Capítulo 11

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#Borrador

Sus manos se movían en la cocina. Ni en mis pensamientos mas tranquilos me hubiera imaginado a Damon preparandome un té para los nervios. Camino de regreso a la mesa y puso la taza cerca de mis manos. Sus ojos se notaban preocupados. Me paso la azúcar y una cucharita. La tome y la introduje en los granos de sabor. Damon tomó asiento, miraba mis ojos esperando a que dijera algo.

Después de haberle dicho mi secreto, no me había vuelto a preguntar nada, solo se dedicaba a observarme, parecía que tenia miedo de preguntar. Estiró sus manos en la mesa y tomo su taza de té. La llevó a sus labios y empezó a beber de esta. Deje la cuchara alado de la mía.

—Fue en preparatoria, tenia apenas dieciséis —bajo la taza y puso toda su atención en mi—. Yo siempre fui una chica normal, en mi mente, en cierto punto lo era. Mis padres no tenían demasiadas quejas. Pero entonces se vino la adolescencia y las malas juntas —volvio a tomar de su té, pero sin despegar los ojos de los míos—. Me enamore del delincuente. Podía haber salido con el capitán del equipo de fútbol, el chico se veía loco por mi, pero no, yo me fui por el dañado drogadicto —lo vi desviar la mirada. Se había sentido identificado—. Kai Parker era todo lo contrario a lo bueno. Delincuente, drogadicto, mala persona y casi desde chico viviendo en la correccional de menores, sí, esa fue mi primera experiencia del primer amor —quiso alcanzar mi mano pero la removi, el volvio a esconderla tratando de ocultar que deseaba tocarme—. Estaba loca por ese chico, yo hacía todo por él, hasta que me metió en problemas. Su forma de sacar dinero era robar en residencias muy bien acomodadas. Mis padres jamás fueron de dinero, pero jamás tampoco me faltó nada, igual, yo hacía todo por Kai. Eventualmente dieron con nosotros, los policías nos arrestaron y nos metieron a la cárcel. Mis padres pelearon para poder liberarme, como era una estudiante ejemplar a pesar de mi novio, me dejaron ir sin ningún problema. Kai y sus amigos no tuvieron mucha suerte, a todos los enviaron a la correccional de nuevo. A las semanas me entere que estaba embarazada de él —frunció las cejas y vi dolor en su mirada—. No queria tener ese bebé, no importaba si quería a Kai, no quería ser madre. Mis padres comprendieron y hicieron lo que pensaron era lo correcto. Pero no me llevaron a una clínica aprobada por el gobierno, parecía que temían que la familia o ya sea los de nuestro alrededor se enteraran de lo que iba hacer. Así que mi madre me llevó con una supuesta amiga que sabía de métodos para terminar con el embarazo. Y así lo hicimos, tenía pocas semanas, así que no sería tan difícil. Lo malo es que nunca sabes qué tipo de cosas pueden hacerle a tu cuerpo, no todos reaccionamos igual. Tres días después mis dolores de estómago se hicieron insoportables y el sangrado se hizo peor. Me desmaye en el baño y no recorde nada despues de eso. Cuando desperté estaba en el hospital, mis padres estaban a mi lado. Sus rostros, jamás los olvidaré, jamás. Era como estar viendo la culpa reflejada en mi. Resultó que cuando removieron el feto, dañaron mi matriz, haciendo que tuviera una hemorragia interna, no hubo arreglo. La removieron para salvar mi vida y con eso, removieron mi posibilidad tener hijos —respiro, llevándose las manos al cabello, se pasó los dedos peinandolo.

—Ian solo tenia dos años —me contestó—. No vi el auto, no lo vi. De la nada apareció, arrebatandolos de mi vida. Pero sabes, eso no es lo peor, lo peor es que no me llevo a mi. En un segundo, todo se volvió nada, dejándome vacío, dejándome en la nada.

Ambos nos vimos y por primera vez, nuestros ojos estaban llenos de algo más que lujuria. Estire mi mano y él alcanzó a tomar mis dedos. No dijimos nada, solo nos vimos por mucho tiempo tomándonos de la mano con fuerza.

****

Me entregó una manta para que me cubriera. Volvió a su tarea de recoger los pedazos de vidrio esparcidos en toda la madera. Me levanté y me agache a un lado de él para ayudarlo. Después de ese momento que habíamos tenido en la cocina, no dijimos nada, sentía que no era el momento de seguir hablando, paso por paso. Esa era la forma, no apresurar todo. Aunque eso no quitaba lo que estábamos haciendo, éramos unas personas dañadas que se enredaban más y más en su dañino mundo y eso no quitaba que estábamos engañando a las personas que queríamos.

Terrible Love [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora