«Danna». Tengo que intentar hablar con Danna; después de todo, su mirada me ha dejado bien en claro que no quería que sus amigos se metieran en problemas. Pero dialogar con ella va a ser imposible. En cuanto bajo la vista, noto cómo se va con los demás encargados del Gremio, en un poderoso grupo que no creo que se disuelva en las próximas horas. No hallaré el momento oportuno para hablar a solas con ella.

Algo tengo que hacer. Tengo que ser capaz de evitar estas estúpidas sospechas.

«Las llaves».

Si de algo pueden culpar a Fénix, son de esas estúpidas llaves que no pudimos devolver. Ellas serán las causantes de que culpen a Fénix, si lo hacen. Y nadie se creerá el verso de que la hemos tomado prestadas para encontrar información de nuestros padres... menos aún si quien se defiende con esto es el ignisio que más quisieron resguardar y quien más intentos de huida tuvo.

Cuando llego al pasillo noto que está tan vacío como la primera vez que estuve aquí

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Cuando llego al pasillo noto que está tan vacío como la primera vez que estuve aquí. Corro hacia la puerta del dormitorio de Fénix y sacudo el picaporte con fuerza. Está cerrada.

«¡Claro que está cerrada!»

Sin poder controlar mi ímpetu, gruño y pateo la puerta. La empujo, vuelvo a agitar el picaporte, la golpeo. Bajo la vista y veo la estúpida luz arcoíris escaparse por debajo, extendiéndose en diagonal por todo mi pie derecho. «Necesito entrar y tomar esas llaves antes de que alguien venga a revisar el dormitorio».

Pero no puedo hacer nada.

No puedo echar la puerta abajo, no puedo dejar pruebas, no puedo entrar sin la llave, y mucho menos puedo pedir dicha llave al encargado sin una buena explicación.

Frustrada, me echo de espaldas contra la pared y me obligo a tomar aire con tranquilidad. Fénix no puede ser tan estúpido como para dejar las llaves del ático en su habitación, ahora que lo pienso. Él es astuto; las habrá dejado en otro sitio. Habrá sido lo suficientemente listo como para considerar que en algún momento pudieran sospechar de él y husmear en su dormitorio.

Me llevo las manos al pelo y me dejo deslizar hasta sentarme en el suelo cálido. Entonces, repaso una idea que nunca antes había tenido. Fénix es el mejor chivo expiatorio que hay. Es el único blanco al cual las autoridades del Gremio todavía apuntan. Todo su pasado aquí, todos sus antecedentes, todo resulta ser la mejor excusa para, de una vez por todas, encargarse de él.

Fénix está aquí por mí. Yo decidí ingresar al Gremio, fuera o no fuera su misión que yo aceptara... pero él se sometió a volver por mí, por nosotros. Era libre de irse de una vez por todas. Tenía el derecho absoluto de alejarse de este lugar y no volver jamás; su tarea ya estaba completada conmigo. Si él ha vuelto, ha sido para que podamos encontrar más información de nuestros padres... y del mío no hay nada. Su familia es casi la única cosa que lo ata a este lugar, el misterio del causante de sus muertes es lo único que quiere descubrir en su vida. De Maron podremos no encontrar nada aquí, pero de sus padres todavía tenemos esperanzas y oportunidades.

Hawa: Debemos salir a flote | #2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora