Pain drops

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— ¿Qué me dices de ti, Frankie? —le preguntó Ray, redirigiendo su atención de Mikey a él— ¿Cuáles son tus planes para luego de la graduación?

Al escuchar la pregunta que menos deseos tenía de oír, Frank sintió como su apetito se esfumó y era reemplazado por la muy conocida incertidumbre. Sin embargo, la comida del almuerzo de ese día consistía en macarrones con queso que sabían a pegamento y verdaderamente no lucían demasiado apetecibles, a la vista ni para el estómago. Emuló una simple mueca.

— La verdad... Quisiera saberlo.

Faltando menos de dos meses para la graduación, todo el mundo hablaba extasiado acerca de los grandiosos planes que tenían proyectados para el futuro, de las metas que se proponían lograr, o de los emprendimientos que esperaban realizar. Y mientras más oía hablar acerca de la inminente y tumultuosa salida al mundo de los adultos, Frank se sentía cada vez más perdido; con la situación y consigo mismo.

Lo único que él esperaba era aprobar todas las asignaciones y no tener que asistir a la escuela de verano, porque aquello sería un fastidio innecesario que no quería atravesar, no cuando acababa de salir del fastidio mayor, es decir, del instituto. En palabras más simples, no tenía planes para el futuro.

Jugueteó un poco con la comida ya fría de su plato, quizás en un vago intento de trasladar su mente a otro sitio y dejar de sentir ese horrible sentimiento de miedo hacia lo que aún estaba por venir. No le funcionó.

— No te creía del tipo que tira sus sueños por la borda —respondió el rizado, bebiendo un sorbo de su caja de jugo.

Frank levantó la vista hacia él, ceñudo.

— ¿De qué hablas?

Ray se acomodó en su asiento y le dedicó una pequeña sonrisa.

— Si mal no recuerdo querías ser músico, cantante. Todo el tiempo farfullabas acerca de cuánto te gustaba la música y que tu mayor sueño era dedicarte a ello.

— Sí, también solías decir que querías formar una banda —agregó Mikey, quien se encontraba sentado junto al rizado.

Frank comprendió a que se referían. Hubo un tiempo, cuando era más joven y crédulo, en el cual estaba completamente obsesionado con la idea de formar una banda y ser músico. Pero como todos los sueños, poco a poco se fue desmoronando hasta que dejó de existir por completo.

— Bueno... Algunos sueños no duran para siempre —murmuró— Supongo que crecí y me di cuenta de lo tonto que era el mío.

— ¿Qué sucedió con tu guitarra? —quiso saber luego el de lentes— ¿Aquel odioso instrumento con el que te gustaba torturarnos todo el día?

— Está acumulando polvo debajo de mi cama. No funciona, lleva rota desde hace años.

La guitarra había sido un obsequio de parte de su abuela cuando tenía nueve años, la había comparado en una tienda de segunda mano a mitad de precio y a pesar de que no era tan espectacular como se esperaría, aquel instrumento sirvió para inculcar en él sus primeros deseos de ser músico. Cuando dejó de funcionar correctamente y sus intereses comenzaron a volcarse en otra parte, Frank la había guardado debajo de su cama y no la volvió a tocar. A veces creía que la forma en cómo se desvanecían los sueños era injusta.

— Deberíamos formar una banda —sugirió Ray, sonriente.

Luego de unos segundos de silencio en la mesa grupal, Frank comenzó a reír al imaginarse la idea de estar en una banda con sus amigos. Mikey y Ray también soltaron carcajadas que probablemente se oyeron en toda la cafetería.

Mikey's Creepy Older Brother ↠ Frerardحيث تعيش القصص. اكتشف الآن