Infinitamente azul

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Les voy a contar una historia que pasó hace no mucho tiempo en el mar. Una historia tan fantástica que no la creerán, pero yo estuve ahí, y les diré que no he visto nada más cierto ni aventurero jamás. Aunque probablemente eso se deba a mi corta edad.

Desde mi perspectiva todo comenzó en Abril, con la primavera en curso, el sol en lo alto y los pájaros cantando. Yo y unos primos navegábamos muy lejos de la costa, no habíamos ido a pescar ni a nadar, solo a disfrutar del mar. En ese entonces mi familia vivía en la playa, aunque yo estaba estudiando en otro lado y solo los había ido a visitar. Ese día en la mañana salimos sin avisar, no queríamos que nadie nos molestara, así que fuimos a un lugar que por alguna extraña razón casi nadie visitaba, solo estábamos nosotros, o al menos eso pensábamos. Hasta que cosas extrañas nos pasaron y descubrimos un mundo muy peculiar.

Pero hay otro punto de vista poco conocido, como en todas las historias, que en este caso empieza un poco antes y es de una persona que vive en el fondo del mar, por esta razón que les contaré esta historia desde aquella perspectiva. Es aquí donde empieza lo increíble de este cuento, cuando les digo que el que me contó la historia es el actual rey del mar, que entonces era príncipe y seguía bajo el cuidado de su mamá.

...

– No, Dylan, ya te dije que no puedes subir – dice mi madre por enésima vez.

– ¿Pero porque? Arg, nunca me dejas hacer nada – digo yo, por enésima vez botando el tenedor dramáticamente.

Estamos terminando de comer, mi padre, el rey de este mar, y mi hermano, el futuro rey, se fueron hace ya unos minutos a revisar "asuntos oficiales"; solo quedamos mi madre y yo, pues yo soy el menor y el trono nunca seria mío, por eso no me llevan a sus reuniones, en cambio, aprovecho mi tiempo explorando las aguas y buscando aventuras en todo el mar, conozco cada rincón de él. Pero hay algo que nunca he podido hacer, salir a la superficie.

– Es peligroso, lo sabes – me responde mi madre, la reina.

– Madre, para mi nada es peligroso, lo sabes – mi madre suspira.

– Sabes lo que quiero decir, esto es... diferente.

– Diferente, diferente, diferente ¡Siempre dices que es diferente! He derrotado ballenas, tiburones, leones ¿Qué puede ser tan diferente como para que sea peligroso madre? – vuelve a suspirar.

Desde que era niño he querido ver que hay en la superficie, nadie me ha dicho nunca nada sobre ese mundo tan misterioso y desde acá abajo solo veo azul, un azul infinito, interrumpido solo de vez en cuando por los grandes peces que pasan nadando.

– Dylan, por favor. Ya hemos discutido esto. NO. VAS. A. SUBIR.

– Ya, entiendo. Disculpame, madre. Que tengas una buena tarde – Y así me rindo en la discusión... por hoy.

Me levanto del comedor y salgo corriendo a mi cuarto, cuando llego cierro la puerta de un azote y me tiro en la cama. Frank, mi mayordomo, está limpiando el cuarto.

– ¿Se encuentra bien joven Dylan? – me pregunta.

– Mhmm – digo con la cara entre las almohadas.

– ¿De nuevo el argumento sobre subir a la superficie?

– Sip – me levanto y siento en la orilla de la cama.

Frank lleva tanto tiempo trabajando en el castillo que se ha vuelto un gran amigo de la familia, pero especialmente mío, me conoce desde que nací, y de alguna manera ha sido como mi segundo padre, me entiende como nadie y me apoya siempre...

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⏰ Last updated: Sep 10, 2016 ⏰

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