∆ Oportunidades brillantes

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Ahí... Sí, ah... Narumi, ahí...

¿Qué demonios estaba escuchando?

Una rabia imprescindible se apoderó del cuerpo de Mika, el cual se levantó del sofá como un resorte y caminó a paso apresurado a la habitación de huéspedes, en donde estaban Yuu y su novio haciendo lo que era más probable que pudieran hacer dados aquellos sonidos.

¡¿Qué demonios están haciendo...?! —gritó el de piel pálida abriendo abruptamente la puerta con una expresión de enojo; sin embargo, se quedó desconcertado cuando no vio lo que esperaba—. ¿Qué demonios...?

Podía jurarlo; Mika podía jurar que esos eran gemidos.

Pero no, no eran; supuso encontrarse con una escena comprometedora en esa habitación, pero no fue así: en su lugar estaba Narumi de pie tras rascándole la espalda.

Yuu giró viendo al rubio que los miraba sin entender.

Me picó un mosquito y Narumi me rascaba —explicó el moreno—. Además, ¿qué te importa lo que pase entre nosotros?

¿A mí? el ojizafiro se puso nervioso—. A mí no me interesa, pero... tomó aire pensando en alguna excusa—. Michi, , Michi, ¿su desayuno?

Me estaba levantando para eso, idiota —rezongó parándose.

Mikai suspiró y se fue a bañar; ya cuando había bajar a la cocina, escuchó la voz del azabache haciéndose ligeramente dulce:

¿Quién es un bebé lindo?la voz endulzada dirigida al pequeño infante llenó la cocina junto a la risa de este.

La tierna carcajada de Michi se escuchaba seguido de una amena plática entre el azabache y el castaño; y por un segundo, el rubio se sintió excluido, soltando un largo suspiro, entró a la cocina.

Me voyavisó—. Adiós, Amane, novio de Amane.

El rubio tenía la pequeña esperanza de que Yuu lo detuviera para que comiera su desayuno, un desayuno que ni siquiera había sido preparado por él pero que su estómago ansiaba consumir.

Adiós, Mikaela-san —se despidió Narumi con una sonrisa educada.

Adiósespetó el azabache.

El moreno no lo detuvo; el ojizafiro se sintió un poco decepcionado. Sólo un poquito.

¿Y mi desayuno?inquirió el rubio sin poder evitar mostrarse irritado.

Yo no soy tu mamá para hacerlo todos los días, tienes dinero para comprar algo en el camino, hazlorespondió el ojiesmeralda con tranquilidad mientras le sacaba los gases a Michi—. Yo llegaré tarde a mi trabajo.

Bajo el mismo techo [MikaYuu] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora