Capítulo 1

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"Estrecho" Esa era la manera de describir el espacio que tenía Lizzy en el metro, con suerte le había tocado estar en una puerta, por la cual podía salir lo más rápido posible y evitar que la dejara en otro lugar que no fuera su destino. Lizzy respiro hondo para tomar aire del poco que había y sintió que alguien ponía su mano en una de sus piernas, ella de inmediato comenzó a moverla para que aquella mano se alejara pero no lo hizo.

La mano se desplazó lentamente por la pierna de Lizzy, el roce de aquella mano le estremecía y su respiración era pausada.

Si bien pudo haber mirado el reflejo de aquel hombre en la ventana pero ella no tuvo el valor de mirar el rostro de aquel hombre y solo se quedó con el roce de su piel y la embriagante colonia.

De pronto, escucho la respiración del hombre que se acercó lentamente a su rostro pero no lo suficiente como para mirarle a la cara, la mano del hombre se apartó de la pierna y comenzó a tocarle la cadera y poco a poco bajaba, lentamente, y a aunque Lizzy esperaba inconscientemente con ansias que la mano bajara, no lo hizo, porque ella cayó de rodillas y con las palmas abiertas cuando el metro abrió sus puertas dejando caer sus pertenencias.

De inmediato levantó su maletín, celular y libreta, después se levantó ella miró el tablero, no era su parada. Dio la vuelta e intentó volver a entrar pero era tarde el metro ya había partió y ni siquiera pudo mirar al hombre que había dentro.

"¿Y ahora qué? ¡A correr!" se dijo Lizzy a sí misma y comenzó a correr para poder llegar a tiempo al colegio.

Todo parecía ir bien, solo faltaban unos cuantos pasos para atravesar el gran portón y gritar "Victoria" pero ella no alcanzó a darse ese lujo como algunos de los que ya había dentro, pues el portón se cerró en su cara quedando afuera con un montón, que al igual que ella, había llegado tarde.

"Que desgracia, que desgracia...tarde en su primer día de clases" dijo el profesor Izak " sin hacer mucho escándalo y en fila todos me darán su nombre, grado y aula, después darán cinco vueltas alrededor de la escuela y al terminar irán a orientación por su reporte, una vez que tengan su reporte pasarán a sus respectivas aulas"

Todos se quejaban y uno le dijo al profesor " profe, creo que hablo por todos cuando digo que venimos corriendo más de un kilómetro, ¿no podría ser menos estricto dejarnos entrar aunque sea por hoy?"

"Los medios por los cuales lleguen a este colegio no son de mi interés y creo que hablo por todos cuando digo que si no te callas ahora mismo, los pondré a dar veinte vueltas" contestó el profesor.

...

"y tú qué opinas, ¿fui demasiado duro con ellos?" le preguntó el profesor Izak a el maestro Jeison, quien no apartaba sus ojos de Lizzy, una de las jóvenes que trotaba alrededor de la escuela junto con el resto de los que habían llegado tarde.

Casi podía saborear el sudor que salía de su cuerpo, un cuerpo delgado y muy fino que se rompería con cualquier golpe...que él quería romper.

"Jeison... ¿te siente mal?" le preguntó el profesor Izak.

"no, estoy bien...fuiste demasiado blando, los hubieras puesto a dar vueltas con su maletín en las manos" dijo el profesor Jeison al retirarse.

...

Todo el cuerpo le dolía, un simple movimiento causaba un dolor infernal que no se podía quitar en un día o dos.

Lizzy recargo su cabeza en el pupitre y la levantó de inmediato al escuchar que al alguien abría la puerta, acto seguido todos se levantaron al ver que era un profesor, menos Lizzy, quien seguía sentada pero con la cabeza levantada.

La colonia del profesor era similar a la del tipo que la había tocado en el metro, "tal vez usan la misma" pensó Lizzy.

"¿no se piensa levantar?" Preguntó el profesor y Lizzy se levantó lo más rápido que pudo.

"sentados" dijo el profesor y todos volvieron a sentarse. "mi nombre es Jeison Pier, me pueden llamar 'profesor, maestro, profesor Jeison, profesor Pier...nunca profe y nunca me llamen por mi nombre de pila, nunca me llamen solo Jeison o solo Pier. Soy su profesor de Química...Comencemos con la clase.

"¿Disculpe?"Dijo Punzie jugando con la paleta que tenía en la boca "¿no nos vamos a presentar?"

"no hay necesidad de tal cosa, yo ya los conozco a todos. Ahora, ¿podrías cerrar las piernas Punzie?, pareces prostituta...y tira esa paleta. No voy a tolerar ese comportamiento desvergonzado... y no permito que coman en mi clase. ¿Quieren conocerse? Háganlo en su hora libre, a mi clase se viene a aprender no a hacer amigos"

Lizzy no dejaba de mirarle, era o no era el tipo que le había tocado en el metro, si tan sólo hubiera mirado su rostro. Sus miradas se cruzaron y Lizzy agacho la cabeza con sus mejillas ruborizadas.

La clase estaba a punto de terminar y el profesor comenzó a dar vueltas alrededor de el salón y cuando paso cerca de Lizzy, esta le miró de la entrepierna para arriba y al encontrarse con la intensa mirada de el profesor Jeison volvió a agachar la cabeza, mientras que este siguió caminando con indiferencia.

El descanso era largo y en su mayoría era usado por las chicas para intercambiar chismes pero Lizzy no tenía interés en eso, por lo que salió de su aula y comenzó a caminar por los pasillos hasta que escucho unas risitas que salían del salón de química. Curiosa se acercó a mirar quien era el que estaba en un salón que estaba "prohibido" usar en horario de descanso y se sorprendió al mirar al profesor Izak recargado en el escritorio besando a Marilyn quien estaba sentada encima del escritorio.

Con cada beso intenso que este le daba, ella soltaba una risita. Cuando la mirada del profesor y Lizzy se cruzaron ella cerró la puerta y salió corriendo, miro hacia atrás y pudo ver como se abría la puerta, lo que significaba que él vendría a buscarla, por lo que ella comenzó a bajar las escaleras a prisa sin apartar la mirada de la puerta hasta que no sintió el siguiente escalón, estaba cayendo y antes de gritar sintió un brazo que se deslizó por su cintura y la sostuvo...

"Hey, ten cuidado" dijo el profesor Jeison al oído y la soltó.

"si, gracias" dijo Lizzy con la mirada perdida y el profesor siguió bajando las escaleras mientras que ella se quedó parada, perpleja en medio de las escaleras.

Aquel roce, esa sensación, esa colonia, esas manos, esa respiración...era él.

Querido profesor. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora