Wrathly se quita sus lentes y una vez más veo sus ojos... ¿Quién diría que unos orbes sin vida serían tan llamativos para mí?

—¿Quién te trajo, Wrathly? —Me alejo del rumbo hacia donde se dirigían mis pensamientos.

—Mira hacia atrás. —Levanta su brazo como saludando a alguien. Me volteo y veo al tipo que me mojó, le devuelve el saludo—. Vengo con Akos.

Abro bien los ojos y me giro de forma muy rápida. Qué pequeño es el mundo y más en Vaduz. Me puedo imaginar la impresión que se llevó ese señor de mí, una gordita llena de lodo con ansias de quinientos francos suizos por compensación a daños. Tomando una respiración rápida, abro la boca para preguntar lo primero que me pasó por la mente:

—¿Cómo descubriste la beca Perlman? —Mi voz suena un poco nerviosa, todavía impresionada por el descubrimiento.

—Digamos que siempre la he conocido —contesta con cierta parsimonia.

Wrathly coloca su codo sobre la mesa para descansar su barbilla en la palma de su mano.

—Aunque no deseo que nuestra conversación gire en torno a la beca. —Eleva sus cejas—. ¿Alguna vez has intentado leer un libro en braille?

—No —le respondo un poco cohibida.

—Es como ver con los dedos. —Se inclina un poco para levantar una mochila que estaba debajo de la mesa. Saca un libro de color verde bastante voluminoso—. Dame tu mano, te enseñaré cómo se lee en braille.

Abre el libro al azar, le doy mi mano para dejarme guiar por él. Cuando las yemas de mis dedos tocan la hoja, siento una serie de puntos, es extraño poder leer así o que estos tengan algún significado.

—Este método de lectoescritura se basa en la unión de varios puntos en relieve, los puntos están organizados en dos columnas compuestas por tres filas —comenta mientras mueve mis dedos por ello—. Se pueden formar hasta 64 combinaciones distintas, que crean no solo letras, sino signos matemáticos, de puntuación y musicales.

Veo que a Wrathly le emociona enseñarme lo que sabe, cuando termina de leerme un párrafo, se queda pensando y me habla de cómo se sienten las palabras. Me hace querer pasar mis dedos por los letreros que están colocados estratégicamente en algunas paradas de transporte que están escritos en braille, ahora deseo sentirlas como él.

Dejo que él guíe mis dedos y contemplo su hermoso rostro. Un revoloteo de cientos de mariposas se mueve con frenetismo en mi estómago, incitan que mi respiración se quede atorada en la garganta.

—El tacto le da forma a lo que los ojos no ven, Peach. Es acariciar a las palabras. —Se detiene y toma mis dedos entre sus manos—. Pienso que ver con los dedos es maravilloso, es poder utilizar otros sentidos para percibir las cosas

—¡Hola! —La voz cantarina de Lynn rompe mi momento con Wrathly. Cuando levanto la vista, me encuentro con dos pares de ojos, por completo desenfocados, mirando la unión de nuestras manos—. Esto sí que es toda una casualidad.

—¿Casualidad? Pero si perfectamente... Auhg. —Luccas es interrumpido por un pellizco de Lynn mientras esta se aclara la voz y prosigue.

—Toda una casualidad. —Fulmina con la mirada al imprudente Luccas—. ¿No nos piensas presentar, Peach?

Me ordena que abra la boca. Entretanto, Luccas la señala como la autora de esta broma de mal gusto. No lo puedo creer.

—Bien, como mi amiga aquí presente no hace las presentaciones, lo haré yo misma. —Me mira molesta—. Soy Lynn, su mejor amiga, y este es Garfield, que cariñosamente llamamos Luccas, le damos un poquito de humanidad dándole un nombre humano.

Soldat Where stories live. Discover now