Capítulo 1: Megan Herondale.

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Manhattan es un lugar donde la contaminación está por doquier, tiene varios rascacielos, pero lo mejor es que sale en muchas series, se puede decir que es "famoso", por lo que puede resultar bonito depende del punto de vista.

Me llamo Isabella y hace dos semanas que he cumplido los 18, y estoy de aprendiz de estilista junto a dos grandes amigas mías; Jessica y Alice.

-¿Bella? ¿Has oído? ¡Vamos ha ir de practicas junto a la estilista Megan Herondale!-Me decía Alice, gritando muy eufórica. Alice era una chica alta, delgada, coqueta y con el pelo moreno y los ojos color chocolate, le gustaba llevar mechas de colores que estuvieran a juego con su ropa y por supuesto, extensiones.

-Es cierto, vamos a ir a practicar con cantantes o actores, con los que ella prepara. -Afirmaba Jessica. Era una chica tímida, alta, de pelo rubio y de ojos marrones, le gustaba las novelas y sobre todo las de magia.

-¿Sabéis? Lo he escuchado con estos pares de oídos que tengo.- Y está era yo, una chica algo tímida, alta, desarrollada, delgada, con el pelo largo hasta la cintura, los ojos de color verde amarronado, algunas veces solía ponerme el flequillo de frente,  y tenía un piercing en el ombligo.

-Ah, es que como que siempre estas callada, pensábamos que no lo habías escuchado, ¿verdad, Jess?

Y volvíamos a tener la misma conversación que siempre, la verdad es que desde siempre, nosotras tres eramos como hermanas, pero, a veces resultabamos a punto de vista, como decirlo... Locas.

-La universidad y el ministerio os ha pagado los billetes para el avión a Londres, ir a recogerlos el día 20, y ese mismo día coger el avión, chicas. -Nos repetía uuuuuuuna y otra vez la directora, había deducido que estaba nerviosa, no solo porque se estuviera comiendo las uñas ranciosa, si no, porque no callaba.

Nosotras solo asentiamos y le decíamos “no se preocupe, haremos lo que usted nos ha indicado.“ Aunque debía admitir, que habíamos cogido un gran cariño a esa señora, siempre nos había apoyado y más de una vez nos había sacado de un lío.

Al fin, llego el esperado día en el que teníamos que ir a recoger los billetes y coger el avión.

-¡Bella! ¡Tienes la maleta abierta, vamos a perder el vuelo!

-¡¿Y tú qué?! ¡Te has dejado las gafas en el banco del pasillo!

-Yo soy la única que estoy entera y estoy a lo que tengo que estar. -Decía Jessica, moviendo la cabeza hacía los lados, negando con la cabeza de esta manera.

-¡B-bueno, da igual, ya compraré otras!

-¡Ya cerré la maleta, corramos!

Las tres comenzamos a correr hasta que llegamos al avión y nos sentamos en nuestros sitios, no sin antes haber guardado las maletas en sus respectivos sitios.

Observé como Jessica se ponía a jugar con su móvil a “Los Sims“ y como Alice cogía una revista y se ponía a leerla, por lo que yo, me coloque mis auriculares y comencé a escuchar música. Serían unas cuatro horas muy largas.

*Al cabo de 4 horas*

-Vayan desabrochándose los cinturones, el vuelo va a finalizar, gracias por confiar en esta compañía. - Decía la azafata, por lo que nosotras tres y el resto de la gente nos quitamos los cinturones y cogiamos nuestras maletas, posicionándolas sobre nuestras desnudas piernas, ya que llevábamos pantalones cortos, pues, en el tiempo habían anunciado un golpe de calor en Londres.

Puedo darte lo que necesites. {CANCELADA}Where stories live. Discover now