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-¿Qué quieres saber?- responde Justin abriendo nuestro libro a la vista de todos.
Me rio un poco avergonzada, ellos se tienen mucha confianza así que Justin responderá cualquier cosa.
-¿Están enamorados?- pregunta Héctor, uno de los amigos.
Jocelyn suelta una carcajada que nos contagia enseguida.
-¿Y dónde está el chiste?- pregunta él.
-¿No te das cuenta de como se miran?- responde Dylan como si fuera obvio.
Cruzo miradas con Justin y el me mira intensamente a los ojos,transmitiendo algo que ahora mismo no entiendo.
-Los hombres siempre se enamoran de la mujer que lo ayuda a recuperarse- comenta Jocelyn.
Justin aparta su mirada de mi y la pone en ella.
-Cuanta razón tienes- responde y la abraza con cariño- pero, ¿quién es su sano juicio no se enamoraria de ese ángel rosado?- pregunta citando el color de mi ropa.

♡

Después de la encantadora cena de ayer con nuestros amigos fuimos a casa a descansar sin interrupción alguna y ahora ambos pasamos un tiempo relajante y silencioso en el jardín de casa.
-¿A que hora debes irte?- le pregunto a Justin dejando la revista que estaba mirando sobre mis piernas.
Aparta la mirada de la tablet que tiene delante y me mira.
-A las ocho pero Maejor llegará a las siete para preparnos- me informa con una sonrisa- ¿y tú?
-Los estilistas llegarán en cualquier momento- digo mirando la hora en mi teléfono.
-Aún puedo ir contigo si quieres- me recuerda e intento no poner los ojos en blanco por insistir una vez más.
-Quiero hacer esto sola, cariño- vuelvo a decirle.
Vuelve a darle su atención al aparato que tiene en las manos molesto, odia no conseguir lo que quiere pero poco a poco esta aprendiendo a manejar eso.
-Mira esta foto- eleva la voz al ver algo sonriente.
Me acerco para observar. Es una foto de el y Jocelyn saliendo del restaurante ayer.

-Están diciendo que es mi nueva conquista- se rie mientras lo dice.
-Lo suponía- respondo sin sorprenderme.
Persona con la que es visto, persona que es su pareja.
-Deberían de darse cuenta que es la misma cena a la que entre contigo- dice irónico y cierra la foto.
Vuelvo a mi revista hasta que el timbre se escucha a lo lejos.
-Gregorio abrira- me dice Justin sosteniendo mis piernas para que no me levante.
-No vienen a maquillar a Gregorio- bromeo apartando sus manos.
Antes de irme me acerco y beso sus labios con mucha ternura.
-Disfruta de esta noche- lo animo.
No todo el mundo es invitado a ese evento, me hubiera encantado poder ir.
-Tu no disfrutes mucho- responde haciéndome reír.
-¿Te veo después?
-Debo de verte yo a ti antes de que te vayas- me recuerda- pero si, supongo que vendré.
-¿Supongo?
-Vendré- confirma.
Vuelvo a besar sus labios satisfecha y camino dentro de casa sintiendo su mirada clavada en mi espalda.

La preparación es tranquila y divertida, no paro de reír por las bromas de Max mientras me arregla el cabello.
-Hailey, tu teléfono está vibrando- me dice dejando la plancha sobre la mesa para pasarmelo.
-Hola mi vida- respondo después de sonreír en dirección de Max para agradecerle.
-Creo que te estas confundiendo- murmura Kendall y yo ruego los ojos.
-Te recuerdo que tu eras mi vida antes de que el fuera mi vida- bromeo.
-Eso me duele, Baldwin.
Ambas reímos y en ese momento me doy cuenta de lo mucho que la extraño.
-¿Ya estas lista?- me pregunta.
Niego y luego recuerdo que no está delante.
-No- respondo- pero pronto lo estaré.
-¿Y Biebs?
Estaba tardando en preguntar.
-En algún lugar de la casa, supongo.
-¿Todo está bien?- pregunta dudusa.
-Si, sólo que está molesto por que no quiero que vaya conmigo.
-Si fuera yo te abría dejado por eso- se burla.
-Menos mal que no eres él.
Me entretengo con Kendall al teléfono hasta que mi maquillaje y peinado están impecables. Una vez vestida damos los últimos arreglos y estamos listos para salir.
Le envio un mensaje a Justin para avisarle de que me vea en la puerta de entrada y cuando bajo las escaleras esta apoyado contra la pared esperando.
Es mi sueño echo persona.
-Hola- susurro cuando chocamos miradas.
-Estas radiante- dice mirando cada detalle de mi- demasiado- añade sacandome una sonrisa.
Lo abrazo con cuidado de no arruinar nada y él envuelve sus brazos en mi cintura.
-Déjame hacerte una foto- susurra empujandome contra la pared blanca.