☕Cirugía y Café

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Le estuvo insistiendo a la familia Jung que donara los órganos de su hija fallecida, explicándole amablemente la situación de Bae JooHyeon, pero tras escucharlo no hicieron más que sacudir la cabeza y pronunciar un «no» rotundo.

La hija menor de los Jung había fallecido debido a un accidente automovilístico y, por lo que averiguó, su corazón no ha sufrido demasiadas batallas en la vida. Es un órgano que le vendría bien a JooHyeon si tan solo los Jung pudiesen permitirlo.

Se sienta en la silla, que está junto a la camilla, y esboza una sonrisa tranquila a la mujer. Acomoda la ficha de datos en su regazo, y se apresura a toma las manos de JooHyeon suavemente. Ella apenas le puede dar una sonrisa.

—Doctor —llama ella con la voz rota y débil, apenas audible—, ¿cuánto tiempo tengo?

KyungSoo vio un atisbo de derrota flameando en los ojos de la mujer. Trata de que eso no afecte su mente, y sonriendo, le palmea el dorso de la mano.

¿Tal vez me veré muy insistente si continúo pidiéndole más de lo que ella puede dar?

—Por ahora, detengamos el tiempo y tengamos una charla amena —le sugiero, a lo que ella asiente—. ¿Cómo se encuentra tu hija?

—Emocionada —dice y suelta una risilla, su expresión sombría iluminándose ante un recuerdo—. Ya sabemos el sexo del bebé: es una nena.

Bien, sonriendo se ve más guapa.

—Felicidades. —JooHyeon acentúa su sonrisa—. ¿Y qué tal su esposo? ¿No estaba aquí hace unos momentos?

—Lo llamaron del trabajo, así que tuvo que volver.

KyungSoo frunce el ceño y se permite preguntar:

—¿Trabaja demasiado?

—Lo hace, pero ya no es como antes que se la pasaba todos los días en la empresa y apenas volvía a casa. Ahora acortó horas por mí.

KyungSoo nota que realmente no siente buenos sentimientos por eso, mas no quiere decir que no lo agradezca.

—¿No te hace feliz que tu esposo quiera estar contigo en esta batalla? —Ella baja la mirada, dando a entender en silencio su respuesta—. ¿Por qué?

—No quiero ser una carga para él y mi hija. JongHyun no duerme mucho, se salta la comida, ya no se ve como el hombre que ha estado acompañándome todos estos años: alegre, sonriente, bromista. Se la pasa conmigo todos los días. Y mi hija... ella simplemente descuida sus estudios.

KyungSoo le da un apretón a su mano y se estira para acariciarle la mejilla amigablemente. JooHyeon no lo mira.

—Es porque te aman, Irene. Ellos te quieren acompañar en esta dura situación. Sus cosas no son más importantes que tú, que estar junto a la persona que aman. Deberías estar feliz de tener buenas personas a tu lado.

—Pero aun así...

—Es malo para tu salud agobiarte por problemas menores. Por favor, evita no preocuparte tanto, ¿de acuerdo? —sugiere, concluyendo el tema. Ella asiente—. Bien —le da unas palmaditas, para después alejarse y sacar un bolígrafo—. Estás tomando tus medicamentos correctamente. Se nota la mejora.

Lee el informe redactado proporcionado por la enfermera a cargo, observando qué medicamentes se han suministrado y en qué horarios. Con esto se asegura de que no haya error en el cuidado al paciente. Está todo en orden. JooHyeon no sufrirá de depresión constante, ni mareos y dolores profundos.

—Descansa bien esta noche. Te daré unos sedantes para que puedas dormir; lo necesitas —le dice mientras camina hacia la puerta.

—Se lo agradezco, doctor.

Stronger Lovers «KaiSoo»Where stories live. Discover now