Capítulo 9

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Mientras retorno a casa recuerdo la gran noche que tuvimos con Anny, pude disfrutar de su compañía, la de sus amigos y aunque me inquietaba que no me aceptaran al final terminamos llevándonos muy bien. Tengo que admitir que estoy muy enamorado de Anny y aunque al principio tenía dudas ahora estoy completamente dispuesto a afianzar más nuestra relación.

Por tal motivo el próximo fin de semana la he invitado a la casa a cenar, poco a poco tengo que hacer que se relacione con mamá y que vuelva a estrechar los lazos afectivos con Emilia. Quiero que sepan muy pronto que Anny también forma parte de mi vida y que nada hará que me separe de ella.

Estaciono el auto mientras saco la maleta, al llegar me sorprende que mamá haya abierto la puerta para recibirme pero lo que más me preocupa es ver su cara de angustia llevándome a pensar rápidamente en Emilia pero no me han llamado pienso enseguida. Cierro rápido el carro para dirigirme al interior y el alivio invade a mi cuerpo cuando veo que Emilia corre hacia mi contenta.

—¡Papito, te estábamos esperando! —Se lanza a mis brazos y le doy muchas vueltas como le gusta. Debo de reconocer que la extrañé mucho a pesar que me fui por poco tiempo. Le doy un sonoro beso y la dejo otra vez en el suelo, pero me sigue preocupando la cara de angustia de mamá.

—Pues yo también estaba esperando a llegar y besarte —la beso de nuevo.

—Hay una sorpresa dentro de la casa papi. —Disfruto la cara de felicidad que tiene, debe de ser una gran sorpresa para que esté así de contenta.

Me lleva de la mano hasta el interior de la casa, consigo alcanzar a darle un beso a mamá antes de seguir siendo arrastrado por Emilia a toda prisa. Me mira complaciente que le sigo el juego, hasta que llegamos al interior y me hace parar.

—Ahora si —dice satisfecha —¡Ya puedes salir! —grita emocionada.

—Hola Mauro —levanto la mirada para encontrarme a la persona que jamás esperaba volver a ver. No respondo el saludo porque no puedo ni hablar, me he quedado de piedra al verla parada allí sonriendo mientras me asaltan todos los recuerdos que vivimos juntos y todos los momentos que padecí cuando se fue.

—¡Mi mamá volvió y ya no se va a ir! —Las palabras de Emilia no solo me volvieron a la realidad sino que derrumbaron mi mundo, aquel que estaba empezando a planear en compañía de Anny.

Oleadas de malestar recorren mi cuerpo sobre todo al verla tan altiva y sonriente, con ese cabello negro y esos ojos azules que en un tiempo me hicieron delirar de amor. Era imposible no notar lo bien que se veía, pareciera que el tiempo no pasó sobre ella.

Me quedo estático son poder moverme, ¿cómo se atreve aparecer así después de tantos años?

—Mi amor vamos a tu habitación, tus padres tienen mucho de qué hablar. —Al escuchar a mamá salgo de mis pensamientos.

—Pero abuelita yo quiero quedarme con ellos.

—Mi amor ve —habla Isabella —prometo ir a tu habitación apenas hable con tu papi.

Ella le sonríe y acepta ir con esa condición, miro mientras suben las escaleras aun sin poder creer lo que me está pasando.

—¿Qué haces aquí? —pregunto apenas veo que no nos puede escuchar.

—¿Ni siquiera un hola? Pues si te interesa estoy bien.

—No seas sínica Isabella —avanzo hacia ella para encararla. Está muy equivocada si piensa que va a llegar a nuestras vidas así de fácil después de tanto tiempo. —¿Qué diablos haces aquí? Necesito saberlo de una buena vez.

Quiero intentarlo... no importa si es menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora