- Ya llegaron nuestros amigos, cuando vine hasta aquí los dejé en el vestíbulo, el profesor Dumbledore mandó a los chicos y a los Granger a las habitaciones y salas comunes por su seguridad – Informó ella.

- Vamos al vestíbulo entonces – Contestó Snape.

De vuelta al vestíbulo no vieron a nadie, salvo a un montón de aurores que aguardaban a que Alastor terminara de deliberar junto a los miembros de la orden del fénix qué iban a hacer.

Severus tomó a Lily del brazo para llevarla al gran comedor donde efectivamente se encontraban sus amigos, y se llevó una grata sorpresa al encontrar entre ellos a Jean Baptiste, rodeado por los demás que al parecer lo habían informado de lo sucedido, se veía bastante afectado e incluso tenía lágrimas en los ojos y la nariz roja.

- Pego ¿Cómo sucedió esto? – Preguntó el francés secándose las lágrimas – ¡Pog Meglín! Sevegus quiego ayudag a encontgagla.

Snape asintió, estaba conmovido con la angustia del rubio, pero Alastor lo miró de arriba abajo, examinándolo detalladamente encontrándolo demasiado refinado como para poder batirse a duelo con un par de mortífagos prófugos de la justicia.

- No creo que usted pueda venir con nosotros – Desaprobó Ojoloco con sinceridad.

- ¿A qué se guefiegue? – Inquirió el francés molesto - ¿Qué quiegue decig?

- Que no creo que usted tenga las habilidades necesarias para enfrentarse a mortífagos – Contestó el jefe de aurores – Son criminales muy peligrosos.

- Perdona que me entrometa Alastor – Dijo Lucius con determinación – Pero he visto a mi primo batirse a duelo muy diestramente en varias ocasiones, así que no veo por qué no pueda ayudar.

- Así es – Confirmó Jean Baptiste – Tenemos que encontgagla y cada segundo cuenta ¿Tienen alguna idea de donde la puedan teneg?

- No, pero rastrearemos cada rincón para encontrarla – Respondió Nymphadora.

- Pego pog qué la secuestgagon? ¿Quieguen acaso cobgag algún guescate?

- Quieren vengarse de mí por haber traicionado a Voldemort – Respondió Severus con pesar – Querían también llevarse a Lily. Estoy pagando las consecuencias de haber sido un maldito mortífago, es mi culpa.

- No seas duro contigo mismo Quejicus – Trató de tranquilizarlo Sirius –No es tu culpa, es sólo que ellos son un par de psicópatas que nunca aceptaron su derrota.

- Es cierto amigo – Agregó Rodolphus – En todo caso también nosotros tenemos la culpa, más bien tú nunca estuviste de acuerdo con los desmanes de él.

- En cambio nosotros le servíamos por gusto hasta que... bueno, nos arrepentimos de corazón – Soltó Bellatrix con tristeza.

- Todos estamos dispuestos a ayudarte Severus – Le dijo Xenophilus para reconfortarlo – No se te olvide que somos una gran familia.

Después de deliberar un rato más, Alastor le preguntó a Lily qué dirección habían tomado los mortífagos cuando partieron volando con Eileen.

- Volaron hacia arriba pero... ¡un momento! luego tomaron dirección hacia el bosque – Contestó la pelirroja.

- Podría ser una trampa – Respondió Frank – Tal vez querían despistar.

- No creo que hayan tenido tiempo de eso – Reflexionó Alastor – Revisaremos allí entonces Hagrid, ¿Contamos contigo? Conoces el bosque mejor que nadie.

El regreso de Eileen Prince SnapeWhere stories live. Discover now