Te has fijado que hay veces que la Luna sale de día, pero el sol nunca sale de noche.
¿Sabés por qué?
Aiden a sus 15 es tan soñador como inocente y dulce, con padres adinerados que no le prestan atención a su único hijo. Con un sueños de una gran...
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Era jueves la tarde estaba realmente encantador ese día, tenía mi ropa deportiva y como ayer estaba escondido en un pequeño callejón que había entre dos casa que me dejaban ver a la perfección la puertas abiertas del taller que se encontraba al frente, donde trabajaba el chico con piel del color del solo. Lo observe como unas dos horas en lo que se supone que era mi rutina de salir a correr. Cuando vi la hora del reloj salí del callejón y tome el camina a casa ahora si corriendo, llegue a casa y flor me abrió la puerta eso me pareció extraño la mire y sonrió.
–La Joven Carrie esta esperándolo en la cocina. – dijo mientras cerraba la puerta después de que yo hubiera entrado.
–Muchas gracias Flor. – dije mientras le sonreía de vuelta y caminaba a la cocina. Llegue y Carrie estaba sentada en la barra de la cocina comiendo uno de los cupcakes que había cocinado Flor y reía con Carla que estaba cerca.
–Al fin llegaste ¿Dónde estabas? – dijo mientras me miraba y sonría.
–Corriendo ¿vamos a mi habitación? – dije algo apenado mientras la miraba.
–Okey vamos, nena me llevo estos. – dijo mientras tomaba otros cupcakes y se acercaba a mí.
Subimos las escaleras hasta mi habitación, cerremos la puerta y me acosté en mi cama mientras miraba el techo.
–Dime la verdad Aiden ¿Dónde estabas? – dijo Carrie mientras traía la silla de mi escritorio y la colocaba al lado de mi cama para luego sentarse.
–Estaba corriendo ya te dije. –dije mientras ponía mi almohada encima de mi cara.
–Claro, por eso demoraste más de lo que acostumbras según me dijo Flor. – dijo mientras comía otro cupcake.
–Demonios, bueno tal vez estaba en otro sitio. – dije mientras sonreía y retiraba la almohada para ver a la chica.
– ¿Estabas viendo al chico del taller no es así? – dijo mientras me miraba con sospecha.
–Sí. – dije mientras sonría y mis mejillas se sonrojaban.
–Lo sabía jajajaja ¿y hoy si le preguntaste su nombre? –dijo la chica mientras reía.
–No, no estaba con él. – dije mientras la miraba mas avergonzado.
– ¿Qué? ¿Entonces? – dijo curiosa.
–Lo estaba observando desde lejos, me da mucha pena acercarme a hablarle. – dije mientras cubría mi cara otra vez para que no viera mis mejillas mas rojas.
–Aww pero que niño tan adorable. – dijo mientras se subía a la cama y destapaba mi cara.
–Ya bájate, no seas tonta. – dije mientras hacía fuerza de quitármela de encima.
