¿Esto en verdad pasó?

Comenzar desde el principio
                                    

- A veces me pregunto si eres gay - le dije para molestarlo, porque sé que él es homofóbico, o por lo menos lo era hace unos años, ahora parece que ya no

- Qué graciosa, me gustan las mujeres, y lo sabes - me dijo poniendo su brazo sobre mis hombros

- ¿Cómo voy a saberlo? Si no mal recuerdas desde que estoy aquí no te ha gustado nadie, bueno, nunca me has dicho - comenté para encararlo y sacarle un poco de la verdad, porque sinceramente, este chico era muy misterioso

- Sí me ha gustado alguien, ya lo sabrás - me respondió para revolotearme mi pelo

- ¡Oye! - me quejé, detesto que haga eso

- Ya, ya, te dejo, por ahora - dijo para después irse por donde vino

Este hombre me va a volver loca, me gusta, pero no lo tolero, creo que soy un poco rara, o más bien, soy muy rara.

Entré al baño de las mujeres e hice mis necesidades, poco tiempo después salí sin ninguna prisa, aún me quedaban unos dos minutos, alcanzaba a legar a la biblioteca.

Mientras iba caminando de un momento a otro sentí que alguien me hizo una zancadilla. Miré hacia atrás pero no había nadie conocido, volvieron a hacerlo y me fijé que eran los gemelos.

- Hey Astrid - me saludaron ambos

- Hola - les dije

- Astrid ya lo sabemos todo - empezó a decir Brutilda

- ¿Qué cosa? - pregunté confundida

- A ti te gusta Hipo, no finjas - respondió Brutacio a mi lado

- Eso no es cierto - dije, bueno, sí es cierto, pero no pienso admitirlo, nadie lo sabe

- Claro - dijo con sarcasmo la gemela - Por su puesto.

- Crean lo que quieran - dije, no me apetecía intentar convencerlos, nunca me creían

- Ya, no te enojes - comentaron los dos

Después de eso, las presentaciones volvieron a comenzar. Ahora le tocaba a Heather, ella estaba muy nerviosa, le había tocado un tema de matemáticas y eso era en lo peor que ella era, de todas formas, logró sobresalir y le resultó con éxito su trabajo. Estuve muy feliz de que mi amiga haya logrado cumplir con su objetivo. Tiempo después, tocaron para volver a salir a descansar.

Esta vez salí de la biblioteca junto con Heather e Hipo estaba ahí, asechándome con la irada, estoy segura de que tramaba algo, lo presentía.

Decidí volver a la biblioteca para poder buscar mi celular, no lo había visto en todo el día y tal vez mi madre me había mandado un mensaje o algo así, nunca se sabe. Abrí mi mochila y saqué mi precioso celular, no pasaron ni siquiera dos segundos de que lo había encendido cuando sentí que me lo arrebataron de las manos, literalmente.

- ¡Hipo! - grité furiosa, detesto que tomen mi celular o que me lo quiten - ¡Devuélvemelo!

- Alcánzame - dijo sonriendo mientras corría

Intenté seguirle el paso, siempre hace lo mismo, yo tomo mi celular por un segundo y este sujeto me lo arrebata, siempre es lo mismo. Poco tiempo pasó cuando lo agarré de un brazo.

- Dámelo - le ordené

- Si después me haces un favor - me dijo con una gran sonrisa

- ¿Qué favor? - pregunté con duda

- Un favor - me respondió - Mira, quieres tu celular, ¿sí o no?

- Bien - dije

Después de eso, él me entregó mi amado celular y se fue corriendo rápidamente. Justo en ese momento, Heather con Brutilda llegaron.

- Rayo, nosotras queríamos ver el espectáculo - se quejó la rubia

- No pasó nada - dije quitándole las esperanzas que le quedaban

- Demonios - dijo Heather

Yo sólo reí, estas chicas estaban locas.

Volvió a sonar la campada, dando inició otra vez a las presentaciones. El segundo en presentar fue Hipo, se veía tan lindo con ese traje, con esa corbata, con ese peinado, quiero decir, se veía normal, normal para la vista de cualquier persona.

Tengo que admitirlo, le salió fenomenal, su increíble profundización sobre el tema, todas las respuestas a las preguntas, todo, absolutamente todo fue excepcional, nada que decir, este chico todo lo que hacía le resultaba con éxito. Los profesores lo felicitaron al igual que yo después que volvimos a tener un tiempo de descanso.

- Gracias - me respondió

- Es que en serio, te salió genial - dije entusiasmada, me enorgullecía de él

- Qué bueno - comentó - Ven

- ¿A dónde? - pregunté dudosa

- Aquí - me dijo en medio de la biblioteca, justo donde el proyector alumbraba, en la pared se podía ver la sombra de mi amigo

- Okey - respondí yendo hacia él

Al ver que me acerqué, Hipo me puso en frente de él, de esta forma, a ambos se podían ver nuestras sombras en la pared. Es mi idea o esto ya se está poniendo un poco romántico, no, debe ser mi idea, no dormir nada anoche por leer me debe estar afectando.

- ¿Qué necesitas? - pregunté

- Quiero cobrar mi favor - me respondió

- Adelante, dilo -

- Quiero que cierres los ojos - me dijo en un susurro

- ¿Está bien? - respondí con duda - Pero si es otra de tus bromas te voy a matar

- Sí, lo sé -

Cerré los ojos tal como él me lo pidió.

- ¿Ahora qu...? - empecé a preguntar, pero algo me lo impidió, algo estaba en mis labios

Abrí mis ojos automáticamente y me fijé que lo que me oponía a hablar eran los labios de Hipo, Hipo me estaba besando, y Thor, besaba como los dioses.

Con un poco de inseguridad, debido a que es la primera vez en la que alguien me besa, coloqué mis brazos alrededor del cuello de Hipo. Él, en cambio, colocó sus manos en mi cintura, apegándome más a su cuerpo.

- ¡WUJÚ! - escuché que gritaban nuestros compañeros a nuestro alrededor - ¡AL FIN!

- ¡Así se hace Hipo! - apoyaron los hombres al castaño que me estaba besando

- ¡Nuestro shipp se hizo realidad! - escuché cómo gritaban mis amigas

Por tanto ruido generado, la vergüenza comenzó a invadirme, lentamente comencé a separarme de Hipo, él, mientras me iba alejando mordió un poco mi labio inferior. Thor, esto es el cielo. Después nos separamos.

- ¡Sí! - gritó Hipo con entusiasmo alzando su puño al aire, mientras que su otro brazo lo tenía en mi cintura

- ¡Sí! - gritaron todos junto con él

Esto fue lo más loco que me haya ocurrido, al parecer, todos habían hecho un complot para que yo me quedara con Hipo, todos querían que nosotros quedáramos juntos. De hecho, hasta sacaron una foto de nosotros besándonos, al igual que nuestras sombras. Fue precioso.

Y no tengo la menor idea de lo que puede pasar hoy.

Que la imaginación fluya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora