Esto es amor

Capítulo 2

... se escuchó un disparo.

Ella cayó al suelo al igual que Lewis, por fin todo había terminado. Ya no sentía nada. Se dejó ir.

Elliot se acercó rápidamente a Olivia. Tenía mucha sangre encima. Creyó que la había perdido.

—Liv soy yo, Elliot. Tienes que estar bien. Regresé por ti. No me dejes por favor —dijo él con lágrimas saliendo de sus ojos—. Te amo. No me dejes.

Ella se había desmayado por todo el esfuerzo que había hecho. En serio pensó que Lewis la había matado. Lo que ella nunca imaginó era que Elliot estaba ahí y que disparo justo antes que William Lewis lo hiciera. Perdió el sentido debido al shock en el que estaba. Seguía escuchando la voz de aquel hombre que había sido y era tan importante en su vida.

—¿Ell? —pudo decir haciendo un gran esfuerzo.

—Gracias a Dios —dijo Ell mientras la abrazaba—. Vas a estar bien. Te sacaré de aquí.

Ella todavía no entendía lo que sucedía a su alrededor. Estaba tan cansada que sólo cerró los ojos.

Elliot pensó que había matado a Lewis pero vió que se movía y respiraba con dificultad. No le prestó atención. Sólo quería que ella estuviera bien.

Minutos después se escucharon sirenas fuera de la casa y policías gritando.

—Liv voy a sacarte de aquí —dijo Elliot mientras la tomaba en brazos.

Ella no quería que la sacara de esa manera de ese lugar. No quería que la vieran en ese estado, así de frágil y débil pero sus piernas no le respondían. Su cuerpo no le respondía. Mantuvo cerrado sus ojos esperando que todo fuera una pesadilla.

Salió de la casa con ella en sus brazos. Hizo señas indicando que Lewis estaba dentro y que creía que aún respiraba. No quería separarse de ella por lo que le importaba muy poco si asuntos internos quería hablar con él en ese momento o minutos después sobre lo que sucedió dentro de la casa.

Cragen y Nick se acercaron rápidamente a él para ver a Olivia y asegurarse que estuviera bien.

—¡Tiene sangre! ¡Los paramédicos vengan enseguida! —gritó el capitán.

—Cap, no es su sangre. Por lo menos la mayoría no pero si necesita ir a un hospital —dijo Elliot muy seguro.

—Iré con ella. Tú tienes que dar algunas explicaciones, Stabler —dijo Amaro, refiriéndose a que había desobedecido órdenes. No soportaba que después de todo lo que Liv sufrió por él estuviera cerca aunque la haya salvado.

—Claro que no. Métete en tus asuntos Amaro —gritó él y se subió en la ambulancia junto a Olivia.

En el camino al hospital la estabilizaron ya que su pulso era débil.

—Todo estará bien Liv. No volveré a dejarte nunca —hablaba Elliot mientras acariciaba su cabello.

Al llegar al hospital, ella había recuperado el conocimiento pero seguía sin poder creer todo lo que había vivido.

—Mujer. 40 años. La estabilizamos en el camino. Pulso débil. Fue atacada. Existen múltiples golpes. Posible contusión y huesos rotos —recitaba uno de los paramédicos mientras la ingresaban a urgencia.

—Bien, tendremos que hacer examen de violación —dijo el doctor.

Olivia abrió los ojos como pudo al instante y gritó que no era necesario, que él no pudo hacerle nada. Pero no era su decisión. Tenían que tomar todas las pruebas necesarias para la policía.