For you, Tori.

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Aún recuerdo la vez en que dije que haría esto cuando estuviese lista para decir adiós. Quise evadirlo porque pensé que así dolería menos, mala decisión. En el fondo sabía que este día iba a llegar y bueno, es momento de dejar ir a mi pequeña Tori.

Lo que acaba de suceder con Beli fue lo que me abrió los ojos para darme cuenta que esto es parte de la vida, queremos evitar a toda costa el dolor que sentimos, pero esa no es una manera de hacerlo menos, al contrario, con el tiempo, mientras más lo guardemos, más grande se hace. Tenemos que dejarlo ir. Si, se escucha muy sencillo de decir, y tal vez piensen que hacerlo es más difícil de lo que parece, pero no, todo depende de cuánto te niegues a la situación, mientras más te opongas a aceptarlo, más difícil y doloroso parecerá. Aquí la cuestión es aceptar las cosas, así duela, es necesario. Cuando se nos presenta un problema, inmediatamente nos bloqueamos, claro, es  como una "auto-protección" nos negamos a que algo malo está sucediendo y entonces nos cerramos al mundo, creemos que es algo que va a destruirnos y lo evitamos a toda costa. Pero no, sólo puede destruirnos si le damos el poder de hacerlo y ese es el problema. Tenemos que aceptar que las cosas están sucediendo y tenemos que dejarnos sentir ese dolor, pero sentir dolor no significa causarlo tú mismo, sentir el dolor de una manera que lo puedas aprovechar para bien. Desde hace mucho mucho tiempo, llorar siempre ha sido una señal de estar vivos; cuando nace un bebé y llora, todos se sienten aliviados porque eso significa que vive, y si no llora, entonces todos se preocupan. El llanto es el primer sonido que emitimos al nacer ¿porqué evitarlo? Hablando de dolor, también es necesario llorar, de eso se trata sentir el dolor, llorar fuerte si duele fuerte, PERO, no siempre, no todos los días, un día es suficiente para dejar salir ese dolor, y al día siguiente ya se tratará de empezar a salir de ese pozo, todo depende de el nivel de aceptación que tengamos ante las situaciones. Si nos negamos, podemos llevar años en depresión, años... porque sigues cargando con eso, porque te niegas a sentirlo y así durará hasta que lo decidas. En el caso de la muerte, se dice que, máximo, son siete días para guardar luto, y seguir adelante y tal vez pensarán ¿quién demonios hace eso? Lo hacen aquellas personas que lo han aceptado en el momento que sucedió. No es tan difícil como parece, todo está en la mente, esas voces que sólo te hunden más, pero lo hacen porque les damos el poder de hacerlo, porque las escuchamos, y ese es el error. Esas voces sólo se irán, si tú les dices que se vayan. Repito, el control, las decisiones, las tenemos nosotros mismos. Entonces, he decidido dejarme sentir el dolor que la muerte de Tori y Beli me han causado. Tenemos que aceptarlo, aunque duela pensarlo, es algo natural, la muerte es una etapa de la vida por la que TODOS vamos a pasar. Todos hemos venido para morir al final. Y duele cuando alguien muere antes que nosotros, porque pensamos que jamás volveremos a verlos, o hablarles, pero no, lo volveremos a hacer, en "la otra vida" sea como sea que sea, lo será. Se trata de fe, de confiar en que así será, y si no lo creemos ¿a qué hemos venido entonces? La fe es lo que nos mantiene fuertes, y si no la tenemos es porque así lo hemos decidido; entonces, cuando algo duela, será porque así lo quisimos, porque preferimos no creer o confiar. No podemos esperar a tocar el fuego sin salir quemados. 

Tori se fue, ya no está más aquí. una vez, una persona muy especial para mí, me dijo que todos aquí hemos venido al mundo con un propósito. No nacimos por casualidad o por error. Todos tenemos una misión por cumplir en esta vida, la cuestión está en averiguar qué es. Entonces, pienso que Tori ha cumplido su misión aquí, y ya era tiempo de partir. Y no dejaré que su muerte sea en vano, voy a sacar todo lo bueno que ella me dejó y utilizarlo para bien. Recuerdo que ella me decía que su sueño más grande era ayudar a las personas. Lo cumplió. Supongo que ella estaba en paz consigo misma por ello. Estoy tan tan tan orgullosa de lo que fue en esta vida, de la persona en la que se convirtió,la extremada fuerza que poseía, simplemente admirable. Nunca en la vida deseé tanto que ella viviera, en verdad quería que viviera, pero si su destino estaba así, nada ni nadie podría cambiarlo. Dios así lo quiso porque ya era hora de regresar a casa, de dejar de sentir dolor, tanto emocional como físico. Ya era hora de que descansara. Eso precisamente es lo que debe darnos fuerza para seguir, el hecho de que ella está ahora en el mejor lugar de la existencia y con una felicidad que el ser humano sería capaz de imaginar. Estoy tranquila por eso, porque sé que está más que bien ahora. Recuerdo pedir lo mejor para ella, y viéndolo de esa manera, lo tiene ya.

Te extraño como no tienes idea, mi princesa. Extraño tanto tus mensajes, tus palabras y el significado de cada una de ellas. Pero sé que ahora estás bien, y sólo me queda esperar para volver a verte y... Dios... abrazarte tan fuerte, seguir con todo lo que hemos "pausado" porque te fuiste antes que yo, pero ya será el momento y entonces estará bien. Nunca me cansé de decirte lo tanto que te admiraba, eras una persona que irradia tanta luz, tanta paz, tu esencia era única. Estoy INFINITAMENTE agradecida con la vida por haberme dado el privilegio de conocerte, de saber que personas como tú, aún existen. Gracias por todo lo que hiciste, no te imaginas, bueno... tal vez ahora si, puedes imaginar cuánto bien me has hecho, y siempre estaré en deuda contigo. No acabaría de agradecer. Estoy feliz porque pasó, pasó el hecho de saber de ti, de conocerte, y eso es lo que importa. Me siento tan afortunada, y tu fuerza siempre va a inspirarme, cada vez que piense que no pueda, te recordaré y entonces la esperanza crecerá, tu lo has logrado, y eso significa una posibilidad. Te amo pequeña, desde el fondo de mi ser, en toda la extensión del significado de esas letras juntas. Te amo y siempre vivirás en mi...

Hasta siempre...

Descansa en paz Victoria, o como te gustaba que te llamaran, Tori

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Descansa en paz Victoria, o como te gustaba que te llamaran, Tori

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