CAPITULO 3

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Estoy estacionada frente a los dormitorios de la universidad, pero todavía no consigo salir del auto. Viné la semana pasada para ver donde estaba todo y hacer un aproximado de cuanto tardaría en llegar a cada clase, también cheque si había algún starbucks cerca, dios sabe que no sobrevivo sin café, por suerte si lo habia y 2 lugares mas cerca con comidas reales para almorzar o algo.

Hoy no tengo mucho que hacer mas que instalarme, las clases no comienzan hasta mañana así que, eso me deja sin nada con lo cual entretenerme. Fijó mi vista en un grupo que esta unos metros mas alla de mi, la madre esta llorando y abraza a su hijo fuertemente, el padre le da unas palmadas en la espalda y se aleja, la madre lo sigue y se van; aparto la vista y me centro en el volante. Mi madre había querido venir, pero la había persuadido de hacerlo, después de la charla incómoda de ayer no estaba de humor para fingir, ni consolarla.

Abro la puerta del auto y empiezo a sacar mis maletas, entro a los dormitorios, busco mi piso y número de cuarto, cuando entro me fijo en lo sencillo de este e inmediatamente me gusta; no es muy grande pero si lo suficiente como para que mi compañera y yo durmamos allá sin ser incómodo. Empiezo a acomodar mis cosas hasta que ella llegue, agarro la cama cerca de la única ventana y subo mis maletas. Me toma 4 viajes en total para sacar todo del auto.

Termino con todo y me tiro en mi cama ahora cubierta por el edredón verde que compré recientemente. La puerta se abre y entra una chica bajita con una maleta, es delgada pero con curvas donde debe, tiene el cabello negro y ondulado por debajo de los hombros y ojos verdes completan su belleza, estos reflejan simpatia y alegria e inmediatamente me agrada.

-Oh, hola, me imagine que ya habías llegado- me dice mientras entra y deja su maleta en la otra cama. Se acerca y me tiende la mano -Soy Audri, por cierto- me dice con una sonrisa.

-Alexia- le contesto mientras estrecho su mano. -Tomé la que esta junto a la ventana sino te importa- le digo deseando que no lo haga.

-Claro, esta bien- me contesta restandole importancia con gesto de su mano -De todas maneras no me gusta el sol por las mañanas, me temo que no soy una persona mañanera- dice con una pequeña risa.

-Oh, yo tampoco por eso he venido preparada- le digo mientras saco un par de cortinas obscuras para que no entre el sol.

-¡Genial!- dice aplaudiendo mientras me ayuda a ponerlas. Terminamos e inspeccionamos por algún fallo, al no encontrar ninguno le pregunto por sus demás cosas.

-Ah, estan en mi auto, me llevará un millón de viajes para subirlas todas- me contesta con un gran suspiro mientras se avienta a su cama.

Me rio por su dramátismo mientras le digo -Si quieres te ayudo, total yo ya terminé con las mías-.

-¿En serio?, ¡gracias!- me dice esperanzada.

- Claro- me rio -Vamos-.

Uf, vaya que no mentía, sí nos llevó cerca de 2 o 3 viajes más que los míos, pero al final pudimos con todo.

-Creo que ire por algo de comer, ¿Quieres venir?- le pregunto. A lo mejor ya tenga planes.

-Umm, gracias, pero no. Mi novio no debe de tardar- me dice con su cabeza dentro de una de las cajas.

-Oh. Bueno, supongo que te veo después-.

-Ok, nos vemos luego- contesta.

Decido caminar a la pequeña cafeteria a las afueras del campus; esta bien decorada y realmente no es tan pequeña, me gusta. Ordeno una mini pizza de queso, no entiendo a la gente que la come con muchos ingredientes, supongo que solo soy minimalista, me siento en una mesa para 2 cerca de la ventana, mientras espero observo fuera y mis ojos se topan con 2 chicos cruzando la calle, ambos son altos, uno tiene el cabello negro y el otro un rubio cenizo, no puedo ver sus caras porque estan de espaldas a mi pero notó que ambos son musculosos a su manera, práctican algún tipo de deporte decido de inmediato. El de cabello negro esta usando una remera de mangas largas azul que se ajusta muy bien (por lo que puedo ver) y unos jeans de mezclilla que se ve han tenido mejores días pero no puedo dejar de notar lo sexy que se ve su trasero en ellos. Me sonrojo por el pensamiento y agradezco el que nadie me preste atención, dirijo mi vista al otro chico, él lleva una camiseta de mangas cortas negra y unos shorts tipo bermuda de mezclilla. Puedo decir que estan discutiendo o hablando de un tema no muy agradable por la rigidez en los hombros del chico de cabello negro. Los sigo viendo hasta que desaparecen calle abajo, traen mi comida y me pongo a comer, pero mi mente sigue viajando al pasado y termino picoteando la pizza, al final decido tirar el resto. A pesar de la lejanía en la cual se encuentra la universidad para no visitar a mi madre seguido no puedo dejar los pensamientos obscuros que hoy nublan mi mente. Me dirijo de nuevo al campus. Mi buen humor ha desaparecido.

Painful Secrets'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora