Capítulo 26

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—Vayan a auxiliar a Johana —les supliqué al instante que Donato y Cristy reaccionaron a las palabras de Lizzeth. Entendía perfectamente que querían ir a saber cómo estaba Johana, yo también, pero por mi situación me costaba caminar tan rápido como ellos.

—Trata de brincar con una sola pierna Naúm —me sugirió Donato mientras me acomodaba en su hombro, Cristy quiso ayudar pero Donato no se lo permitió, por su lesión en el brazo—. Cristy, tú despejanos el camino y corre a ver a Johana. No vamos a dejar a Naúm aquí sólo.

Cristy asintió, me vio a mí con consideración y asentí indicándole que estaría bien en el transcurso.

Lentamente Donato me ayudó a subir las escaleras, fue duro irlas subiendo de pequeños brincos pero al final pudimos llegar al piso de arriba, o lo que sería a penas el primer piso. Lo más difícil fue subir los escalones que daban al hospital, eran más altos hacia arriba y más estrechos de los lados. Por poco y casi caía de nuevo y Donato lo hacía conmigo, pero con esfuerzo terminamos de subir los escalones. Llegamos al pasillo y sentí un gran alivio cuando vi a Johana sentada en el escritorio platicando con Cristy, Lizzeth y Matías.

—Fue muy extraño —la escuché decir, su rostro tenía un color mucho mejor que el que tenía poco antes de desmayarse—, sentía sus toques, escuchaba sus palabras pero por más que intentaba levantarme no podía, quizá el pensar que estaba al borde de la muerte me hizo entrar en pánico. Pero ahora me siento mejor, de repente, el malestar se fue y la fiebre disminuyó considerablemente. De repente, me dormí y cuando desperté ya estaba otra vez en casi perfecto orden. —Nos fuimos acercando aún más y Johana nos observó a ambos—. ¡Naúm! —Gritó preocupada mientras no dejaba de mirar mi pierna—. ¿Qué te pasó?

—Caí en una trampa Johana —respondí con esfuerzo, el dolor comenzaba a transferirse por todo mi cuerpo y se me dificultaba hasta hablar—, el piso se abrió y caí en un cuarto completamente desconocido.

—¿Pudieron bajar?

—Sí —respondió Donato por mí—. Y, aunque no lo creas, acabamos de descubrir que todo el tiempo, el camino de abajo estuvo despejado. Naúm y yo comenzamos a explorar y entonces pasó lo de su accidente y tuvimos que detenernos.

—¿O sea que han abierto una oportunidad más de salir? —Preguntó con cierto entusiasmo, Donato asintió y Johana se puso de pie para acercarse a mí—. Entonces es momento de que todos bajemos y descubramos esa salida.

 —¿Te consideras en buen estado como para ir de una vez? —Preguntó Cristy, Johana asintió alegremente y Cristy le sonrió, giró a verme. No iba a detenerlos a pesar de mi dolor, si ya era momento de bajar, lo haríamos todos juntos—, ¿y tú Naúm? ¿Crees que puedas hacerlo?

—Por supuesto —respondí con entusiasmo—, no voy a permitir que se detengan por mí. Es momento de ir a abajo.

—Si no encontramos lo que esperamos —comenzó a hablar Donato—, quiero decirles que no hay que decepcionarnos. Si lo que hay ahí abajo es lo mismo que aquí arriba, solamente nos quedará el piso de arriba y ahí tenemos que encontrar la salida. En caso de no hacerlo y tener que estar destinados a mantenernos aquí adentro hasta que las trampas o la energía acaben con nosotros, estaremos juntos y no vamos a permitirnos sufrir por ello.

Donato se adelantó sin esperar alguna respuesta a su comentario tan positivo y me ayudó a colocarme de pie. Traté de colocar de nuevo mi pierna lastimada en el suelo y, esta vez, a pesar de no lograr mantenerla estable, pude moverla un poco más, esperaba que solamente se me haya lastimado un poco y no tuviera que ser un hueso roto. No quería atrasar a nadie en la búsqueda por la salida.

Con un poco más de agilidad y rapidez, logramos bajar las escaleras. Observamos todo el cuarto que debería ser la clínica a pesar de ser idéntico al piso de arriba. Seguramente la clínica estaba dividida con una puerta como lo estaba el hospital. Johana estaba como nueva, fue la primera en llegar al piso de abajo y no pude sentirme más feliz por ella, ójala su fiebre no llegara tan repentinamente de nuevo como lo había hecho.

HospitalWhere stories live. Discover now