EDITANDO.
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#65 de todo - 28 de Agosto 2016
#64 de todo - 3 de septiembre 2016
#70 de todo -3 de noviembre 2016
#111 de todo -15 noviembre 2016
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Editado.
Había pasado más de una hora y aún me encontraba en el mismo lugar.
Observaba el panorama. Un grupo de niños jugaba al fútbol, algunas niñas jugaban a que no me topas. y sus risas eran música para mis oídos.
Tenía un poquito de esperanza, no debía irme, él llegaría...
Las horas transcurrían y cuando ya no pude más tome mis pertenencias dispuesta a irme.
— ¡______! — alguien grita.
Cierro los ojos con fuerza, no puedo flaquear justo ahora.
Sigo mi camino, no quiero verlo, y mucho menos escuchar sus excusas ahora.
— ¡¿ podrías tan siquiera mirarme?! — pregunta en un grito.
Suspiro. Sé debo escuchar la razón de su tardanza, pero siempre es lo mismo, parece una rutina.
Giro sobre mis talones, encontrándome con él.
Parece estar arrepentido, igual que siempre.
- Ya te mire, ahora me voy - le digo.
- No sé por dónde empezar... - Murmura.
- Por el principio, sería una buena opción - digo en el mismo tono.
- No quiero causarte lastima, eso es lo principal. La salud de mamá está cada día peor, y la acompaño a sus terapias. Por eso siempre llego tarde, no es mi intención... Yo te amo, y si por mí fuera, estaría junto a ti las veinticuatro horas del día. - Sus ojitos están cristalizados.
Sollozo, me siento la peor persona del mundo. Sabía que debía escucharlo pero la rabia me había ganado.
Mis brazos rodean su cintura fundiéndonos en un fuerte abrazo.
Una gotita cae en mi cabeza pero no está lloviendo; Tay está llorando, que es muy diferente y sería lo correcto.
-Tay, llorar ahorita mismo es una locura. Seca esas lágrimas y sonríe para mí por favor, sé que está situación es difícil para ti, pero te apoyare en lo que sea. Lamento haber actuado como una estupida, sabes que ese es mi defecto, actuar antes de pensar. Quiero acompañarte a las terapias de tu mamá, quiero hacerlo, prometí estar contigo en tus altas y bajas, debo cumplir esa promesa - Susurro.
Siento su mano en mi barbilla, es entonces cuando alzó la vista y efectivamente está sonriendo.
Una sonrisa inconsciente brota de mis labios, lo he conseguido.
La distancia que nos separa queda en el olvido, sus labios están sobre los míos y a decir verdad es una sensación inexplicable.
- Te amo, y siempre, siempre, estaré para ti - le recuerdo.
