Fe

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Sin llegar a imaginarlo, algo sucedió de manera insólita. La realidad de todo es que, esa noche una chispa de fe se encendió en el mundo. Aquella fe que parecía estar totalmente extinta, hoy se hacia presente con una fuerza inmensa, la cuál, radiaba como mil soles.

En las afueras de aquél pueblo abatido por la guerra, dentro de un gran basurero olvidado y repleto en su totalidad de elementos de todo tipo, cayeron aquella noche del cielo, cinco chispas doradas, las cuáles, deambularon un tiempo por todo el vertedero. El aire las ayudaba a viajar ligeras y veloces.

Después de un tiempo, la primera chispa se posó sobre un pequeño oso de felpa, el cuál, no tenía el ojo derecho, y sobre ese espacio, una cosida de hilo blanco pasaba sobre el lugar. La segunda cayó en los pétalos de una rosa de Siria que estaba en estado de putrefacción. La tercera dio vueltas y vueltas y reposó sobre un pajarillo que iba volando bajo, y se encontraba herido de una pata. La cuarta, bajó en picada e impactó en una botella de agua totalmente sellada, pero con el agua caduca. La quinta y última chispa continuó su búsqueda, pues no sabía a quién otorgar su don. Voló y voló sin resultado inmediato. Pero, al momento de acercarse más a la gran pila de basura, se sumergió rápidamente dentro del cúmulo e impactó sobre el objeto.

Una pequeña ráfaga dorada envolvió a los objetos y los puso fuera del basurero. De repente, los objetos comenzaron a cobrar vida: el pequeño osito comenzó a parpadear con su único ojo, la putrefacta rosa, comenzó a recobrar el rosado color de sus pétalos, y el verdor de su tallo se hizo resaltar en ella. El pajarillo comenzó a sanar de su patita, y pío con gran alegría. La botella de agua comenzó a purificar su agua y le brotaron dos piecitos, dos manitas, dos ojos y una boca. Y al final, el opaco panecillo, eliminó sus asperezas y de él, surgieron al igual que a la botella de agua, piecitos, manitas, ojos y una boca.

-¿Dónde estamos?- preguntó ansioso el crujiente panecillo.

-¿Estamos vivos?- dijo la rosa totalmente desorientada.

-Ya tranquilos, no olviden que hemos sido enviados para ayudar.-pronunció el oso de peluche.

-Espera, creo recordarlo.-puso el ave sus alas en el rostro.- Ah ya, estamos aquí por un deseo.-brincó el pajarillo de felicidad.

-Es cierto, tenemos que ir a buscarla, ¿recuerdan dónde se pidió el deseo?- cuestionó la botella de agua.

-Yo sé como encontrarla. La fe de la niña fluctúa en el mundo hacia una sola dirección, sólo hay que seguir el camino.- y cerrando su ojo, el osito pudo sentir donde se encontraba la única chispa de fe en el mundo. Apunto hacia el horizonte y los dijo: -Es tiempo de marcharnos, hay que ir para allá.- Todos creyeron en su palabras, pues también sentían ese calor que los dirigía hacia el lugar donde debían ir.

Fue así como, todos juntos comenzaron a caminar y se adentraron a la ciudad en medio de la conflictividad. Se sintieron seguros, puesto que los cobijaba una tela invisible que los resguardaba de cualquier peligro. Todos estaban tan concentrados en el campo de batalla, que nadie se percató de su presencia al cruzar la ciudad...

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⏰ Last updated: Jan 17, 2020 ⏰

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"Pasitos..."Where stories live. Discover now