1- ¿Serán las mariposas de las que tanto hablan?

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Y ahí estaba sentada yo, como una tonta, esperando a Amelia. Mi mejor amiga. La estaba esperando hace más de cuarenta minutos y el hambre ya empezaba a presentarse. Se suponía que íbamos a terminar de hacer un trabajo. Estaba claro que ella no presentaba ganas de terminarlo, pero que se le podía hacer... era Amelia Johnson, y nadie se mete con ella.

Mejor lo repito de nuevo: ¡AMELIA JOHNSON! ¡HIJA DE LOS JOHNSON!

Bueno, me voy a calmar... y trataré de explicárselos mejor.

Amelia era hija de Caleb Johnson, el empresario más conocido del mundo (Si se podría decir...) y su madre Mónica, era diseñadora de los perfumes de todo el mundo (También si se podría decir...), conformaba a la familia más perfecta de todo el mundo (Para mí). Sin olvidarse de su hijo Carter, el capitán del equipo de fútbol y el más sexy de toda la secundaria.

Podría decirse que me sentía un poco atraída por Carter, pero no era para tanto... Bueno si, en realidad estaba obsesionada con el hermano de mí mejor amiga. Pero estaba dispuesta a morir con ese secreto.

Esperé diez minutos más y decidí volver a tocar la puerta.

Primer intento: Fallido

Segundo Intento: Fallido

Tercer Intento: Fallido

Estaba claro que en esa casa no había nadie, seguro que se habían ido a comer y mi amiga me dejó plantada, como siempre.

Tranquilos, ya estaba acostumbrada.

Me levanté y me acomodé el vestido que estaba todo arrugado. Dios, no sé cómo puedo salir a la calle con esta porquería. Es la culpa de mi madre, nunca se acuerda de planchar la maldita ropa.

El celular me vibra dos veces en la mochila. ¿Quién podría ser a las tres de la tarde?

« Perdón Kay, mis padres tienen que resolver algunos problemas con la empresa »

« Ojalá me perdones. Te mando muchos ¡besitos voladoresss!»

Esos eran los dos mensajes de mi querida amiga.

Si, leí bien. Ella me había dicho "Kay", agh sonaba horrible. Odiaba que me digan de esa forma, y ella lo sabía más que nadie.

Odiaba los apodos. ¿Si no para que estaban los nombres? ¿Para que te digan "KayKay" "Kay" "Kaylilinda"?

Definitivamente la respuesta es NO. Amaba que me llamaran por mi nombre (Aunque sea feo) Yo amaba que me digan Kayla, porque ese era mi nombre. Mi adorable y sexy nombre.

«Estás perdonada, pero sabes que odio que me pongas sobrenombres ¡Tienes que acostumbrarte niña!»

No, es imposible. En realidad la que se va a tener que acostumbrar voy a ser yo, está claro que Amelia no va a parar. No sé porque le doy tantas vueltas a esto.

Ahora que me acuerdo... yo tenía que hacer algo. Mmmm ¿Que era?

Dios, estoy peor que Dory con la memoria de corto plazo.

A ver, ¿Bañar al gato? ¿Bañarme yo...?

Bah, no sé. Después me acordaré, aunque seguro que es una tremenda pavada de mi cabezita, como siempre. Si, obvio, si.

Otra vibración, pero esta vez no era de Amelia, eran de un número desconocido.

Ohhh, esto se va a poner zozpechozo...

Capaz que es Harry Styles, que me vio en la calle, y como le parecí demasiado sexy... me mandó un mensaje. La causa es... ¿Cómo sabes mi número Harry Styles? Demasiado zozpechozo ¿No lo creen?

Enamorada Del Chico EquivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora