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La tensión se sentía demasiado pesada en el ambiente, Gerard seguía viendo a Bob con su mirada llena del odio más puro, en cambio el rubio posó su mirada sobre una pequeña escultura que estaba en una de las estanterías de la oficina y se acercó a tocarla.

-No toques eso- Gruñó el pelinegro.

Bob dejó la escultura en su lugar y en cambio tomó uno de los libros.

-Tampoco toques eso.

-¿Cuál es tu puto problema?- le dijo Bryar soltando un largo suspiro de desesperación.

-No quiero que estés aquí, el hecho de que estés saliendo con mi hermano no significa que puedas entrar libremente a mis oficinas.

-No me refiero a eso.

-¿Entonces a qué?- le preguntó Gerard.

-Dime por qué me odias- Bob clavó su mirada en él.

-¿Que?- fue la respuesta de Gerard.

-Quiero saber por qué me odias, yo no he hecho nada para que me trates así, ya me cansé de la manera tan infantil con la que te comportas conmigo y le prometí a Mikey que intentaría arreglar las cosas contigo así que quiero que me respondas.

-¿Me acabas de llamar infantil a mí?, te recuerdo que quien comenzó a actuar de manera infantil fuiste tú, no pudiste ver que iba a estudiar Derecho porque hiciste lo mismo para fastidiarme, sabías que ya no te toleraba y aún así lo hiciste, también te recuerdo que fui yo quien abrió oficinas en Nueva York y de igual manera trataste de joderme abriendo unas tú también así que si hablamos de actitudes infantiles el único que se ha comportado de esa forma has sido tú- la cara de Gerard comenzó a ponerse roja de nuevo.

-No te creas tan importante Way, te recuerdo que yo siempre quise estudiar Derecho y las oficinas de Nueva York no las abrí solo por imitarte, las abrí por problemas personales que a ti no te incumben pero de eso no estábamos hablando, te pregunté por qué me odiabas y quiero saberlo- Bob se cruzó de brazos esperando la respuesta.

Gerard suspiró y se pasó una mano por la cara echando su cabello hacia atrás, pensó un poco en la pregunta de Bryar, muy en el fondo le guardaba cierto rencor pero solo era eso, rencor, hablar de odio era algo muy diferente y Gerard no odiaba a Bob, de eso estaba seguro.

-Yo no te odio- respondió casi en un susurro y desviando su mirada hacia un lado.

-¿Entonces por qué me tratas de esa manera?- la voz de Bob sonaba desesperada.

-Mejor respóndeme tú por qué tratas de joderme a todo momento, primero te presentas con Frank como si nada y después me entero que estás saliendo con Mikey y yo no me creo esa mierda de que mi hermano te gusta así que no te inventes ninguna excusa estúpida y mejor dime si solo te lo quieres follar- dijo Gerard, sabía que tal vez había sonado demasiado mal al hablar de Mikey de esa manera pero no quería revivir malos momentos del pasado solo para responder la pregunta de Bryar, necesitaba recuperar el control de la conversación.

-¿Como te atreves a hablar de Mikey de esa manera? El hecho de que a ti solo te hayan usado no significa que lo mismo le pasará a tu hermano, yo amo a Mikey y que eso te quede bien claro- Bob le dirigió una mirada de odio a la cuál Gerard correspondió.

El rubio ya no podía más con esa situación, sabía que se lo había prometido a Mikey pero el estar hablando con Gerard era como estar discutiendo contra un muro de concreto y cuando Bob se desesperaba o se enojaba golpeaba los muros así que eso fue lo que hizo, sin pensar claramente caminó la poca distancia que lo separaba del pelinegro y sin dudarlo estrelló su puño directo en la mejilla de Gerard. El abogado sintió como su piel ardía justo donde había recibido el golpe, miró con sorpresa el rostro de Bob, este respiraba agitadamente y su rostro parecía de piedra, lo único que los separaba era el escritorio, Gerard pensó en devolverle el golpe pero él no era una persona violenta y sabía que se lo merecía por haber insultado a Mikey de esa manera.

El Trato (frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora