Crecer, algo común. Cuando éramos pequeños deseábamos crecer, era tan hermoso de solo imaginárselo, hago incapié, "ERA" y ahora, ¡CUANTO DESEARÍAMOS VOLVER! ¿Porqué? Porque, aquí es el mismísimo infierno.
¿Quien dijo qué es fácil? Sobrevivir junto a...
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—No mamá, ¡No! Prefiero lanzarme a un barril de desechos tóxicos.— Exclamé asustada, ¿Qué pasó? Bueno Mañana me voy pero ahora a mi querida hermana le dió una diarrea porque como que tomó un batido extraño, bueno, el caso es que estoy obligada a limpiarla porque esta semana me toca a mi.
—Andrea te toca, además, no es la gran cosa.-—Dice mi papá.
—Bueno si no es la "Gran cosa"—Hice énfasis en gran cosa.— ¿Porqué no la limpias tú?—Pregunté amenazante.
—¿Aló? ¿Qué? Si, ya voy enseguida.— Habló como si estuviera llamando mientras yo lo fulminaba y veía como se iba.
—No se lo creístes tampoco, ¿Cierto?-— Negó con la cabeza, rayos porqué yo.
—¡¡¡Pero Mamá!!!-— Exclamé.
—Andrea, ¡Es tu hermana!—Me insultó.
—Ojalá que te aparezcan los Telettubbies en la noche!—Dije esto para colocarme un gancho de ropa en la nariz, un gorro de baño en el cabello y unos guantes de latex, o si, debería estudiar para Médico, no, mejor no, ¡Vería sangre! Agh, de solo pensarlo.
—¿Simoné estás allí?—Pregunté acercándome a la sala de desechos tóxicos llamada, Baño, aunque mi voz sonaba extraña porque tenía la nariz tapada.
—¡AHHHH! MAMAAAA UN EXTRATERRESTRE!!!—Gritó como una loca saliendo del baño con un chupón de cañería y desnuda, ahora que le dio a esta loca.
—No me venceras, extraterrestre de otro planeta egendro de satanás —Exclamó y empezó a pegarme con el chupón, enserio no sé de donde saca tanta fuerza y tantas palabras.
—Tonta, soy yo, y aquí sabemos que el único egendro eres tú.—Exclamé quitándome el gorro de baño.
—Hermana.— Me abrazó.—Los extraterrestres se habían apoderado de tu cuerpo.—¿Es en Enserio?—Te salvé, ¿Tienes fiebre? Porque puedes ser que te conviertas de nuevo.— Mala idea de mi papá en leerle comics de extraterrestres, no,no,no.
—¡ESTÚPIDA ME HAS LLENADO DE CACA!—Le arranqué el chupón de cañería y ahora yo sería el verdadero Alien.
—¡AHHH! SE A CONVERTIDO DE NUEVO EN UN EXTRATERRESTRE. —Gritó para salir corriendo desnuda, rayos no sé que pasa con esta niña.
Después de poder agarrar a el demonio de tasmania la arrastré por los pies al baño mientras ella se afincaba a cualquier cosa que se le atravesara, y gritaba como loca, supongo que mi mamá estaba viendos sus novelas, Oh María yo te amo, cásate conmigo, un clásico, aunque prefiero a Tom y Jerry, ¿Qué? Bueno en fin, tenía que arrastrarla ella es muy parecida a mi menos por su cabello qué es negro.
—Oh vamos Simoné es solo una ducha.— Exclamé.
—Eres una mujer macabra, ¿Que hice para merecer esto?— Exageró.
