2. Club del celibato.

448 56 15
                                    

La escuela nunca ha sido un gran problema para mí, tengo buenas clasificaciones, buenos compañeros clases, una gran opinión de los maestros, una gran reputación a excepción de... Jhon Freeman.

No es que me desagrade, no mentiré de qué me hace sentir deseada totalmente, y no es feo, el problema es que me mancha la reputación. Para el primer año fui una rompecorazones, para el segundo una insensible, para el tercero todos creían que era lesbiana hasta que llegó el baile de graduación y besé a Will Thompson y luego lo rechacé porque no quería nada serio, a partir de ahí soy la chica que no necesita a un hombre para ser feliz.

Me he sentado a hablar con él en varias ocasiones, he sido linda y agradable tanto como brusca y agresiva, lo he puesto a llorar pero entonces al otro día llega con su odiosa sonrisa a decirme que está dispuesto a esperarme un poco más.

Sé que recurrir a la mentira es un tanto arriesgado y que siempre alguien sale lastimado pero ¿qué harías tú? ¿Acusarlo con el director? ¿Con tu madre? ¡No! Además que Fred está dispuesto hacerlo, claro hasta es un buen chico que te advierte las cosas...claramente ahora estoy siendo sarcástica.

Jenny me fue a buscar a casa con su auto para irnos al instituto, escuchábamos a R5 mientras repetíamos las letras sin siquiera estar acorde con la canción, excepto Jenny ella era un gran fan. Se parqueó al lado de un auto azul...el mismo que tiene Fred.

- ¿Qué tienes a primera hora? -me preguntó Jenny, sólo teníamos algunas clases juntas, las avanzadas por supuesto.

-Química -dije y ella sonrió. ¡Sí, al Sr. Humberto a primera hora!

Otra vez estoy siendo sarcástica.

Caminamos por los pasillos riéndonos de los estúpidos anuncios que colocan en las paredes de la escuela. ¡Apoya al comité estudiantil a forjar la cultura! ¡Únete al club campestre! ¡Club del celibato!

Hablando del club del celibato, Jenny y yo estábamos manteniendo ese plan pero a distancia, no teníamos que pertenecer a un club para querer mantenernos vírgenes, ambas mirábamos a quiénes habían puesto su nombre en la lista. Becca, Susan, Ana, Lucas...

-Puedes creer que Becca....

- ¡Charlie! -gritó alguien, giré hacía quien pronunciaba mi apodo y me encontré con Jhon, a unos cuantos casilleros, dirigiéndose hacia mí.

Otra vez necesité huir, comencé a caminar rápido mientras escuchaba su insistente llamado sobre los murmullos de los estudiantes, hasta que lo vi, con unos vaqueros negros y una camiseta azul, Fred Irons, estaba sacando algunos libros de su casillero cuando le abracé de espaldas.

Su cuerpo se tensó, pero sentí la mirada de Jhon a nuestras espaldas, así que no me importó si le incomodaba, tendría que disfrutar mi abrazo.

-Hola amor -dije melosamente falso, dejando un beso sobre su espalda.

Al oír mi voz, su cuerpo se relajo pero no por completo, suspiró para después girarse hacia mí: -Buenos días, hermosa. -pasó un brazo por mis hombres mientras buscaba con su mirada a Jhon, cuando lo vio, le sonrió. -Hola, Freeman, ¿Qué tal? Perdona sí te molestamos, a Charlie le encanta hacer demostraciones en público.

Juro que las clases de control de ira que tomo por Youtube están funcionando, pude controlar la patada que le quería dar en las bolas.

-No te preocupes, Irons -dijo de mala gana, Jhon. Parecía decepcionado, llevaba el cabello rubio peinado a la perfección hacía atrás, una camisa blanca y vaqueros azules. - ¿Cómo estás, Charlie? Te estaba llamando, ¿No me oíste? ¿Por qué corriste?

Te lo advertí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora