16: ¿Qué fue eso?.

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Esta era la sensación más placentera que había sentido alguna vez. Sus labios siempre habían sido una atracción, el sentir, saber, que tan besables podrían ser, me daba curiosidad.

Siento como sonríe al seguir en una sincronización, a paso lento, lento pero con buena letra.

Sigo moviendo mis labios a un compás con los suyos, son exquisitos y sabrosos, el paraíso en ellos.

Sonrío, probablemente me arrepienta de esto luego.

Siempre es importante disfrutar el momento, no sabes cuando estas cosas volverán a pasar.

Si tienes sentimientos hacia una persona suéltalos al aire que todos sepan que es lo que sientes, nadie es perfecto y la vida esta hecha para esto; ser libre y vivir con y como quieras.

No sé si podré vivir con la conciencia sucia, al menos de que a ella le haya gustado tanto como a mí.

Siento que en cualquier momento Daniela me dará una bofetada.

Me separo un poco, la respiración me comienza a faltar, y seguro de que a ella también. Aún no logro recuperar la cordura, doy un último beso y me separo al instante.

Ella tiene sus ojos cerrados y mira hacía abajo.

-¿Qué fue eso?- es lo único que logra decir. Levanta su cabeza y me mira, lleva sus dedos hacía su boca y los toca, los deja allí.

Ahora mismo me remueve la conciencia, sabía que esto podría pasar y aún así me arriesgue.

-¿Qué fue eso?- vuelve a repetir. Me quedo estático, ¿Qué fue eso realmente? ¿Un impulso?.

Olvido por un momento a Daniela, miro sobre mi hombro hacia tras, quien sea que me estaba llamando ya se ha ido lo cual me da tranquilidad.

-Lo lamento...-intento excusarme de mi acto- Ya me puedes abofetear- le digo. Suelta una risa no muy escandalosa.

-¿Qué?- observo un destello en sus ojos. Ahora brillan como nunca-conservaras tu bello rostro, Blake.

-¿A qué te refieres?.

-También sé jugar, muchacho. No creas que me puedes manipular, sí, lo disfruté. Pero bien sabías que no debías hacerlo.

-Yo no estaba jugando... ni lo hago, nunca te haría daño.

-De igual forma te agradezco, fue un lindo regalo de cumpleaños.

Dicho esto se mueve un poco sobre sí y toma su bolsa.

-Nos vemos, con permiso.

-Okay, esto fue raro-. Digo cuando la veo alejarse de mí.

Creí que ella por un momento sintió algo, pero realmente me equivoqué. Seguirá con su ego hasta las nubes, y su mal trato a las personas.

De algo estoy muy seguro. Algún día esto cambiará, y ese día, no está muy lejos.

*

Te reto a ti... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora