Capítulo 2

12.5K 1.2K 155
                                    

Todo parece detenerse a mi alrededor por un momento.

Es impactante tenerlo frente a mí. Los últimos recuerdos de él queman en mi pecho de una forma dolorosa. Ethan me hizo daño y enfrentarlo después de saber todas sus mentiras, de descubrir sus secretos y conocer sus demonios, es más doloroso de lo que pensé sería. Ninguna cantidad de tiempo pudo prepararme para esto. Sin importar si para él fueron tres años y para mí un día, sé que nunca estaría lo suficientemente preparada para verlo, para enfrentar el rostro de la persona que más me ha hecho daño... irónicamente, también la que más amo.

Independientemente de lo guapo que sigue siendo, no estoy preparada para esto... aún no. Sin embargo, no puedo detenerme. Mis ojos divagan por las facciones oscuras de su rostro que parece haberse endurecido a lo largo de estos tres años. Ya no es el guardaespaldas de veintisiete, ahora es un empresario de casi treinta y uno. Trago saliva ante el pensamiento, pero entonces mis ojos negros conectan con los suyos y hasta ahí llega mi equilibrio emocional.

Ethan Fuster ya no luce del tipo intimidante peligroso porque sea un delincuente. No, por supuesto que no. Él ahora luce del tipo intimidante atrayente que expulsa poder y dinero desde la posición en que se le mire... pero sus ojos grises son los mismos de siempre. Sus ojos, sin importar cuánto haya cambiado en este tiempo, para mí, siguen perteneciendo al mismo hombre. Sus ojos grises siguen transformándose en mi vida entera, pero también en mi mayor tormento.

— Muñeca, no, por favor, no grites — se inclina y toma mi rostro con una delicadeza que me provoca llanto de lo dulce que es, de lo irreal que parece.

— Lo prometiste — susurro, alejándome de su tacto —. Lo prometiste, prometiste que te mantendrías alejado de mí, Ethan.

— Me llamo Kol Donovan.

— Para mí sigues siendo Ethan Fuster, el hombre que entró a mi casa queriendo asesinarme.

Cierra los ojos como si mis palabras fueran un golpe, pero ¿qué más se supone que haga? Para mí, hace tan sólo unas pocas horas él me estaba apuntando con un revolver. ¿Por qué no entiende que no estoy preparada para verlo?

— No te me acerques — mi voz sale en un ruego lleno de miedo, provocando que él empalidezca —. No te me acerques, yo no quiero verte.

Gira el rostro enseñándome su mandíbula apretada, la fuerza que está ejerciendo en este momento para no perder el control. Y entonces me pregunto si él sigue siendo el mismo hombre temperamental y grosero que tomaba de mí lo que quisiera, sin pedir permiso.

— Eres la primera persona en quien pienso cuando me despierto cada mañana y la última que veo cada vez que cierro mis ojos cuando me voy a dormir, Abbi.

Un jadeo escapa de mi boca, sin poder creer que él recuerde mis palabras, que me las esté dando.

— No — niego suavemente con mi cabeza —. No, Ethan.

Él no puede estar diciéndome esas cosas, no puede estar hablándome así, no puede debilitarme de esta forma cuando tengo claro en mi mente que lo necesito fuera de mi vida, que no lo quiero conmigo.

Me asusta, él me asusta. He lidiado con un Ethan enojado, frío, divertido y hasta vulnerable, pero con este hombre que me mira como si yo fuese lo único que sus ojos quieren ver, con este hombre nunca he tratado. Y me asusta lo que puede traer de mí.

— Vete.

— No.

— Vete, Ethan.

— He dicho que no.

— ¿Por qué haces esto? — Pido con un deje de desesperación mirándolo a los ojos.

— Porque te amo, Abbigail Petterson.

Riesgo |Disponible en Dreame|Where stories live. Discover now