Capitulo 2

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No veía la hora de salir de aquí. Odio este lugar. Ese maldito profesor no deja de hablar. Yo solo veía el reloj, esperando que marque a las dos en punto para irme.

Gabriela no había venido hoy, esta enferma. Por eso mi día había sido tan jodidamente infernal. En los recesos me fui a comer detrás de un árbol, no quería entrar a ese lugar en donde mi hermano esta comiendo en grupo con sus mejores amigos y con unas cuantas chicas. Recuerdo que cuando los veía así, iba corriendo los abrazaba y luego insistía para ir a comer un helado. Tenían quince años y no eran tan diferentes a como lo son ahora. Ahora son todos unos hombresitos, eso diría mi madre.

Termino la clase y me acerque a donde se encontraba mi hermano con sus amigos afuera y no dije nada, puesto que mi hermano tendría que saber con mi presencia que ya nos teníamos que ir. Pero el ni me miro y siguió con su estúpida conversación.

-Fer...-Dije y todos voltearon a verme

-Oh, Are.. ¿Que pasa?

-Pasa que me quiero ir a casa.

-Espera, ahora vamos. -Dijo y siguió hablando. Me sentía como una maldita niña pequeña.

Todos estaban entretenidos en la conversación, sólo quería irme. Me estrese y decidí que no iba a depender de mi hermano, el usa su camioneta, pues yo usare mis pies. Empecé a caminar, caminar y caminar hasta casa. No quedaba cerca pero tampoco lejos. Sabia perfectamente este camino, pues siempre veo por la ventana cuando voy en el carro.

Recuerdo cuando era mi madre quien me llevaba y cantábamos canciones juntas en el camino. Iba radiante feliz a la escuela. Ahora todo era diferente, era mi hermano quien me llevaba y siempre hablaba por teléfono o iba con la musica a todo volumen. Desafortunadamente no teníamos el mismo gusto musical.

Finalmente, llegue a casa, estaba cansadisima y subí corriendo las escaleras hasta encerrarme en mi habitación. Me di una buena ducha, salí y me puse lo mas cómodo que encontré en el closet. Un suéter de gato que me llegaba hasta los muslos con un short corto que tapaba esta y unas medias. Deje que mi cabello liso se secara y me puse a ver televisión, hasta que me quede dormida.

Gritos me levantaron.

-Fernando! Ah! Ah! -Gemía, aquella chica. Dios, ¿Que mierda le pasaba a Fernando para hacer esto en nuestra casa? Maldita sea. Juró que cuando lo vea lo matare.

Me puse los audífonos y puse la musica a todo volumen. No soportaba mas, quería escapar. Quería irme lo mas lejos que podía.

Le mande un mensaje a Gabriela preguntándole si iría mañana a la escuela a lo que me respondió que si. Bueno al menos mañana no seria como hoy.

Me predi en la musica y finalmente me quede dormida de nuevo.

Me levante muy temprano, me metí al baño y me arregle. Me puse un jean y un suéter con una bufanda. Hacia mucho frío. Me hice una coleta alta donde salían algunos pequeños mechones rebeldes y baje.

Maldita sea.. Abajo se encontraban Manuel y Brandon. Mi corazón empezó a latir muy fuerte hasta que vi a mi hermano. Me dirigí a la nevera sintiendo sus miradas en mi y saque una manzana.

-¿Ya no das los buenos días hermanita? -Dijo mi hermano. ¡Imbécil!

-Buenos dias los tuyos, ¿verdad? Digo, con la estupenda noche que tuviste ayer. -Dije, Brandon escupió el jugo de naranja que tomaba y Manuel soltó una carcajada. Lo había hecho reír, ¡si!

-Arely... -Dijo apenado

No, Fernando. Deberías de tener un poco mas de respeto conmigo. ¡Esta también es mi casa! Lo de ayer fue asqueroso. Espero no se repita o juro que llamare a papa y le contare de todas tus fiestas en su ausencia.

-Perdón, ¿si? Juro que no volverá a pasar. -Dijo arrepentido, yo solo lo ignore y me dirigí hacia la puerta. Iría a la escuela caminando otra vez.

Sabia que me arrepentiría después de esto. Seguí caminando hasta que sentí que una moto se poso a mi lado. Oh dios, es su moto.

-Arely, no tienes que caminar si quieres te llevo. -Dijo Manuel, mirándome. Maldita sea, recuerdo las veces que me decía que cuando se comprara una moto a la primer persona que llevaría seria a mi. Malditos recuerdos.

-No, gracias. No necesito tu simpatía Manuel -Dije y seguí caminando.

-Bueno pues si sigues así, llegaras tarde. Hoy todos tenemos reunión con la señora Bezarez y no creo que quieras un regaño de su parte. -Dijo seguro. ¡Maldita sea! Lo había olvidado. Me acerque a donde estaba y el sonrió. Me subí y temblaba con la idea de que tenia que abrazarlo por todo el camino. Solo me quede quieta.

-Arely, ¿es que a caso quieres tener un accidente? -Dijo, bueno, la verdad, si-Agarrame, si es que no te quieres caer. - Estreche mis brazos, lo abrace por detrás y arranco.

Lo apreté mucho mas fuerte en el camino. Hasta que por fin llegamos al colegio y sentí todas las miradas en nosotros...

¡Mierda! ¡Y mas mierda!

ERES MIA PEQUEÑAWhere stories live. Discover now