Última Noche

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"¡Pues entonces, hoy, mañana y siempre juntos!
¿Promesa?
¡Promesa!"


Londres, Inglaterra.

Fue un día díficil, entre evadir a la prensa amarillista y fingir que no les importaba la separación, estaban realmente agotados. Firmarón los documentos del divorcio sin mediar mayor palabras; fuera de la oficina del abogado de la familia Heartifilia estaban un par reporteros de dichas revistas.

Natsu fue el que los enfrentó, mientras observaba a Lucy alejarse rápidamente juntó a Jude y Aries. Su corazón estaba destrozado al pensar que ella estaba libre legalmente para regresar con Laxus; no quería pensar así pero le estaba nublando el hecho de que él estubiera insistiendo últimamente con ella.

Natsu: Es todo lo que tengo que decir, gracias.

Rápidamente se fue del lugar en un taxi hacia el apartamento de Lucy. Tuvo que ser muy cuidadoso al entrar, se supone que ya no están casados y que no tendría que estar ahí pero aunque fuera lo último que hiciera, le haría el amor tantas veces como su cuerpo se lo permitierá.

Encontró a Lucy triste en su cama, él la abrazó por detrás besando su cuello.

Natsu: No te pongas así, yo regresaré por tí, amor mío.

Lucy: Yo no quiero que nos separemos, ¿porqué ahora?

Natsu: Por que ahora debemos probar que nos amámos de verdad.

Hizo que lo viera a los ojos.

Natsu: Tú has sido la única con la que me he sentido completo, la que me ha hecho sentir que merezco ser feliz no importando el porqué. Por favor manzanita, entiende que es por tu bien, que no quiero que te lastimen ni nada, regresaré, lo prometo.

Lucy: Y yo prometo esperarte, mi amor.

Se besarón con mucha ternura, luego el beso se volvió más profundo, más demandante y seductor. Él recorría con su lengua el cálido interior de la boca de la rubia, en tanto ella se aferraba a su cuello.

Esa noche estarían perdiéndose uno en el otro. Natsu la reclamó para si con desesperación, hasta tenía miedo de ser muy brusco, estaba sobre ella frotandose con empeño, sintiendo como el centro de Lucy se humedecía, preparándose para recibirlo en su interior.

Natsu: Esta noche haremos el amor hasta que no podamos.

Lucy sonrió, llena de deseo solo asintió con su cabeza, lista a lo que fuera a pasar esa noche. Solo rogaba que de estos encuentros pudierán concebir un bebé.

Natsu quitó su ropa lentamente, disfrutando del panórama que el cuerpo de su ex- esposa le ofrecía. Le encantaba ver su cuerpo bien formado pero más le encantaba recorrerlo con su boca; en especial morder sus caderas y sus pechos, por que tener sus protuberancias en su boca lo llenaban de placer al máximo, en combinación con los gémidos de placer de Lucy, él se perdía en un paraíso de lujuria.

Lucy: No quiero que esta noche termine.

Natsu: No pienses en eso, mejor disfrutemos, por que la próxima vez que nos veamos quiero verte con tu barriguita.

Lucy: Eso sería perfecto.

Se besarón apasionadamente, Natsu se despojó de su ropa, colocando las piernas de Lucy sobre sus hombros, probó su dulce interior, penetraba su lengua una y otra vez, haciendo que Lucy gritará su nombre sin parar.

Ella comenzó a acarciar sus pechos, mientrás Natsu apretaba sus caderas. De vez en cuando levantaba la vista para verla gozar del placer que le proporcionaba. La cara de la rubia estaba roja, sus ojos cerrados y su boca abierta pidiendo más.

Una ola de calor invadió el cuerpo de Lucy, apretando con fuerza las sábanas, se liberó de esa presión sexual que sentía, corriendose en la boca del pelirosa, que simplemente sonreía victorioso por lo que había logrado.

Lucy sonreía y al abrir sus ojos se encontró con la mirada jade de su ex-esposo. Sonriendo con vanidad y sus ojos reflejando lujuria.

Natsu: Me encanta cuando te sonrojas... te ves tan tierna.

La besó, en tanto se acomodaba en el centro de Lucy. Buscó su entrada, su cálida entrada, la penetró suavemente.

Lucy: Natsu te voy extrañar tanto dentro de mí.

Natsu: Y yo extrañaré tu interior.

Sus movimientos erán lentos, como queriendo grabar ese momento en su memoria para siempre. Por un rato sus penetraciones eran suaves, salía y entraba dulcemente, un escalofrío recorrió sus cuerpos.

De pronto cambiarón de posición, ella estaba en cuatro. Natsu tomó sus caderas, penetrandola con más profundidad, ambos jadeaban. Lucy movió sus caderas, tomando el control del momento, él solo se limitaba a apretar con fuerzas el trasero de la rubia.

Natsu: No creo que... resista más... siento que...

Lucy: Solo... un poco... Por favor... yo...

El pelirosa detuvó los movimientos de la rubia. Ahora él tenía el control. La hizo sentarse siempre de espalda a él. Tomó con una mano uno de sus pechos y con la otra mano acariciaba su clítoris. Con todas sus fuerzas, ella movió sus caderas, solo faltaba poco para el orgasmo.

Natsu: Sí... así... si Lucy...

Lucy ya no podía hablar, se limitaba a gemir y moverse, solo un poco más. Él posó su cabeza sobre la espalda de la rubia, observando como su miembro se adentraba a ese delicioso y húmedo interior.

El momento llegó, un apretón en el pecho de Lucy dió a entender que él se había corrido, mordió la espalda de la rubia, en tanto ella se perdía en el orgasmo que había alcanzado. Se detuvo hasta que la erección de Natsu ceso.

Uno al lado del otro tomados de la mano, escuchando la lluvia caer, sonreían.

Lucy: Fue increíble... te amo.

Lo miró y él se acercó, besó su frente, su mano derecha y luego sus labios.

Natsu: Yo te amo más, amor mío.

La sonrisa de Lucy era tan genuina, ella sentía su corazón latir con fuerza aún. Él la atrajó hacia ella. Descansarón un poco e hicierón el amor durante toda la noche, hasta que sus cuerpos ya no pudierón más y llegó la madrugada.

Estaban abrazados, cansados y ahora el dolor de la separación era más latente.

Natsu: Lucy...

Lucy: Dime amor...

Natsu: No quiero marcharme, no quiero dejarte, quiero estar aquí cuando nos enteremos que estás embarazada.

Lucy: No me digas eso o te juró que te encierró aquí y no te dejaré irte nunca.

Natsu: ¿Me piensas secuestrar?

Lucy: Si es necesario...

Natsu: Me tienes loco ¿sabes?

Lucy: Y yo estoy loca por tí ¿sabes?

Hicierón el amor una vez más, fue rápido pues ya no resistían mucho pero no obstante fue con mucho amor.

Natsu: Hoy, mañana y siempre juntos ¿promesa?

Levantó su dedo meñique.

Lucy: ¡Promesa!

Correspondiendo a su pinki-promise , se quedarón dormidos, abrazados, con el sonido de la lluvia de fondo, disfrutando su última noche.

¡Por Tu Bien! (NALU FanFic)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora