Capítulo 1 "Retratos"

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A pesar de tener los audífonos a todo volumen, aun escuchaba el ruido que generaba el motor del autobús. Me observe las uñas - ya sin esmalte- y suspiré agotada. Eran las 5:53 AM y aun no estaba a mitad de camino, era evidente que llegaría tarde. y Me estremecí. Ahora me era un poco más sencillo permanecer en calma, probablemente cuando me tope con él, se repetiría esa rara sensación en el estómago. Se había vuelto costumbre desde la primera vez que le vi. Suspiré en el asiento, recordé que fue al verle a él, que pensé por primera vez "que hombre tan hermoso", ahora era incapaz de dejar de mirarle al pasar, aunque no mereciera siquiera soñar con él.

Jessica mi mejor amiga, se la había pasado hablando de un curso de francés presencial al que ella quería inscribirse. Yo -que aun no estaba estudiando nada y no quería seguir aburriendome en casa- creí que era una buena idea. Mi tía dejaría de hostigarme con preguntas y tendría algo en que ocupar la mente.

A los dos días fuimos juntas a la sede a averiguar el costo del curso y los horarios. A partir de ahí, todo fue muy rápido.

Mientras la recepcionista nos explicaba el modo de pago, yo evaluaba el lugar. Estaba sonriendo, pues Jesica había logrado contagiarme las ganas de estudiar con su infantil entusiasmo. María, la recepcionista, estaba anotándonos el número de cuenta del banco en donde podíamos depositar el dinero del primer módulo y fue en ese momento que le vi por primera vez, bajando las escaleras. Sentí como Jesica me pisaba suavemente el pie bajo la mesa para que lo viera. Cosa que no era necesaria pues yo ya estaba atrapada admirándole. Su cabello era negro y desordenado. Cejas oscuras ligeramente arqueadas al final. Sus ojos azul cielo bordeados de espesas y largas pestañas oscuras eran lo más hermoso que yo había visto en mi vida. Su nariz tenía un pequeño quiebre al inicio que le hacía más masculino. Sus mejillas y mentón tenían una barba incipiente. Y alto, demasiado en comparación con la estatura promedio en mi pais. Vestía pantalón negro, traía su camisa arremangada hasta los codos y los primeros botones estaban abiertos, -algo que muy probablemente era deliberado- de seguro era conciente de lo mucho que atraía las miradas de las personas. ¿Quién era él?

Al sentirse observado concentró su atención en nosotras. Yo, casi de manera inmediata puse de nuevo mi atención en María, pero ella había dejado de hablar al darse cuenta de que ninguna de nosotras le estábamos escuchando. Sentí mis mejillas enrojecer ¡Qué vergüenza! Jessica trató de desviar la atención de nuestra evidente distracción.

-¿Entonces iniciamos clase el próximo martes? Yo la mire agradecida, los nervios no me habían permitido decir nada. María que ahora sonreia -consciente del causante de nuestra distracción- reanudo su explicación.

-Sí, este martes inician clases en el folleto están los horarios, después de que paguen el modulo tráiganme dos fotografías anexando el recibo para inscribirlas y darles los libros ¿de acuerdo? Esperó a que nosotras respondieramos afirmativamente.

Solo asentí ansiosa, tenía la impresión de que él seguía allí. Levanté ligeramente la vista del escritorio para buscarle, he inmediatamente me arrepentí pues él seguía de pie a tan solo unos pasos de nosotras mirándonos. Al cruzar su mirada con la mía se concentró en mí e inclino un poco la cabeza.

-¿María ya te explico cuando finaliza el modulo y cuáles son los exámenes que se van realizar? Sentí mi pulso enloquecer, ¿Por qué tenía que preguntarme a mí?

-No, aun no me lo ha dicho, ¿Cuándo es que finaliza? Mire a María rogando porque ella me contestase, pero sonó el teléfono y ella ignorándome totalmente, contesto. Maldita sea. Volví a mirarle y él me sonrió amablemente. Se sentó en un escritorio libre y me indico la silla al frente. Rígidamente me puse en pie, ¿era recepcionista?

-¿Tienes en que apuntar? Yo apreté la correa de mi mochila.

-Sí. Cuando tome asiento respire. Con lo torpe que yo era, había sido un milagro no caerme al suelo. Acomode la mochila en mi regazo y entonces me puse a pensar. No tenía ninguna razón para querer impresionarlo, cosa obviamente imposible porque, ¿que podía un hombre de probablemente unos 27 años ver interesante en una chica de apenas 19? Tal vez tendría novia o algún rollo con alguien. Me estaba cohibiendo por nada. Sonreí para mis adentros, pues mis nervios menguaron un poco. Saque un cuaderno de mi mochila junto con una pluma. Pero al abrir el cuaderno se me cortó la respiración de golpe. En la hoja estaba el retrato de uno de mis actores favoritos, Robert Downey Jr. en lápiz. ¿Por qué había traído el cuaderno de bocetos? Pase las hojas rápidamente y apoye mi pluma en el cuaderno como esperando que el dictara algo y le observe. El sonrío y miro el cuaderno interesado. Yo, solo quería arrojar el cuaderno a la basura.

No te preocupes por mi... yo ya estoy rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora