Quiero disculparme porque sé que mi historia no será tan buena como la original, pero como parece que no va a haber una segunda parte oficial, he decidido hacerla yo. No porque no fuese PERFECTA, porque el final me dejó con ganas de más y es una mal...
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«NARRA SIGMA»
De modo que, me encuentro en el autobús de la resaca. La mayoría de los alumnos estamos arrugados en nuestros asientos con las cabezas a punto de estallar y placando de dolor. Parece mentira que seamos capaces de acudir a la scolovola en semejante estado.
-—Ummm.-— me quejo una vez más.
En el fondo del automóvil todavía quedan unos pocos afectados por los resquicios de la fiesta, que con sus canciones de bar torturan al resto. Todos habíamos piteado demasiado fuegodoro.
—-¿Me permites forella?-— dejo de smotar la reunión de adorables petirrojos desde la ventanilla y me vuelvo para encontrar a un málchico joven que viste exageradamente nadsat, Alexander DeLarge, si mis glasos no mentían.
Vaqueros de un blanco apagado, complementados con una camiseta de un tono más limpio, en contraste con el negro de sus tirantes desatados, sombrero estilo inglés y botas de militar. Ciertamente unos platis poco usuales.
-—Claro.—- chumlo intentando disimular la sonrisa que escapa de mis labios. Me parece que no me ha reconocido.
-—Muchas gracias .-—toma asiento a mi lado, colocando una vara negra sobre sus rodillas .-— Querida hermanita, puedo ver la diversión en tus glasos, ¿qué te hace tanta gracia?
—-No importa.—- smenco y contemplo cómo una sucia paloma se acerca a los petirrojos y los echa con un agresivo batir de alas.
