Primero.

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Han sido amigos desde que era pequeño, un simple niño.
Sin embargo al contrario de cómo sería esperado, no es el menor quien busca las atenciones, es el mayor.

Sin embargo Sehun no le había dado real importancia a la dependencia de LuHan hacia él hasta que había cumplido los quince años. Obviamente, la diferencia edad les impedía ir al mismo nivel académico, él, apenas cruzando el primer año de bachillerato, mientras que LuHan, cruzaba el segundo año de literatura clásica.

Ya no era sorpresa alguna para el pelinegro encontrarse a LuHan fuera de su edificio, con una de sus enormes sonrisas agitando el brazo de aquí hacia allá para hacerse notar. Sin embargo, fue un día de abril cuando LuHan no llegó como esperaba.
Inmediatamente, pensó lo más coherente, se le había hecho tarde, y era ya un adulto con muchísimas más tareas y preocupaciones que pasar a buscarlo cuando terminara el día, así que, siempre tomando las cosas con calma, se dirige a paso lento hacia el complejo de apartamentos sin siquiera esperar unos minutos por si el castaño llegaba.

Sin embargo, se siente incómodo y solitario caminado sin ninguna compañía por las casi oscuras calles. Tal vez porque se ha acostumbrado a LuHan parloteando y riéndose suavemente, tal vez porque se ha acostumbrado a sus manos entrelazadas y su presencia.

No sabe que le sucede, ni porque siente esa necesidad de tenerlo cerca de él, se dice a sí mismo que es porque pasan mucho tiempo juntos y es justificable sentirse así, pero a pesar de inventarse mil excusas y explicaciones, sabe de antemano que solo está mintiéndose.
Tal vez es igual de dependiente que LuHan y no ha querido admitirlo. No tiene más amigos que el castaño porque cree que no los necesita, no cuando lo tiene a él, no cuando LuHan acapara todo su tiempo libre y llena sus espacios vacíos, no cuando una sonrisa suya es todo lo que necesita para saber que las cosas están bien.

Y siempre se ha sentido acomplejado, hay veces que cree que es mejor actuar acorde los demás y mezclarse en la masa de chicos escandalosos, pero le resulta difícil siquiera entablar una conversación. No quiere considerarse serio, ni mucho menos amargado, no quiere darse una etiqueta porque a fin de cuentas él no odia a las personas rodeándolo, quiere pensar que simplemente las cosas se dieron así y el no está hecho para formar un círculo social, tal vez su naturaleza es individualista y nada más.
Pero no puede evitar sentiste avergonzado y más cuando LuHan insiste tan entusiasmado en llevarlo a una de las reuniones con sus amigos, no puede evitarlo, no cuando era evidente las miradas juzgadoras y la incomodad en el rostro de los chicos al no obtener respuesta de parte de él porque no sabe que contestar sin parecer un idiota con un problema al pronunciar la s.
Porque no quiere avergonzar a LuHan o hacerlo quedar mal con las personas que lo rodean día a día, porque él sabe que hay gente mirándolos a todo momento, ha escuchado en los pasillos de su propio instituto como la gente se ríe de él, diciendo que un mayor se aprovecha y tiene pena del pobre niño Oh.

No sabe porque de repente se agrede a sí mismo con esos pesimistas pensamientos, pero le duele saber la cruda realidad de lo incrédula que era su relación.
Después de todo, LuHan tenía diecinueve años y no iba a pasar toda su vida pegado a un niño, es por eso que una sonrisa amarga y tensa se forma en sus labios.

Tal vez la razón por la cual LuHan no había llegado ese día, era porque al fin se había cansado de él.

Camina con una lentitud muchísimo mayor, pero si alza la vista puede ver a lo lejos su edificio.
El viento golpea en su rostro y escucha las hojas de los árboles chocar entre sí.

Está listo para aumentar la velocidad de su caminata al sentir las ligeras gotas de lluvia caer, pero una mano lo toma de la muñeca en un agarre bastante fuerte.
Dándose la vuelta entre sorprendido y asustado, observa al castaño chico.

— ¿Dónde estabas? — grita, eufórico. — ¿Sabes cuántas veces recorrí el instituto buscándote? ¡Debiste haberme esperado, Sehun!

— Pensé que...no irías.

— Yo siempre voy por ti, ¿crees que te voy a dejar allí? ¿Crees que no te avisaría si no fuera a ir? — el castaño está furioso, y aprieta más su agarre. — ¿Sabes lo preocupado que estaba?

Entonces, es Sehun quien siente la molestia comenzar a burbujear dentro de él.
La mirada de LuHan lo molesta, lo molesta en demasía y sabe que va a arrepentirse si deja que sus pensamientos se conviertan en palabras y salgan de su boca, pero no puede frenar, no cuando está hecho un lío de emociones.

— ¡Deja de tratarme como a un niño! — replica, liberándose del agarre y empujando al castaño hacia un lado. — ¿Por qué tienes que tratarme como si fuera un bebé? ¿Por qué me miras como un padre preocupado? ¡Odio cuando me miras así! ¡No quiero que me mires así!

LuHan se queda pasmado, sus mejillas se tornan ligeramente sonrojadas y sus labios se estiran en una leve sonrisa. Entonces comienza a reír y negar con la cabeza, Sehun lo mira con confusión, si entender el extraño comportamiento del mayor.

— ¿Qué es tan gracioso? — su voz es rasposa, entrecortada.

— Sehun...— susurra tiernamente, con inmenso cariño. — ¿Es que en verdad no te das cuenta?

— ¿Darme cuenta de qué? — el pelinegro aumenta su mueca de confusión. — Tienes que ser más cl...

Se ve interrumpido por el castaño, quien se acerca a él y lo toma de la nuca, besándolo. El acto no dura tanto tiempo, es corto e inocente, separándose después con una mirada interrogante y temeroso por la reacción del menor.

— T..tú — balbucea. — ¿Por qué hiciste eso?

— Porque quería. — admite, alzando los hombros. — hace mucho tiempo que quería hacerlo.

Entonces Sehun se queda callado, sin saber realmente qué contestar ante la confesión repentina, tanta sinceridad en sus palabras lo ponen nervioso, pero lo que hace que ese estado aumente es el hecho de que no le disgusta, ni se siente asustado por el acto que el mayor tomó, en cambio su corazón está acelerado y una extraña felicidad se expande en su ser.

— Y sé que tú también querías hacerlo, Sehun. — volviendo a hablar, LuHan se acerca a él, con la lluvia tomando fuerza y cayendo sobre ellos, pero parece ser lo que menos importa en esos momentos.

No sé lo niega, porque sabe que tiene razón.

Se encuentra asustado, temeroso de lo que pueda pasar después, de cómo reaccionarían sus padres al saber que le gustaba un hombre y que éste era mayor que él. Se encuentra asustado, piensa sobre los comentarios despectivos que se formarán y las cosas que podrían salir mal, pero es en ese momento que el castaño toma su mano, y en medio de la lluvia Sehun cree que es más hermoso como si eso fuera posible, con esos ojos brillantes y cálidos mirándolo.

— Debes dejar de ser tan negativo, Hun. — aconseja, dando una ligera caricia a su mano. — te conozco, eres como un libro abierto para mí y es por eso que te pido que no te hagas más daño pensando en cosas sin importancia, ¿por qué no mejor, en lugar de eso, llenas tu mente con lo que podría salir bien?

Mirando fijamente, comienza a creer que si es con LuHan...él haría todo.
Arriesgaría todo.

Ese año pasan su primer invierno juntos, como más que simples amigos.

Ese año pasan su primer invierno juntos, como más que simples amigos

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Winter » hunhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora