3. Conociéndose los desconocidos

Start from the beginning
                                    

-Oh... solo he ido a alguna competición a china, pero nunca he podido hacer turismo por allí, también visité a algún familiar -dijo el más alto.

-Si te animas unas vacaciones puedo ser tu guía y mostrarte unos lugares geniales... Unos están llenos de turistas pero otros no son tan conocidos y son realmente preciosos.

-¿En serio? –preguntó Mark sorprendido de su oferta.

-Sí, incluso puedo dejarte que vengas a mi casa.

Aquello sí que terminó de alterar la cabeza del americano. Pensaba que el chico aquel ligaba con rapidez como para ofrecerle su casa al segundo día de conocerlo.

-Uhm... Claro.

-¿Y qué más lugares te gustaría visitar? –preguntó Jackson que no se daba cuenta de nada, para él todo era tan normal.

-¿Visitar? Puesto que vivo en la playa... Tal vez algún lugar con selva o montaña... O quizá otras playas distintas –respondió el más alto.

-¿Vives en la playa? Que suerte, a mí me encanta la playa... ¿Tienes vistas al mar?

-Sí, desde mi habitación del segundo piso se ve el mar, a veces voy a entrenar allí por la mañana y corro un poco. En vacaciones o días libres me gusta hacer surf.

-Que pasada... Yo algunas veces he entrenado en la muralla china pero no nos dejan ir allí muy seguido y aprovechamos poco el tiempo porque hay muchos turistas –comentó Jackson fascinado con lo que le decía el americano.

-Como en Karate Kid.

-Algo parecido, sí –comentó el chino riendo bastante.

-Solo pude ver la muralla desde el avión –dijo Mark tratando de seguir la conversación.

-Entonces si finalmente vienes a China te debo llevar a visitar la muralla, la mejor parte, toda la muralla es muy bonita pero es larguísima... También podríamos visitar algunas partes por separado en varios días –comentó Jackson.

Mark se sentía realmente sorprendido, le estaba planificando las vacaciones y encima parecía vivirlo como si realmente fuera a meterse en su casa, entonces pensó si tal vez desde fuera el otro lo vería como un chico fácil, y pensó que tal vez debía ser más cortante aún.

-Tal vez.

Siguieron con el paseo un pequeño rato y finalmente caminaron en dirección a las habitaciones. Puesto que la conversación era agradable llegaron hasta la puerta de la habitación de Mark. Jackson lo había acompañado por simplemente no cortar la conversación pero fue un gesto que el americano sin duda malinterpretaría.

-Bueno, esta es mi puerta –dijo el más alto quedándose parado.

-Ah... ¿Dormirás ya? Cuida bien lo del golpe de esta mañana –dijo Jackson con una sonrisa de oreja a oreja.

-Sí, gracias.

-Hasta mañana, que descanses.

-Adiós –dijo Mark y abrió la puerta de su cuarto. Se miraron por última vez, Jackson como siempre alegre y el americano algo más serio intentando parecer un chico difícil.

Mark se sentó en la silla que había frente a la mesa algo pensativo. Le dieron ganas de llamar a su familia pero sabía que terminaría hablando de sus líos mentales con aquel chino al que apenas conocía y no quería que se preocuparan o le regañaran para que se centrara en la competición. Tras unos minutos de indecisión finalmente decidió encender su ordenador para ver algunas noticias de su país y seguir informado de la actualidad.

Después inconscientemente se metió en una página de turismo y lo primero que le apareció fue "VISITE LA MURALLA CHINA". Abrió los ojos de par en par, pensó que tal vez se estaba quedando dormido en la silla y aquello no era cierto, pero no, allí estaba la oferta en grande como el mejor destino que podría escoger en toda su vida.

-No es una señal –murmuró Mark entre dientes y bajó en la página para ver otros destinos mejores.

Miró muchos lugares, pero no les prestó atención ya que ahora solamente pasaban por su cabeza las palabras "Jackson", "China", "muralla" y "destino". Suspiró algo molesto consigo mismo y cerró todas las pantallas hasta que apagó el ordenador frustrado. Se levantó de allí y se desnudó quedando tan solo en bóxer, luego se metió en la cama y miró su móvil, tenía algunos mensajes sin responder de su familia.

Leyó que su madre le preguntaba si todo estaba yendo bien y vio que en el grupo familiar de whatsapp habían mandado fotos de su perrita, Coco. Sonrió como un idiota al ver a su amada mascota ya que era como su bebé, le transmitía mucha calma y felicidad poder ver a aquella perrita pequeñita y blanca.

-Ah... ojalá estuvieras aquí –susurró para sí.

No quiso responder a ningún mensaje puesto que no se encontraba de ánimos y sabía que toda su familia lo notaría al instante, más aún su madre o su hermana más mayor. Puso la alarma a la misma hora que aquella misma mañana y dejó el móvil cargando en la mesita de al lado, después apagó la luz y se abrazó a la almohada con los ojos abiertos.

¿Por qué le había invitado a su casa? ¿Por qué lo acompañó hasta la puerta de su cuarto? ¿Por qué? ¿Por qué no lo sacaba de su cabeza?

Aquellas preguntas son las que en ese momento se hacía Mark a sí mismo aunque no sabía qué responderse, y la que más temía era la última, tenía que dejar de pensar en él, no lo conocía de nada. Por muy guapo que fuera no podía estar distraído por su culpa. Cerró los ojos y dio mil vueltas tratando de dormirse a lo largo de toda la noche y finalmente lo logró, cuando solo faltaban dos para que su alarma sonara.

A penas había dormido nada, pero afortunadamente no era una persona a la que se le notaran excesivamente las ojeras y mucho menos por solo una noche por lo que en cuanto abrió los ojos y vio que apenas había logrado conciliar el sueño, gruñó y masculló un par de improperios sin sentido y se levantó de la cama, a ver qué le esperaba aquel día nuevo.

See the light (MARKSON)Where stories live. Discover now