Día 10: 'Maldita fresa.'

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Tener que compartir dos clases seguidas con Ravenclaw no es nada agradable. Quiero pensar que es cosa del destino, pero sino voy a tener que replantearme que el universo quiere hacerme sufrir. 

Empezaría contando como he llegado hasta aquí, pero la verdad es que ni yo lo se. Recuerdo entrar en el aula, corriendo-como me pasa a menudo, tarde-, y sentir a alguien tirar de mí sentándome a su lado. 

En su principio pensé que Potter había sido el osado en empujarme y obligarme a sentarme a su lado. Pero, imaginarse mi sorpresa al ver ante mi a la reina de las fresas alias quita novios. Fue tal mi sorpresa, que no opuse resistencia. 

Gracias a mi gran deficiencia mental y a no saber reaccionar en el momento, llevo una hora sentada al lado de Cler. ¿Lo peor de todo? Ella lleva lanzándome miradas fulminantes y sonrisas siniestras. Sólo le falta el típico cuchillo y la música terrorífica de fondo. 

Exagerada. 

No sólo me sorprende el que tal persona como Cler Melokk haya querido sentarse conmigo, que soy una especie de enemiga para ella. Me sorprende el hecho de que Theo y el mismísimo James-odio al friki de Theo-Potter esté sentado a su lado. Algo raro se traían estos dos entre manos que yo no sabía. 

Lo más normal hubiera sido que estos dos estuvieran juntos sentados, como tal chicles pegados que son. O que la roba novios estuviera con alguna de sus amigas, o como yo prefiero llamarlas: perros falderos, hablando sobre cualquier tontería que ellas consideren importante. 

Le estás dando demasiada importancia, a lo mejor la chica sólo quiere que te sientes a su lado y ya. 

—Me gusto el cambio que hiciste el otro día— su irritante voz se cuela en mis oídos. ¿Acaso estaba siendo amable conmigo? — Pero te aseguro que Theo no se va a fijar en ti. 

¿Cómo sabe ella que eso fue por Theo? Las únicas conscientes de eso eran mis amigas, bueno y creo que Potter también. Pero nadie más. 

—Vi como te declarabas. Fue patético, pero me alegró ver como Theo te daba plantón. Bueno creo que estoy siendo desagradable...

—Muy desagradable—murmuro. 

—Sólo quería asegurarme de que no había resentimientos entre nosotras. Tú casi me matas aquella vez —gruño— y a cambio yo difundí el rumor. Eres ingenua y tú aura torpe me fastidia. Pero, ¿quién sabe? Si alguna vez la Lily atrevida de aquel día vuelve, podría hacerte un hueco en mi séquito. 

¿Veis lo que decía? Trata a las personas como si fueran escoria humana. Lo mejor que se puede hacer cuando alguien así se cruza en tu camino es ignorarla. Aún no cabe en mi cabeza con alguien como Theo puede estar con alguien así. Lo único bueno que tiene está chica es su físico, pero después, por dentro está podrida. Al parecer mi príncipe azul sólo se ha fijado en el aspecto y no en el interior. Era eso, o la chica le había dado amortentia. 

—No me interesa nada de lo que estás diciendo. Sólo déjame tranquila. —espeto con malhumor. 

—He oído lo de tú y Potter. Y la apuesta. Escuché como le contaba a Sirius. Yo que tú tendría cuidado, Liliane. James nunca saldrá con alguien como tú. Sólo lo hace por su orgullo, ¿sabes? Eres la único que ha desistido a sus encantos. 

—No hace falta que me digas cosa que ya sé, maldita fresa. 

—¿Maldita fresa? 

—No se como te habrán enseñado a ti, pero yo prefiero no decir palabras mal sonantes. 

—Me estás llamado perr...

—Melokk y Evans, diez puntos menos para ambas casas por estar hablando. —nos regaña Galatea. 

Ambas optamos que guardar silencio e ignorarnos durante el resto de clase iba a ser lo más conveniente. 

📆📆📆

—¿Estás segura? 

—De verdad, Potter, que pesado eres. Sí, estoy segura. Volar no es lo mío y no quiero otra maldita clase contigo. Ahora aléjate y déjame estudiar tranquila. 

—Shhh...—la bibliotecaria vuelve a llamarnos la atención. 

—Estudiemos juntos. —se deja caer sobre la silla de en frente y comienza  a sacar sus libros. 

—No quiero estudiar contigo, idiota. —cierro el libro molesta. 

¿Es qué acaso siempre tiene que estar molestándome? Desde que comenzó está estúpida apuesta no deja de molestarme y seguirme a todos lados. Lo único que queda es que me acompañe también al baño. 

—No se me da bien pociones, y a ti sí. Así que, por favor, sin tu ayuda reprobaré —junta sus manos suplicando mientras pone cara de cachorrito. 

Odio que la gente haga eso. Nunca soy capaz de decir no a una cara de cachorrito. 

—¿Qué obtengo a cambio? 

—¿Un beso?

—¡Ya sé! —ignoro su pregunta. Claramente, él sabe cuál es la respuesta. — Quiero el mapa del merodeador una semana. 

—¿¡Estás loca!? Se llama mapa del merodeador por algo. Sirius, Remus y Peter nunca me permitirían prestarlo. Además ¿para qué lo quieres? 

—Dos días y te doy clase de pociones. 

—Una hora. 

—Dos días y a cambio dos clases. 

—Dos días y cuatro clases. El mapa del merodeador es algo sagrado. 

—No...—recapacito— Está bien. 

Potter estira su mano con intención de cerrar el trato. Algo dudosa la acepto y no puedo evitar sentirme momentáneamente bien ante tal roce. ¿Desde cuándo se siente así tocar la mano de James? 

Estas diciendo tonterías. 

Suelto nuestro agarre y hago una mueca. Potter, por suerte, no nota mi cambio de humor. Comienzo explicándole lo básico en pociones y repasando las lecciones de los últimos días. La tarde se nos pasa estudiando y antes de que me de cuenta ya había anochecido. 

Acordamos que la próxima clase sería dentro de dos días, la tarde antes del examen. Después de eso, vamos al comedor con la intención de reunirnos con nuestros amigos, pero al parecer estos ya han comido. Me pongo repentinamente nerviosa al pensar que tendré que cenar sólo con Potter. Repaso la mesa de Gryffindor, pero no encuentro a nadie de mi curso. Miro de reojo a James y suspiro. 

Como siempre, genial.-nótese el sarcasmo. 

Lumos!

Pd: Perdón por las faltas de ortografía, este capítulo no ha sido editado. 

Nox!

30 días para enamorarme (Jily) (Editando) #MundialesQD2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora