-Estaba molesta, Camz.

-Pero no era razón, ¿Sabes cómo me hiciste sentir? Muy insegura, me sentí como un juguete.

-No eles un juguete, palecía que no te impoltaba, glitaste como nunca.- se giró molesta y me di cuenta de lo que dije.- No, no... No quise que sonala así. Me lefielo a que estabas actuando tan tlanquila.

-No, o sea, estuvo bien, pero después que analicé las cosas y vi tus ojos llenos de ira, cambio la perspectiva por completo. No me gustó... Tu actitud.

-Camz...-acaricié su espalda, sentí como se estremeció, pero de inmediato me apartó.

-Ya acabaste de ducharte, dejame terminar.- Yo estaba sorprendida.

-Camz..

-Sal, cariño.- No me quedó más que salir de la regadera. Me arreglé de inmediato y cuando noté la puerta del baño abrirse Camila ya estaba lista.

-¿Me tienes miedo?- pregunté sin mirarla, yo estaba sentada en la cama mirando mis botines negros.

-No.

-¿Entonces por qué no me dejas tocarte?

-¿No te dejo?

-¿Tienes miedo a que te haga daño? No juego contigo.

-No entiendo, me estás reborujando.

-En el baño... Te acaricié y me corriste.- me acerqué a ella.

-¿Qué? No, nada de eso. Pasa que después no me controlaria, Lern.- me sonrió para después besarme.

-Yo creí...-me volvió a besar haciendo que callara.

-Hablamos de esto después. Hoy tenemos que celebrar tu cumpleaños.- se detuvo un momento cerrando los ojos a la vez que aspiraba ondo-... Hueles tan bien.- me regaló una sonrisa, yo respondía igual.

Nos encontramos con los demás en la recepción del hotel para ir rumbo a nuestro destino. Decidimos ir a cenar algo para después regresar al hotel y hacer una pequeña fiesta en la piscina. Mientras cenabamos Camila recibió una llamada, tardó un poco en entrar.

-Estás muy seria.- dije acercadome a su oído.- ¿Todo bien?- tomé su mano por debajo de la mesa.

-Sí, no te preocupes. Solo me siento algo mareada por el vino.

-No te creo...

-Es en serio, todo bien. ¿La comida es deliciosa, verdad?- me sonrió y por no discutir le seguí la corriente.

-Sí, es buenísima.- la besé, ella sonrió para después tomar algo de ensalada de su plato.

-Mira, prueba. Es riquísima.- me acercó el cubierto con vegetales a la boca.

-Mmm... Rico, más.- reímos y entré la dos terminamos nuestros platos. Camila estaba inquieta, así que decidió salir por un momento del restaurante antes de que nos sirvieran el postre. 15 minutos y no volvía, después 20 y seguía sin sentarse a mi lado; así que decidí salir a buscarla.

Detrás de mi el restaurante y a la vista de mis ojos estaba la playa y el maravilloso océano de Río. Busqué desesperadamete  con la mirada a Camila hasta que la vi justo a la orilla del océano mirando a la luna, corrí por la corta distancia del muelle hasta donde terminaba la arena y comenzaba el mar. Camila estaba inmutada, las lágrimas caían sin parar y un cigarrillo se consumía entre sus manos sus cenizas callendo al mar que cubría los pies de mi novia.

-Cariño...- dije con cuidado- Camila...- No reaccionaba.- ¿qué pasa?- Era como si no me escuchara; hasta que toqué su brazo ella reaccionó mirándome, su mirada estaba pérdida.

Letters (camren) Onde histórias criam vida. Descubra agora