Capítulo único: Soledad

373 35 9
                                    

La transición de otoño a invierno se hacía fuerte. La brisa cada vez era más fría, y en pocos días, la nieve ya se hacía presente, cubriendo el suelo de un opaco color blanco, empañando las ventanas de mi habitación.

Cada mañana despertaba y abría las cortinas de las ventanas a penas me levantaba. Sentía un frío sol en mis brazos que me hacían querer entrar de nuevo a la cama, pero había muchas responsabilidades en casa como para volver a dormir de nuevo.

Era un sábado en la mañana, comenzaban las anheladas vacaciones de invierno. Me sentía aliviado por ello, no había más trabajo escolar, ni tenía que ir a aguantarme a mis ruidosos compañeros de clase. Prefería tener que asear la casa a ir a la escuela que me tenía aburrido.

Restregué mis dedos en los ojos para quitarme toda la mugre que tenía de dormir y comencé a hacer la cama con tranquilidad, sabiendo que no tenía tarea o tener que ir al edificio donde me educaba.

- ¡James, James! Despierta ya dormilón, ¡tú desayuno está listo! - gritaba mi madre desde la cocina, esperando a que bajara para desayunar.

Me coloqué una sudadera que estaba por ahí, el frío congelaba mis piernas, y bajar en un pantalón corto me haría un helado humano, seguro.

- Buenos días, mamá - saludé a la mujer, con una gran sonrisa.

- Oh James, te veo muy contento hoy, más que de costumbre - comentó.

- Ya sabes, hoy empiezan las vacaciones... No me siento con preocupación alguna - moldeé una sonrisa, mostrando una gran satisfacción y tranquilidad.

- Ya veo Jaimie - sonrió -. Hice pancakes para desayunar, seguro te encantarán - añadió, mientras servía el alimento y lo llevaba a la mesa. Eran unos deliciosos pancakes de color ocre con miel derritiéndose sobre ellos acompañada de un cubito de mantequilla.

Luego de desayunar, fuimos a la sala, a hablar de algo que para ella era importante avisarme, para luego darnos una ducha caliente y seguir con las actividades cotidianas.

Me senté primero en el sofá, un poco agresivo al momento de hacerlo, luego ella vino, con más tranquilidad, y se sentó suspirando con una preocupación su rostro.

- Bien hijo. Me han enviado una carta en la que me dicen tú tío le ha pasado algo grave, un automóvil lo atropelló y está muy mal. Debo ir a viajar a la ciudad donde estaba, ir al hospital donde está internado y quedarme cuidando de él. No sé exactamente cuándo volveré. A lo que quiero llegar es que debes quedarte aquí en casa, no lo sé, tal vez una semana.

- Mamá, ¿no puedo ir contigo? Quiero decir, no es que tenga miedo, también quiero ver a mi tío - mentía en cierto modo, no tenía miedo, tampoco quería ver a mi tío, yo sólo no quería quedarme solo en casa.

- Ay Jaimie. No puedes, estos son otros asuntos. No es como un viaje para ir a pasear por aquella ciudad, es algo muy serio - suspiró -. Además, ya tienes quince años, ya casi dieciséis, sabes cocinar y tienes cosas qué hacer aquí en casa. Puedes cuidarte tú solo, confío en ti.

Bajé la mirada, en verdad no quería quedarme solo. Estar solo, en el único lugar que considero mi refugio me hace sentir vacío; me hace sentir que verdaderamente estoy solo, aunque no lo esté.

La mujer vio mi ánimo, se veía aplastado por lo que dijo. Reflejó en su mirada culpa y me dio un fuerte abrazo, muy cálido y sincero, como lo son los abrazos de madre.

Besó mi frente, y tomándome de las manos pronunció algunas palabras.

- James, no te preocupes, no vas a estar solo, no te voy a dejar solo. Te enviaré cartas todos los días, te avisaré como sigue tu tío y te preguntaré como estás. Sólo te pido que las leas y las contestes, por favor.

I'm Alone... or Not? (METALLICA) [Oneshot]Where stories live. Discover now