Capitulo 21: Horas como minutos

51 2 0
                                    

(Narra Pablo)

Pablo: Por favor María espérame..

María: ¿Qué quieres Pablo? ¿Vienes tu también a restregarme lo que acaba de pasar?

Pablo: ¿Enserio María? Creí que después del rato que acabábamos de pasar no pensabas que yo podía ser de esa forma, si no bien podía haberle dicho todo lo de antes

María: Yo.. De verdad Pablo que.. -no me dio tiempo a ver que me quería decir ya que estaba sollozando junto a mi, en ese momento se que ella necesitaba un abrazo y yo iba a ser el primero en dárselo, no me molestaría nada pasarme el día así con ella, le he tomado mucho aprecio y se que debo protegerla de todo esto ahora que ella ha conseguido confiar en mi- Lo siento Pablo, se que puedo confiar en ti, pero entiéndeme es que..

Pablo: Tranquila ¿vale? Todo va ha salir bien y yo estoy aquí para lo que necesites

María: Gracias pablo, muchas gracias de verdad

Pablo: Ya te he dicho que no tienes que dármelas ¿quieres que vayamos de vuelta la cabaña o prefieres ir a otro sitio?

María: Prefiero ir a la cabaña ¿te importa?

Pablo: ¿Porqué me va ha importar? Ya te he dicho que no me molesta estar aquí contigo

María: Si ya lo he se, pero no se, supongo que prefieres estar con tus amigos, a estar con una idiota que lo único que ha echo delante tuya es llorar -dijo a lo que bajo la cabeza ¿idiota? ¿Cómo puede pensar que es una idiota?-

Pablo: No vuelvas a decir eso, tu no eres ninguna idiota y si tengo que estar contigo antes que con mis amigos te puedo asegurar que no tengo ningún problema y lo único que tu has echo conmigo no es llorar, después de llorar no has parado de reír y de sonreír y tengo que decirte que tienes una sonrisa preciosa así que sonríe linda, no llores ¿vale? -dije tomándole de la barbilla para poder ver su rostro-

María: Venga no digas tonterías -dijo sonrojandose y sonriendo lo que hizo que yo sonriera también-

Pablo: ¿Sabes? Sonrojandote también te ves muy linda, te ves tierna

María: Que vergüenza.. -dijo aún sonrojada-

Pablo: ¿Vergüenza porque? Simplemente es la verdad te ves muy linda, y aunque se que no nos conocemos de apenas unas horas ya sabes que pase lo que pase siempre me tienes aquí, y ahora vamos a la cabaña

Fuimos a la cabaña mientras que íbamos andando íbamos a también hablando, siento que es como si sintiera que ella es igual a mi, es como si fuera mi pequeña alma gemela, es muy linda y no me gusta nada verla llorar, no me gustaría que ninguno le hiciera llorar, así que tengo que tener claro que lo primero que tengo que hacer es estar con ella siempre para que tenga confianza en mi.

(Narra María)

Fuimos los dos hacia la cabaña, no se sí iríamos a la suya o a la mía, pero la verdad es que ahora me daba igual estaba bastante cómoda con el, es como si lo conociera desde siempre, no hemos tenido ningún momento incómodo desde que estamos los dos solos. Aún que estamos hablando muy animadamente sigo teniendo la duda de a cual de las cabañas vamos porque sería un momento muy incómodo en las dos así que iremos tampoco me importa.

María: Pablo..

Pablo: ¿Pasa algo? ¿Estas cansada de andar? ¿Te encuentras mal?

María: No, no, no tranquilo, simplemente es que tengo una duda. Vamos a ir a nuestra cabaña ¿o a la vuestra?

Pablo: Pues la verdad, no lo había pensado, iremos a la mía ¿te importa?

María: No, para nada, sólo es que luego habrá un momento incómodo, estemos en donde estemos

Pablo: Tranquila que yo estaré allí

Estuvimos allí, cerca de unas dos horas hablando y riendo, aunque verdaderamente esas horas se me habían pasado como minutos, estábamos hablando, pero la verdad es que ya estaba cansada, pero no quería estar con las chicas, pensé en que hacer, pero no tenía otra opción, bueno era la hora, debía de pasar un momento incómodo, aunque pensándolo bien quizás si me acostaba ya y me levantaba mañana temprano no me las encontraría.

María: Pablo ¿te importaría que me fuera ya? Es que estoy un poco cansada

Pablo: Si, claro te acompaño

María: esta bien, pero no es que este muy lejos -dije soltando una leve carcajada-

Pablo: si, pero no importa -dijo sonriendo-

Estábamos ha en la puerta cuando abrí..

Rutina veraniegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora