SOMOS, HISTORIA

69 5 3
                                    

Nota de autor: Si lo sé, me volví a demorar, pero estoy aquí por ustedes porque l@s quiero, y porque sus comentarios me han hecho que encuentre tiempo para hacer lo que amo, estoy demasiado agradecida. Pasaba por aquí para dejarles estas historias y para aclarar que no tienen un tiempo en específico porque los poemas han sido escritos en diferentes momentos de mi vida. Lo que sí puedo decirles, es que el que les dejo a continuación es para la misma persona que el anterior ;) Gracias por la paciencia, las estrellitas y el cariño. Gracias a los que estuvieron desde el inicio y a los que se han ido sumando. Abrazos mis criaturas ;)

**********************

Estaba cansada pero no había llegado a mi límite ¿sabrás lo que siento por ti? La voz de mi interior se contradecía, por un lado gritaba que claro que lo sabías pero que yo no te gustaba, por otro me susurraba que si lo supieras ya no estarías a mi lado. Que te puedo decir, estuve en negación, nunca he sido buena admitiendo mis miedos, aceptando sentimientos y enfrentando posibles partidas.

No creo en el amor a primera vista, pero contigo tuve una conexión extraña desde el primer momento en que te vi. Recuerdo que mi curiosidad fue tal, que venciendo mi timidez me acerqué a ti con el pretexto de conocer el marcador del partido de fútbol de mi selección Ecuador vs Venezuela, pero me resultaste agradable y seguí conversando contigo. Desde ese día, cuando yo tenía 12 y tú 16, fuimos forjando esta amistad, que en mi caso, confieso, siempre fue atracción disfrazada.

Hoy estuve contigo, al inicio fuiste tan amable, me contabas lo que había sucedió durante tu semana, me mostraste algunos secretos del lugar en el que estábamos, bromeaste conmigo, me abrazaste, jugabas con mi mano hasta que la entrelazaste con la tuya, y yo, sintiendo que podías descubrir que te quiero, la separé bruscamente, y hui. Poco a poco llegaron nuestros amigos, y el resto de asistentes a aquel evento, pero estabas diferente, pensé que te herí con mi actitud y quería disculparme contigo. Tendríamos una eucaristía, y yo consideré que en el momento de la paz iría hablar contigo, y lo iba a hacer hasta que vi que sujetabas la mano de otra chica. Regresé a mi sitio, culminó la misa y con ello mi presencia en el congreso, le pedí a mi papá que me recogiera y salí despidiéndome rápidamente de todos. Pero no contaba, con que a él se le ocurriría comprar golosinas en una reconocida heladería del centro histórico, y yo tendría que esperarlo en el carro. Tenía mi mirada puesta en la plaza cuando observé que colocabas un mechón de cabello detrás de la oreja de tu ¿enamorada?, y le plantabas un beso.

Te veías feliz, y si yo hubiese sido tu amiga de verdad me hubiera alegrado por ti. Pero en vez de eso un dolor punzante me martillaba el alma, un dolor que venía de la decepción por dejar que me afecte la actitud melosa que tuviste conmigo y por ese estúpido juego de sensaciones me hacía pensar que había cosas donde no las había. ¿Sabrás que te escribo?, tengo la sensación de que no y eso me da la tranquilidad para seguirlo haciendo. No sé si te considero mi primer amor o la persona que me unió a mi primer amor, el que hizo que escriba cada día para expresar las cosas que nunca podré decirle cara a cara. Así que siguiendo con esta costumbre, que se está haciendo vieja, otra vez estoy aquí con los ojos cristalizados, el esfero negro y la desgastada libreta de líneas. Buscando en el remolino de pensamientos y dejando que el masoquismo me invada mientras me pregunto ¿qué somos?

Somos como las palabras,

De un poema mal escrito (...)

Somos ese espacio (...)

Somos ese viento (...)

Somos esa ventana abierta (...)

Somos ese espejo viejo (...)

Somos esa frase aprendida (...)

Somos algo repetido (...)

Somos como esas últimas lágrimas

(...) que nacen de un llanto sincero

Somos el rastro de un fuego pequeño,

O el suspiro de alguien que se da por vencido.

Comprendiendo finalmente, que realmente:

Somos esas ramas de árbol,

unidas por un tronco

pero separadas por un abismo,

eso a lo que los entendidos

suelen decir amor no correspondido.

ATRÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora