Primer Amor

Extrañamente diferente

- Gracias por traerme Luke, nos vemos mañana.- Le dijo saliendo de sus brazos, Luke le tomó el rostro con las manos y la miró. Ella sintió un cosquilleo en su rostro, agarró a su amigo de la camiseta que llevaba, Luke se acercó a milímetros de su boca, se detuvo. Para Alex fueron horas, una sensación extraña la invadía, no podía moverse, como nunca antes le había pasado, no sabía si era el momento, el lugar, el ambiente, o Luke, pero ALex solo deseaba en ese momento que Luke la besara. Pero él se detuvo allí a milímetros de su boca, y simplemente subió para darle un suave beso en la frente.

- Descansa Al, nos vemos.- Dijo Luke, Alex se quedó pasmada en el lugar, y le costó mucho recuperar el aliento.

- Escríbeme cuando llegues a casa, por favor.- Le dijo Alex Despidiéndose.

Alex entró a su casa, cerró y se apoyó en la puerta, se sentía tan rara y en shock, sentía las mejillas calientes, su corazón se sentía apretado, era una sensación muy extraña, decidió entonces, no darle importancia, caminó hacia su cuarto y entro, se cambió de ropa y se acostó para dormir.

El sol entra por la ventana directo en el rostro de Alex, ella se despierta molesta por esa interrupción, mira el reloj, 7:15 am. y sus clases empieza a las 9:30 am. le quedaba mucho tiempo para dormir, aun no sonaba su alarma, pero gracias al sol ya no pudo volver a dormir, aunque se quedó acostada, disfrutando de lo cálida que estaba su cama, y sin aviso, entraron a su cuarto.

- Cumpleaños feliz...- Comenzaron a cantar los padres de Alex, ella se quedo ahí mirando hasta que terminaron de cantar, mirando a la nada como cada vez que nos cantan cumpleaños qué no sabemos qué hacer hasta que terminan.

- Gracias, pero el sol ya se ha encargado de despertarme.- Se levantó y le dio un gran abrazo y un beso a sus padres.- Supongo que desayunamos pastel, ¿no?.

- Claro, de frambuesa y merengue como te gusta.- Qué delicia pensó Alex, y bajaron todos a desayunar.

- ¿Qué harás hoy después de clases hija?- Le preguntó su padre.

- Creo que saldré con los chicos, de seguro querrán celebrar temprano para luego venir a estudiar a casa.- Respondió a su papá.

- Tendrán mucho de que celebrar, te lo aseguro.- Dijo su padre mirándola a los ojos.

- ¡Damian, pero como no te resistes a decir esas cosas!- Le regaño su madre.- Queríamos entregarte esto esta noche, pero gracias al tonto de tu padre, te lo entregamos ahora.- Le dijo dulcemente a su hija.

Le entregó una cajita, de color dorado, que le hizo recordar a la noche anterior, ¿será que todo el mundo está siendo extraño a propósito?, sintió como se le apretaba el estómago, sacó esos pensamientos de su cabeza y se concentró en el momento que estaba viviendo.

- Anda, ábrelo.- Le dijo su padre dándole un empujón.

- No lo puedo creer.- Dijo Alex lentamente al abrir la caja, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver dentro de la caja donde habían dos llaves, sujetas a un llavero con forma de un gato negro.- ¿Qué es esto?- Preguntó incrédula.

- Con tu padre hemos comprado un apartamento, bueno, la mitad- Le dijo su madre mientras se colocaba junto al padre de Alex y lo abrazaba.

- Es una broma ¿no?, osea, no me lo creo.- Dijo Alex aun atónita, estaba demasiado emocionada.

- Tendrás que mantenerlo tu, claro, aun falta pagar parte del apartamento, así que de eso te encargas tú, nosotros te seguiremos dando mesada hasta que termines tus estudios.- Dijo Damian.