Corazón Principiante✔️Where stories live. Discover now