Capítulo 10

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Llevaba casi medio día buscando, se sentía realmente estúpido por no haber pedido un lugar para reencontrarse. Bueno si tenía un lugar pero no un punto especifico y eso es lo que lo tenía dando vueltas sin parar.

Se sentó sobre una enorme roca que había cerca de un riachuelo, no tenía sentido seguir, al menos no por ahora. Quizá tendría más éxito si se quedaba en un mismo lugar, después de todo parecía que nunca lograría localizar a su compañera.

Mientras esperaba se dedicó a lanzar varias piedras al agua, algunas llegaban a la otra orilla, otras más se hundían por completo en el agua. Se maldijo en voz baja por haber recordado, se sentía terriblemente culpable por lo que haría pero de igual forma no tenía otra opción.

Lo único que esperaba era que Juvia no se hundiera como las piedras que lanzaba, sabía que ella se preocuparía y que lo buscaría pero no iba a encontrarlo o eso quería creer. No podía llevarla con él, no era asunto suyo...

Ya suficiente había hecho por él y por Silver.

Odiaba su debilidad de antaño, recordar que no había podido salvar a su propio padre —aun cuando también sabía que no hubiera podido matarlo por más que lo hubiera intentado— lo hacía apretar sus puños con fuerza. Odiaba de igual forma el hecho de que hubiera tenido que ser Juvia quién se encargará de liberar el alma de Silver, odiaba que ella hubiera llorado por su causa...

Pero al mismo tiempo daba gracias por ello, daba gracias por la fuerza que sus sentimientos le habían dado; por el valor que le había hecho falta a él y aun más porque ella misma se lo había dicho.

No se merecía que lo amará, no cuando estaba a punto de marcharse sin ella. Juvia merecía algo mejor que lo que él le ofrecía, sin embargo, ahora apreciaba su amor y su apoyo.

Quizá esto era algo que no iba a perdonarle pero al menos sabía que estaría mejor sin involucrarse en lo que Erza le había propuesto.

— No sabía que te decidirías tan rápido — la inconfundible voz de Titania llego a sus oídos y lo hizo salir de sus pensamientos.

Detrás de ella, la figura encapuchada de Jellal apareció, aun no sabía cómo es que se habían encontrado ni porque la pelirroja colaboraba con el gremio independiente pero estaba tranquilo sabiendo que la maga de armadura no estaba sola; no porque pensará que no podía cuidarse a sí misma, sabía que era extremadamente difícil que Erza pudiera perder una batalla pero luego de Tártaros presentía que iba a necesitar apoyo moral y el mago del Crime Sorciere era uno de los pocos que podían hacerlo.

— No quiero perder más el tiempo.

Era una mentira pero no quería decirle las verdaderas razones de su decisión, eso solo era asunto suyo.

— Lamentamos pedirte esto Gray — Jellal parecía realmente culpable — pero dadas las circunstancias no teníamos otra alternativa.

No dijo nada pues no le importaban los motivos, solo quería saber sobre la misión.

— ¿Qué tengo que hacer?

Sin notarlo su ceño se frunció, ninguno de los otros dos dijo algo alusivo y se enfocaron en detallarle lo que debía hacer y cómo se comunicarían.

Presto toda la atención que pudo, aun cuando una parte de su mente no dejaba de disculparse por lo que haría.

.0.

Miró las gotas caer por la ventana como si fuera algo que disfrutara hacer, por su pasado no podía apreciar la lluvia aunque había querido intentarlo. Había querido crear nuevos recuerdos felices bajo esta misma, momentos que le llenasen de alegría el corazón pero a pesar de que tenía algunos en su memoria no eran suficientes como para eliminar la angustia que la lluvia creaba en su corazón.

Un viaje por tus sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora