Capítulo 7 ( Parte II )

4.2K 290 32
                                    

Es horrible que la gente intente darte consejos cuando solo necesito la opinión de un amigo. Vaya amigo me salió éste, solo necesitaba conversar con alguien.

—Principalmente creo que no debe de importar la edad —vuelve a decir Lola —lo que cuenta es la conexión que debe existir y sobre todo la compatibilidad que puedan lograr —quedo impresionado ante su punto de vista, dejándome sin palabras por ese tan buen concepto a mi favor.

—No sé pero, lo digo yo que tengo una hija de diecinueve años y discúlpame Mauro no tengo nada contra ti pero, no me gustaría que anduviera con un hombre mayor preferiría alguien de su misma edad.

—Descuida sé que no es nada personal —logro decirle pero aquellas palabras destrozan mis esperanzas. Nunca ella permitirá mi relación con Anny y es razonable.

—No seas así Susana. Mauro es un gran hombre.

— ¿Acaso están hablando de mi hija? Sé que Mauro es un buen hombre pero es mi punto de vista como madre. —Esto se está poniendo tan incómodo.

—Entonces hablemos de tu punto de vista de mujer.

—Eso es otra cosa.

—Déjenme hablar a mí —interrumpe Eduardo —Lola, tú te expresas así porque eres la romántica del trabajo, pero la realidad es otra. Andar con una mujer joven es un peligro sobre todo si es virgen o recién está teniendo sus primeras experiencias sexuales. —Es increíble que Eduardo meta en todo el sexo.

— ¿Y si están enamorados? —le refuta Lola. Nunca he estado en una situación tan incómoda que hablen de mí como si no estuviera. Eduardo ríe.

—Mi hermano lo que siente no es amor, simplemente es que a cierta edad el hombre quiere probar si tiene la habilidad de conquistar corazones jóvenes o simplemente llega un deseo de hartarse de jovencitas.

—No seas estúpido Eduardo —le contraataca Lola.

—Por favor podríamos dejar de hablar de mí. Es muy incómodo se los aseguro. —Intervengo para ver si así se callan.

—Me has pedido una opinión y te la estamos dando, debes estar agradecido de tener diferentes puntos de vistas.

—Lo único que voy a decir en defensa de Mauro —al fin habla Susana —es que las mujeres no buscamos casi nunca hombres de nuestra edad, tengo que admitir que nos gustan que sean unos añitos mayores —asiente Lola dándole la razón a Susana.

Si supiera que estamos hablando de Anny no me estuvieras dando la razón ni admitiendo nada, pienso en mi interior.

—Es verdad, un hombre también es atractivo cuando gana canas —bufa Eduardo al escuchar a Lola —te lo digo como mujer; nos sentimos atraídas hacia la madurez, la estabilidad financiera también es importante, nos gusta un hombre que tenga trabajo y pueda gastar en nosotras —sonríe pícaramente —y sobre todo la virilidad y tu estas dotado de todo eso.

—Podría ser —al fin logro intentar participar en la conversación – pero no quiero apostar sin saber si puedo ganar.

—No le hagas caso a Lola, no apuestes porque serás el único en perder. Mira —hace cara de fastidio —te lo digo por experiencia propia; como son jóvenes y guapas creen que tienen el derecho de aprovecharse, te va a manejar como un títere, son inmaduras, están en toda la edad de jugar con los chicos y tú vas a ser uno de ellos. Ahórrate el problema, de seguro te está usando al ver que te trae muerto.

—No hables tonterías Eduardo, tu experiencia no puede ser la misma de Mauro —le reprocha Susana —.Te lo digo también por experiencia, tengo a mi hija y las chicas se aprovechan de los chicos porque ellos se lo permiten y además porque pueden hacerlo, así de simple.—Siento un nudo en la garganta cuando hace mención de Anny no sé si quiero escuchar lo que viene, —mira por ejemplo mi hija, el fin de semana estuvieron sus compañeros de la universidad, se notaba que traía loco a uno,—los celos se hacen presentes recordando a Carlos —pero ella feliz disfrutando de sus atenciones sin darle mucha oportunidad.

—Es cierto —complementa Lola —las mujeres somos así, podemos ser chiquillas malcriadas con quien queramos pero cuando se conoce a un hombre maduro, podemos sacar a la luz nuestra madurez para convertirnos en auténticas mujeres.

Es extraño escucharlos debatir a ellos sobre mis sentimientos y mi edad, nunca he dejado mi vida tan expuesta de esta manera. Me agrada la forma de pensar de Lola, debo hablar más con ella cuando sienta que no puedo más en mi relación con Anny.

—Definitivamente con dos mujeres no se puede ganar. Lo único que te recomiendo —me mira fijamente —si quieres seguir con esa locura es que tú debes llevar el control de la relación, no ella.

—En eso si tiene razón Eduardo —asegura Susana —no te dejes manipular. Pero recuerda que como adolescentes que fuimos nos gusta ser las consentidas.

La comida llega en este instante a la mesa logrando interrumpir la conversación. En este momento me siento dividido en cuanto a qué hacer. El mesero deja la comida y empezamos a degustar de ella.

—Regresando al tema de consentir —habla Lola —puedes cumplir ciertos deseos que ella tenga. Eso te da muchos puntos a favor; te lo digo porque eso nos vuelve locas. Trátala con cariño, dale tu confianza pero tampoco tiene que llegar a verte como un amigo o peor como un padre; tiene que verte como un hombre, como su hombre y debes ser el hombre que ella sueñe.

Todos nos quedamos callados y sorprendidos al escucharla, habla con tanta pasión como si ella esté pasando por lo mismo. Es cierto, quiero que Anny me vea como su hombre.

Hacemos una pausa para disfrutar de nuestros almuerzos sobre todo porque tenemos que volver a trabajar, y al escucharlos a todos he llegado a la conclusión que si ella está de acuerdo podemos seguir con nuestra relación. Ella debe saber que la amo de tal forma que nadie podría amarla, ni siquiera alguien de su edad.

Tengo que pensar ahora en una buena reconciliación y pedirle formalmente que sea mi pareja, mi mujer.

Una vez que terminamos de comer pagamos la cuenta y nos dirigimos a nuestros trabajos.

—Por cierto, debes aprovechar toda oportunidad con ella —me dice seria —porque hay pocas posibilidades que vaya a estar contigo dentro de algunos años.

Las palabras de Susana logran echar todas mis ganas de luchar y continuar con Anny por un acantilado. Tiene toda la razón en un par de años seré más viejo y no merece estar atada a mí.

—No le hagas caso Mauro, lucha por esa mujer. Tienes todo para ganar.


Gracias por leer, aquí está nuestro querido Mauro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gracias por leer, aquí está nuestro querido Mauro.

Les comunico que he creado un grupo en Facebook ( el enlace está en mi muro de wattpad ), todos lo hacen así que he querido hacerlo también jajaja.  Envíen la solicitud en confianza. Disfrutaremos de cierto detalles que wattpad no permite

Gisselita.

Quiero intentarlo... no importa si es menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora