Capítulo 23: Una boda, recuerdos y tensión.

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Di un paso atrás para alejarme de él, pero se acercó y se dispuso a darle dos besos.

-¿Por qué me escapas? -Me cuestionó. -Amor. -Se dirigió a la mujer que le acompañaba. -Te presento a Naiara.
-¿Tú eres...?

Una música la interrumpió. Una marcha nupcial empezó a sonar por el pasillo que formaba la arboleda que rodeaba la alfombra roja.
Y apareció el prometido con su madrina, con un bonito smoking azul oscuro.

Se adentraron entre la gente, y yo aproveché que todos estaban distraídos para alejarme de Ismael nuevamente, situándome así nuevamente al lado de mis amigos.
Me di cuenta de que él me observaba de reojo, pero decidí ignorarlo.
Pronto llegó Noe con su bonito vestido blanco, fue un momento precioso y muy emotivo.
Mientras se realizó la ceremonia, me fijé en la novia o mujer de Ismael.
Era realmente preciosa, parecía una muñeca.
Tenía la piel morena y un pelo azabache increíble, con un corte por encima de los hombros. Sus ojos negros le daban profundidad a su rostro, era increíble.

Me sentí pequeñita, como siempre.
Porque así me hicieron sentir durante un tiempo, y entonces lo recordé.

Ya había pasado un año desde la última vez que vi a Ismael, y yo tenía una relación intensa con su hermano.
Darío no sé llevaba ni con sus padres ni con él, por lo que ni siquiera llegué a quedar con ellos durante el año que estuvimos juntos.

Nunca pensé que realmente Ismael tenía razón cuando dijo que Darío no era bueno para mí, pero al final resultó ser cierto.

A partir de un día, tras una discusión sin sentido, Darío empezó a actuar de una manera muy rara.
Desaparecía durante días, me despreciaba, me hacía sentir que no era suficiente o simplemente aparecía en mi casa en condiciones indescriptibles.

-Naiara, estoy harto de que no seas como yo. Eres demasiado aburrida, solo piensas en estudiar y trabajar, eres insípida.

Y así cada día con diferentes palabras.
Una y otra vez, hasta que de repente me cansé.

Pero entonces empezó el infierno, el infierno de verdad.

-Si me lío con otra te jodes, por insulsa y anodina. -Se rió. -Si no quieres que eso pase debes venir conmigo cada noche de fiesta, incluso si me largo de esta puta ciudad. Déjalo todo y no estaré con nadie.

Y cada vez sus comentarios eran más feos.

-Con lo delgada que estás nadie se fijará en ti, apenas tienes curvas ni nada que agarrar. No eres nada atractiva.

Hasta que exploté.
Ya no hubo vuelta atrás.

La boda siguió en el restaurante, estuvimos toda la tarde comiendo y bebiendo hasta que llegó la noche y nos pusimos todos a bailar.
La novia lanzó el ramo y lo cogió Diana. Su novio se llevó las manos a la cabeza y todos nos reímos, pues eso implicaba que serían los siguientes en casarse.

-Creo que no funcionará ese ramo. -Irrumpió Irene, la novia de Ismael. -Los siguientes en casarnos somos nosotros, el mes que viene. -Dijo mostrando la alianza en su dedo.

Algo se clavó en mi pecho y sentí un nudo en la garganta.
Debí haberlo supuesto, pero no fue así y eso me pilló por sorpresa.
Sentí ganas de llorar e intenté controlarme, lo cual no fue nada fácil.
Una mano me sujetó el brazo para girarme.

-Se te nota mucho, ve al baño o algo. -La recién casada me hablaba con preocupación, quizás lo había hecho demasiado evidente.

Le hice caso a mi amiga y esperé un poco mientras me veía al espejo.
Aproveché para retocarme el maquillaje, y cuando me sentí preparada volví a salir para enfrentarme con la realidad.

Empecé a avanzar por el pasillo del restaurante, pero entonces alguien tiró de mí hacía un rincón que parecía la entrada de un almacén.
Y así lo era, pues estábamos dentro en cuanto me di cuenta.

-No entiendo tu reacción.
-¿De qué estás hablando?
-Naiara, eres demasiado obvia. Te conozco.
-No me conoces, hace muchos años que no nos vemos. Ya no soy la misma. -Dije enfadada.
-Igual no eres la misma, pero tus sentimientos sí.

Ismael se acercó un poco a mí, acorralándome contra la pared. De repente subió su mano derecha, sujetó un mechón de mi pelo y lo puso por detrás de mi oreja.

-Creo que tardaré una vida en olvidarte, ¿Porqué no tardarías tú diez años?

Mi corazón dio un vuelco cuando escuché esa frase. Empecé a notar cómo me caía sudor por la frente y mis manos comenzaron a temblar.

-¿Qué dices? Estás comprometido.
-Que esté comprometido no significa que esté enamorado, al menos de ella.

No entendía nada. Estaba atónita e incrédula.
¿Qué significaba todo aquello?

-Isma, volvamos a la fiesta. Deja de decir cosas raras.
-¿Mi hermano no te contó cómo son mis padres? -Puso su mano en mi hombro y se agachó para acercarse a mi oído. -¿No te ha dicho la clase de vida que tuvimos y tenemos por su culpa?
-¿Qué tiene que ver todo esto, Isma?
-¿De verdad crees que yo vivía en la calle porque no podía encontrar un trabajo?
-Es que no te entiendo. ¿A qué viene esto ahora?
-Solo intento explicarte porqué lo nuestro no funcionó. -Suspiró. Parecía perdido, triste y desilusionado. -Siempre te he amado, si no luché por ti fue por un motivo. No quise arrastrarte a mi mierda de vida, aunque mi hermano sí lo hizo.

En ese momento no entendía nada. Sólo tenía ganas de abrazarlo, sin saber el motivo.

-Siempre tuve la esperanza de volver a verte. -Le dije sinceramente.- Aunque no así. Ahora ya da igual, ambos nos equivocamos.
-Tú te equivocaste al estar con Darío, y yo te avisé.
-Siempre será mi mayor error. -Admití.
-Mi mayor error fue perderte.

Helada. Me quedé helada, sin saber qué decir.
Ismael acababa de robarme el aliento por enésima vez. Entonces sentí que todo volvía a empezar.





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⏰ Última actualización: Aug 08, 2023 ⏰

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