Capítulo 4: Un viejo amigo, mi primer amor.

Magsimula sa umpisa
                                    

Primero me presentó a Gabriel, un chico de ojos castaños y pelo del mismo color. Era bastante alto, por lo que podría ser jugador de baloncesto. Cristina era su novia, quien estaba sujetando su mano. Su pelo era precioso, de un tono rubio casi platino y de una textura probablemente suave. Por otro lado, se encontraba Adrián. Tenía el pelo muy negro y también era bastante alto, su sonrisa destacaba ante su piel morena. Y por último, Lidia, la que creía que era novia de Adrián. Ella era pelirroja y bastante guapa, sentí envidia.

Salimos de esa calle, seguramente Isma aborrecía estar ahí, ya que, de cierta manera, era su lugar de trabajo.

- Esta noche te puedes quedar en mi casa, no te quedes aquí que hará mucho frío - le dijo la chica pelirroja a Ismael.

Él negó con la cabeza. ¿Pensaba pasarse la vida de un lado a otro cargando con esa mochila y con la guitarra?

Le cogí la mochila y la cargué a mi espalda.

- Naiara, ¿qué estás haciendo?

- Sólo te ayudo, tu espalda acabará dañada si sigues así.

Él me la arrebató en silencio mientras seguíamos caminando.

Entramos en un pub y jugamos al billar. Luego, en el futbolín, tuve que ir de pareja con Adrián. Lidia e Isma le ganaron a Gabriel y Cristina, así que fuimos contra los primeros.

Conseguí marcarle un gol a Lidia y ella me miró con bastante enojo. La ignoré y le marqué otro, no sin antes Ismael vengarse metiéndole un gol a Adrián. Pero finalmente ganamos, lo celebré con una sonrisa triunfadora.

La tarde fue entretenida, entonces dijeron que quedarían esa noche y si me apetecía ir con ellos.

Llegué a casa, la cena estaría lista pronto, y seguramente llegarían Yoel y su padre en cualquier momento. Por ello, decidí ayudarle a Alicia a cocinar, pero ella me lo impidió.

- Si quieres ayudar ve a junto Clara a poner la mesa, no te preocupes por mí, esto ya casi está listo - me dijo sonriendo.

Ayudé a Clara sin que nadie de mi familia me viese, no les gustaba que me metiese en lo que debían hacer las empleadas, pero a mí me encantaba ayudarles.

Mis padres entraron en el comedor y se sentaron esperando a que llegasen los invitados, quienes pronto llamaron al timbre de casa.

Fui a abrir la puerta, entonces pude ver a un Yoel guapísimo delante de mí, le sonreí ampliamente y él repitió mi gesto.

Todos nos sentamos a comer. Alicia nos había preparado una deliciosa Langosta con arroz.

Yoel y yo no dejamos de hablar durante toda la cena, estuvimos contándonos cómo nos había ido estos últimos años. No pude evitar reírme al saber que no había tenido ninguna novia porque "no le interesaba ese tema", hasta ahora.

Cuando terminamos de comer hubo postre, y luego chupitos, aunque yo sólo probé uno.

Le di mi número a Yoel y él me dio el suyo, luego se fueron.

Subí a mi cuarto para prepararme, iríamos a una discoteca. Busqué en mi armario algo bueno para la ocasión, no me decidía. Al final, opté por un vestido negro que se me ceñiría al cuerpo y ni siquiera llegaría a las rodillas. Me puse unos zapatos de tacón bastante altos y me ondulé el pelo, sujetándolo sobretodo hacia el lado derecho de mi cabeza.

Salí de casa en mi coche, hacía poco que me había sacado el carné pero ya no tenía miedo a llevarlo yo sola.

El camino se me hizo eterno, quería llegar cuanto antes, necesitaba volver a ver a Ismael.

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