Mensaje de un desconocido

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Estaba agotado tanto física como psicológicamente. Había aprendido a teñir el cabello a través de varios errores, cada vez que me equivocaba mi hermana se enfurecía y me gritaba unas cuantas cosas que nunca creí que alguien las dijiera (ni mucho menos ella). Realmente me sorprendió, pero bueno, cambiando de tema, me sucedió algo muy extraño y escalofriante. Luego de darme un baño y ponerme el pijama, que consistía en un short negro  y una camiseta completamente oscura, me llegó un mensaje de un número desconocido. Pensando que era mi padre (tiene un montón de celulares ya que es un importante empresario y no he podido grabar todos) abrí el mensaje.

¿Qué decía?

Me encanta tu pijama, nunca pensé que te verías más sexy de como te veías hoy. Realmente me sorprendes y haces que me interese más en ti, Rui. Atte: tu amor>>

¡¿Eh?! ¡me han estado observando! ¡lo sabía! no me he podido sentir tranquilo desde esta mañana. Abrí las cortinas de mi ventana y observé el exterior. Si mis suposiciones son ciertas, el o la acosador(a) debería estar viendo por mi ventana para poder verme en pijama, o quizás sólo sea una broma… una broma de muy mal gusto, pero bueno, broma o no me gusta para nada. Pues claro, ¿a quién le gustaría ser observado, acosado, por un pervertido(a) o tal vez psicópata o bromista o hasta un simple mirón que consigue el número de tu celular y te envia un mensaje extraño?.

Realmente me sorprendí al ver una figura oscura mirar fijamente mi habitación, luego de mirarnos fijamente por unos segundos la figura se subió a una moto y el sonido del motor inundó mis oidos. Desapareció de mi vista en unos segundos y yo aún perplejo caminé de espaldas hasta toparme con mi cama y caer en ella.

Estaba asustado, sí, pero no dejaría que nadie haga que mi estabilidad emocional se quiebre por una simple tontería que posiblemente sea una broma. Ya me imagino lo que dijieron en grupo: "asusten al nuevo". Já, nadie me hará asustar por un juego.

Me dí unas cuantas vueltas por mi cama un poco desesperado y me dormí.

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Corría con un pan en la boca y una caja de leche en la mano. Me había quedado dormido y nadie se molestó en despertarme, además mi hermana posiblemente ya debe estar sentada tranquilamente en su salón mientras que yo me atragantaba con comida. Pufff… ya puedo ver la reja de la escuela... mierda está el director… ¡no cierre, ya voy!... uff me salvé por unos segundos, pude entrar pero no sin antes recibir un sermón sobre qué tan importante es llegar temprano. Mi paciencia se iba acabando con cada palabra que salía de la boca de aquel viejete regordete. Perdía más y más tiempo, lo único que quería era poder descansar en mi puesto, estoy agotado ya que la noche anterior sólo dormí un par de horas, de verdad que todo esto del acoso está consumiendo mi cerebro. Cuando salí de mi casa me encontré una rosa roja en el umbral, pensé que sería de mi hermana, que alguien se la había dejado allí; pero me sorprendió ver en la etiqueta: Kimura Rui, con una letra pulcra y fina.

-¡Alumno Kimura! ¿por qué se tarda tanto? -gritó el sensei desde mi salón.

-¡Oh! Kimura Rui, una última advertencia antes de que se vaya: si cree que por ser nuevo puede llegar a la hora que quiera, está muy equivocado.

-Lo siento, comprendo -dije desesperado por irme.

-Bueno, váyase -me miró indiferente y metió sus manos en sus bolsillos para luego dar media vuelta he irse por el largo pasillo.

-¿Eh? -dije con cara de estúpido, ¿eso era todo? ¿no me dirá algo más? mi antigua escuela era muy exigente, incluso por llegar tarde llamaban a mis padres.

-¡¡Kimura!! -gritó molesto el sensei.

-¡Lo siento! ya voy, ya voy -dije corriendo. Pobre de mí, aquí vamos corriendo otra ves.

Acosado por un gay - yaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora