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Narra Harry.

Llegué a mi casa pasadas las 10 de la noche.

No había comido nada así que me moría de hambre aunque creo que estaba más cansado que otra cosa.

Hoy había sido un día realmente largo.

En la mañana estuve todo el tiempo en la fábrica, luego a Rachele se le ocurrió darme una visita de tres malditas horas y por último Nataly comenzó a reclamarme porque había cancelado un almuerzo que habíamos arreglado hace dos días por su cumpleaños ya que no pude ir para ese día pero no podía pedirle a mi futura esposa que se fuera porque tenía que verme con mi amante que es su amiga.

Coloqué comida de hace algunos días en el microondas y me acosté en el sofá a esperar que se escucharan los cinco pitidos.

Sabía cocinar, quiero decir, tengo una idea como para sobrevivir de algo más que comida recalentada pero en este momento quiero comer lo más rápido posible e irme a dormir.

Mi teléfono sonó y quise tirarlo.¿Como puede ser que ni siquiera en mi casa esté tranquilo?

—Hola—contesté duramente sin mirar quién era.

—Lo siento si hablo en un mal momento—escuché decir del otro lado. Fruncí el ceño.

—¿Sasha?—ella hizo un sonido nasal en forma de afirmación—Lo siento, no tuve un buen día.

—Bueno no todos tenemos la culpa de eso—suspiré.

—¿Cómo conseguiste mi número?

—No te ilusiones, me lo dió Rachele cuando hablamos sobre las formas de pago—la escuché decir.

—¿Me hablas para eso?

—No—ella suspiró—Me dijo Rebecca que le dijiste que podrías venir a mi casa el domingo si yo te lo autorizaba.

—Si, he estado esperando tu llamado—dije aunque debo admitir que lo había olvidado.

—Seguro—dijo sarcástica—Rebecca ha estado insistiendome a cada rato que te llamara y dijera que sí así que ya tienes mi respuesta.

—No me quedó claro—dije.

—Si Harry, puedes venir el domingo.

—¡Genial!—exclamé.

—Liz me dijo que te diga que solo lo hagas si vienes con Niall—reí.

—De seguro él estará encantado de ir.

—Bien—Nos quedamos en silencio por unos segundos—Eso es todo.

—¿Sasha?

—¿Sí?—preguntó.

—Aunque no me hubieras llamado hubiera ido el domingo, realmente me agrada tu hija.

La escuché suspirar.

—Adiós Harry—y colgó sin esperar una respuesta.

(...)

—Por fin una sorpresa agradable—dije cuando entré a mi oficina.

—¿Un mal día?—me preguntó mi hermana mientras me abrazaba.

—Terrible. Vinieron unos inversionistas que querían trabajar con nuestra empresa y piensan que somos idiotas, te juro que salían más beneficiados ellos que nosotros—ella soltó una carcajada.

—Tu eres inteligente Harry, todos confiamos en tí—se sentó en el sofá.

—¿Se puede saber a qué se debe tu visita y esos halagos?

Wedding Planner {hs}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora